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martes, 27 de abril de 2010

Salamandra

El domingo por el hayedo lebaniego que os comentaba ayer, iba bajando con cuidado una ladera tapizada de hojas que iba a parar a una riega (nombre local que se le da a los barrancos), cuando un grupo de hojas se movieron. Fijé mi vista ahí, y la localicé. Una Salamandra Común campeaba a la vera del torrente.
Sus colores fuertemente contrastados, negro con amarillo, son una señal a otros animales de que es un animal venenoso, para que no se aventuren en intentar comerlo. Su piel, llena de glándulas, segregan un veneno (supongo que cuando se sienten realmente amenazadas, porque a mi manipulándola con cuidado no me lo soltó) inofensivo para nosotros. Únicamente nos irritarían supongo que las glándulas mucosas o los ojos en caso de que nos llevásemos el veneno a esas partes del cuerpo, pero en todo caso, no deja de ser algo pasajero y que seguramente se queda en una molestia de varios minutos.
Sobre la coloración, decir que a nivel peninsular puede haber muchas variaciones. Desde casi amarilla, hasta casi negra con pintas rojas. El diseño típico de Cantabria es el de fondo amarillo con rayas longitudinales negras. Cuando yo era un crío, estaban descritas a nivel peninsular 7 subespecies (razas), de las que aquí encontrábamos la fastuosa y la bernardezi, pero como estas cosas cambian tanto, no me atrevo a asegurar que esto siga vigente. Supongo que alguien que nos lea pueda aportar materia al tema de las subespecies...

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