Los amigos del blog son:

martes, 25 de marzo de 2014

Pito negro: una obsesión

Y continuando con la historia del día de "Pito negro: una pasión", vamos con este otro relato, que se centra más en lo que aquel día aconteción en el hayedo.
Íbamos los cinco al mediodía a una zona cercana a dónde yo estaba seguro que al atardecer, iban a aparecer los bichos. Llegamos pronto una zona, y yo tenía la táctica clara. Era tontería andar sin sentido por el bosque. Estábamos cerca del sitio.
-Sentémonos aquí y esperemos a ver que pasa. Si están activos, desde aquí nos pueden dar la señal de ir a buscarlos, mientras tanto, andaremos a lo tonto.
Estuvimos en ese sitio una hora, y otra hora en otro sitio. Hay incluso quien aprovechó para echar sobre el mullido suelo del bosque cantábrico la siesta que añora entre semana. Cantó el cárabo en mitad de la tarde. Me ha ocurrido otras dos veces en las últimas jornadas. ¡Están alterados!
Vamos allá. Llegamos al sitio. Les acomodo junto a un viejo haya caída en el suelo. Unas piedras harán de rústicas butacas de cine. Un mágico hayedo de pantalla. Y una pareja de pitos negros, de esperados protagonistas.
No vale ponerse en otro sitio. Aquí funciona, y no hay porque experimentar ni tensar la cuerda de mi relación con estos pajarones. No vale movimientos bruscos. No vale hablar alto. No vale más que esperar pacientemente en esas cuadradas piedras, y confiar en que los bichos acudirán al lugar por inercia propia. Hay muchas maneras de hacer las cosas en la vida, y hay muchas maneras de ver pitos negros. Esta es la que más me satisface por todo lo que conlleva. Espectadores pasivos.
Pero pasan los cuartos de hora...e incluso yo mismo tengo pequeñas dudas sobre el desenlace.
-Alguna vez fallaron-, les digo. Aparentan no perder la esperanza, pero me quedo con eso, y prefiero no saber lo que pasó por cada uno de los 4 cerebros.
Para mi gusto tardan. ¿espera? SI! Todos lo hemos escuchado, ha venido de allí, un lejano relincho, viene por allí, viene por allí...Escuchamos emocionados un pito negro relinchando a unos 200/300 m, aunque lo denso del ramaje hace que parezca más lejos para el oído de algún compañero. Bien, yo saboreo el triunfo mientras alguno de los camaradas aprietan ya sus manos ante el "simple" hecho de haber escuchado ese reclamo. Como era de preveer, el reclamo se va acercando, hasta que ante la sorpresa de algunos, pese a las advertencias de lo que podía ocurrir, se nos coloca a unos 20 metros, sobre una rama. Unos segundos de nervios hasta que todos la tenemos localizada. Si, es una hembra, y para sorpresa, comienza a tamborilear. Pocos momentos tan intensos he vivido como los tamborileos de mi pequeño gorila cantábrico a la vera. Creo que mis compañeros de jornada alucinan inmóviles escondidos tras sus anteojos. Nos sorprende con unos raros reclamos que llamo yo de "grajilla", y que no son nada fácil de escuchar en esta especie. Al final, la perdemos tras un fuste. Pasa poco tiempo y vuela a nosotros un "crui crui crui crui crui crui". Se posa cerca nuestro también. Otra vez atónitos, en esta ocasión forzando más las cervicales. Los más desafortunados, fuera de juego culpa del tronco que le da respaldo. Un pequeño movimiento, y si, otra vez los 5 entramos en el juego. Está ahí, viéndonos, reclamando, pero bastante pasivo ante nuestra presencia. José Portillo, uno de los compañeros, hace una grabación a pulso de unos segundos que nos cede para ilustrar la entrada. ¡Gracias José!
Podría describir más comportamiento observado a lo largo de 45 minutos que estuvimos gozándola, pero heriríamos la sensibilidad de algún lector. Os dejo ya solos con el vídeo de Porti. Disfrutadle, es para ello. Luego si queréis, dejo que borréis el blog de vuestros favoritos, y mi nombre de vuestra lista de amigos. Yo también lo haría.
https://www.youtube.com/watch?v=Wt1xIcSK0sc#t=31
Agradecer por último la compañía de esa tarde a Álvaro Bustamante, Roberto "Castro", Diego Martín y José Portillo

lunes, 24 de marzo de 2014

PrimaVida

La primavera, como siempre, trae la vida que compensa a las muertes del invierno. El año pasado, justo el día que entraba la primavera, presencié como nacía una jatuca hija de Leticia. Este año el cambio de estación me cogió en el monte, pero días antes, había grabado el parto de Luchi, compañera de Leticia. Así, es como nació Tula, una jatuca de raza pardo alpina.
Mis amigos de La Posada de Cucayo, una posada de ensueño donde alojarse en el entorno que me hace vibrar, me permitieron grabar este documento que ahora comparto con vosotros. Os dejo, para que veáis después del vídeo, el enlace de su página web,amiga del blog:
http://www.laposadadecucayo.com/

lunes, 17 de marzo de 2014

CURSO DE RASTROS

El último fin de semana se vuelve a impartir en Argüeso/Soto (Cantabria) el curso "Huellas, rastros y señales de la fauna cantábrica". A los asistentes al mismo, tendré el gusto de impartirles mis conocimientos sobre análisis de egagrópilas de lechuza común como medio más efectivo para conocer las poblaciones de micromamíferos presentes en una zona de estudio. Algo que a mi modo de ver, debería de controlar todo naturalista de perfil completo, pues es muchas veces, la única herramienta a nuestro alcance para llegar a conocer este grupo de animales.
Además, Benjamín Sanz Navarro, de Muskari rastros nos contaminará con su saber y experiencia en el campo de los rastros. También, dos de los mejores naturalistas de la región, Alejandro García (blog amigo Fauna Cantábrica) e Isidoro Fombellida (con muchos años de experiencia en campo e ilustrador del libro Aves de Cantabria), acompañarán con magistrales exposiciones que ya han triunfado en cursos anteriores.
Aunque me hayan relegado a impartir la parte de egagrópilas, sabéis que los rastros son para mí una pasión, e intentaré, pese al gran nivel de instructores que me acompañan, aportar mis conocimientos en las salidas que hagamos al campo.
Un entorno especial y salvaje. Las montañas de Campoo. Una situación estratégica, pues al estar al sur de la región, es muy accesible desde otras regiones. Un alojamiento con unos menús extraordinarios, y un precio inmejorable para las características del curso. El que esté interesado que se apunte ya (el viernes se cierra el plazo) escribiendo a avescantabricas@gmail.com.
Os adjunto el cartel:

domingo, 9 de marzo de 2014

Pito negro: una pasión

Tenía unos 19 años cuando llegaba la primera conexión a internet a casa. Había algo que llamaban correo electrónico, y que por lo visto había que tener. No sé en que revista, venía un disco que anunciaba que te daban una dirección de correo electrónico gratis. Qué curioso, ahora nadie se plantearía comprar una dirección de correo electrónico, pero basta con que te pongan "ahora gratis" para que creas que lo normal es que cueste dinero.
El caso es que como tenía una mente demasiado centrada en pájaros por aquel entonces, y uno de mis preferidos era el pito negro, el pájaro carpintero más grande de Europa, no me lo pensé mucho:
elpitonegro@loquefuera.com
No llegué a darle esa dirección a nadie (probablemente en aquellos años tampoco tendría muchos contactos con internet), y a los pocos días recapacité. Eso no era un nombre para un correo electrónico. Automáticamente pasé a ser elurogallo@loquefuera.es. Parecía más apropiada esta especie, y tampoco me disgustaba nada. Un bicho de monte, eso es lo que tenía que identificar mi correo.
Y es que el pito negro Dryocopus martius me fascinaba. Con 20 años localicé el núcleo de un territorio, y pasaba por aquel entonces muchas horas observándolos. Marchaba de casa en vacaciones diciendo que iba con un amigo para no preocupar, y lo que hacía en realidad era irme a un abrigo en una roca en mitad del hayedo. Allí ponía para dormir mi esterilla con mi saco. Pasé muchas noches de invierno en aquel abrigo natural. En una grieta de la roca, tenía envuelta una vela en plástico, que utilizaba para lucir. A pocos metros, tenía el centro de actividad de los pitos negros. Podía pasarme infinitas horas de observación, que no me cansaba de verlos.
Macho sobre nuestra posición. Observese la flexibilidad de las plumas de la cola, utilizada como tercer pie.

He llevado a muchas decenas de amigos o conocidos. Siempre en grupos pequeños. Siguiendo una metodología no invasiva en su actividad, ha permitido a muchos ornitólogos ver a este magnífico ave por primera vez, o si no, a muchas otras personas, tener unas observaciones de mucha calidad. Gente de muchas partes de España tendrá siempre en la memoria de su retina este territorio gracias a lo agradecidos que han sido los picones, como les llama mi tío. Debido seguramente, a un comportamiento siempre muy cauto. Ahora ya no voy tanto como antes, pero justo este fin de semana compartí allí una tarde con unos amigos. He de admitir que egoístamente los siento míos (afán protector). Cada vez que aparezco por allí y ellos aparecen, me emociono fuera de lo normal en mí. Ayer mis amigos no se dieron cuenta (creo), pero ocurrió. Supongo que todos tenemos varios rincones mágicos. Las experiencias, los recuerdos, las gentes que han pasado grandes momentos allí junto a mí...Si amigos, ayer por dentro, lloré.

lunes, 3 de marzo de 2014

Azor

El último viernes, salí de casa a ver como estaba el día y para ver si oía a los picos medianos. Vi un ave de tamaño medio. Pensé en un córvido, pero pronto, por la combinación de rápidos aleteos y fugaces planeos me percaté de que era un accipiter. Pensé en el gavilán inmediatamente, que es lo más habitual. Sin embargo, al echarme los prismáticos a la cara, vi claramente un azor accipiter gentilis.
Una especie de pomposo algodón entorno a la base de la cola, como envolviendo a las patas, le daba ese aspecto, como bien define en la guía, de caderas anchas. Para mí, viendo al ave de lejos, es la señal más vistosa e inequívoca de que se trata de un azor y no de un gavilán. No obstante, muchas veces, si no lo veo claro, lo dejo como dudoso. No así en esta ocasión.
Presto, entré a por la cámara. Pese a hacer rápido la maniobra, en pocos segundos, la rapaz había cogido "un ascensor" que le elevó mucho a gran velocidad. Le tiré una ráfaga, y al girar, porque hacía círculos de espiral, le capté en la postura exacta para que se viera bien el detalle al que me refiero.

Ave de presa forestal donde las haya, nuestra pequeña harpía, muestra la morfología de este tipo de aves. Alas cortas, anchas y de aspecto redondeado. Cola muy larga. Todas esas características, con el fin de permitir una gran maniobrabilidad entre el follaje. Perseguir a un mirlo o a un petirrojo dentro de un bosque lleno de ramaje, cuando éste pesa mucho menos y tiene, por lo tanto, menos inercia, es sólo posible con esta configuración alas/cola.
En Cantabria, es un ave que pasa muy desapercibida pese a estar ampliamente distribuida. Finales de invierno, comienzos de primavera, es la época ideal para verla, pues es cuándo más sobrevuela su territorio por encima del dosel forestal.
Hace tiempo, descubrí por internet unos maravillosos fragmentos de la BBC dónde se puede apreciar estos movimientos. Primero a velocidad normal (la del rayo), luego reproducido a lenta velocidad (1/40 X). Aquí os va el enlace.