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martes, 29 de marzo de 2016

Curso en Cantabria

Genetta Rastreo vuelve de nuevo a Cantabria para impartir un curso de rastros. Esta vez el escanario elegido son los Picos de Europa, centrándonos en la zona de Bejes.
Se transmitirán nociones sobre huellas y rastros no sólo de mamíferos, si no también de otros grupos de animales. Un curso de rastros muy completo en el que tienen cabida tanto personas con conocimientos sólo básicos de rastros, como naturalistas con conocimientos más avanzados. Todos van a salir con muchos conocimientos nuevos y muy satisfechos. Así ha sido hasta ahora.



domingo, 27 de marzo de 2016

Noche de sapos

Atardece en Pinares. Nutridos grupos de corzo, siempre cerca del bosque, salen atrevidos ahora a pastar los ricos brotes de recién germinado cereal. El sol, cada vez más cerca del horizonte, lo acaba perforando. Y se acabó el día.
Pero allá donde muere el día, nace la noche. Ulula lejano el cárabo, a quien vuelve a tocarle turno de noche. ¡Y el tan contento! ¿Qué más se oye? ¡Son sapos corredores! Al principio es uno sólo, le sigue alguna decena, y pronto, cientos de sapos corredores inundan el empapado valle con su profundo reclamo de celo. Hace pocos días el agua caía nevada del cielo, pero hoy chispea templada. Adivinan raudos los veloces arrugados la primavera, y deciden que es hora de entregarse al amor.


viernes, 25 de marzo de 2016

¡Azores!

El pirata del bosque, fantasmagórico animal, raudo, fugaz y misterioso donde los haya...Están ahí, pero apenas los vemos.
Accipiter gentilis
El azor, es una de las rapaces que más pasión despiertan en mí. No por grande, pero si por lo desapercibido que pasa; por lo fiera y lo hábil que es.
Amanece un día primaveral propio de su recién estrenada estación, y desde un oteadero sigo lo que para mí es mi primer aguililla calzada del año. Vuela muy lejos, a unos 4 km de distancia, y la visibilidad me da lo justo para percatarme de que se trata de una calzada de morfo claro. En mi campo de visión se cruza una rapaz quizás algo más cercana. Me quedo con ella para identificarla, porque la recién llegada calzada, ya no me puede aportar más información.
El nuevo ave es un accipiter. En un primer momento dudo entre gavilán y azor, pero enseguida me decanto claramente por el segundo. Tengo la suerte de verlo durante unos 10 minutos. Es media mañana, hace sol, escaso viento, y nuestra pequeña harpía sobrevuela un bosque a unos 200/300 m de altura, alternando vuelos rectos, cicleos e impresionantes loopings. Hasta 10 de estas últimas acrobacias aéreas pude disfrutar. Picados muy planos (unos 30º de inclinación) que se iban acentuando para terminar rebotando al llegar a los 45º.
Me encuentro en la comarca de Pinares, y pese a las escasas referencias y precisiones que obtengo de la observación, me atrevo a hacer una incursión por la tarde por donde aproximadamente parecía la zona marcada. Fue un día de esos de suerte en los que encontramos un alto pino con un nido, y posado cerquita, un ejemplar de azor, lo que no daba lugar a dudas. Habíamos dado con el centro neurálgico de un territorio de azor. Un lugar sagrado, al que no acudiremos en los próximos meses con el fin de evitar molestias innecesarias.

Sobre el nido, decir que estaba en un pino silvestre a más de 15 m de altura (la máxima altura posible donde podían instalarlo en torno al fuste principal), y que podía tener unos 60 cm de diámetro. Bajo el mismo, restos de huesos de dos aves medianas (tamaño paloma) y la mandíbula de una ardilla. Os adjunto foto del árbol.

lunes, 14 de marzo de 2016

FRF: HOMENAJE

Hoy precisamente, hace 36 años que murió aquel personaje: Félix Rodríguez de la Fuente. Distinguido, laureado, coronado, e incluso criticado muchas veces, como lo han sido todos los grandes genios. Seguro que no hay tanta gente que sepa lo que significa la palabra "naturalista", como gente que sepa lo que significó este hombre.
Quiero destacar su voz como la mejor herramienta con que contó. Esto es, por supuesto, una opinión personal. ¿Que sería de la serie El Hombre y la Tierra, que aún sigue triunfando en televisión casi medio siglo después de haberse grabado, si esas mismas imágenes, llevasen distinto narrador?
Y para argumentar este poder, no se me ocurre mejor manera que invitarles a escuchar, alto si puede ser, este audio. Con los ojos cerrados mejor. Lo ha publicado Carlos de Hita estos días en su web, y es un audio recuperado del archivo de RNE grabado hace 40 años. Breve, pero suficiente para mostrar su desgarradora voz. Capaz de transmitir a las masas, como hoy a cualquiera nos gustaría...Además, Carlos nos lo ha adornado con unos aullidos grabados por él mismo en el campo.
¡Excelente trabajo Carlos!





lunes, 7 de marzo de 2016

No sólo huellas: pasos.

Quiero hablar sobre la importancia de estudiar no sólo las huellas, si no también los pasos.
Una huella, requiere un suelo especial para marcarse con detalle. Es muy común que en una guía nos salga dibujada una huella, y que en el campo nunca encontremos nada igual a ella. Es por tanto difícil querer identificar huellas en muchos casos, y sólo la experiencia de verlas decenas, centenas, o miles de veces, puede ayudarnos en esta labor.
Hay sin embargo otro rasgo de los rastros dejados por los animales. Son los pasos, o sea, el conjunto de huellas. Muchas son las veces que una huella no está definida, pero que sabemos de que es por la estructura de sus pasos, por las distancias de avance, etc. No hace falta tanta definición en estas señales como en las huellas. Es por lo tanto, desde mi punto de vista, una parte muy importante del estudio de los rastros que está mucho menos valorada que las huellas.

Rastro en nieve.
Un claro ejemplo es el caso de las liebres. ¿Cuántas veces vemos el rastro de una liebre en el que sería imposible identificar una huella pero su inconfundible paso las hace inequívocas? A continuación pongo el rastro de una liebre, muy posiblemente, debido a la zona geográfica, una liebre europea (Lepus europaeus).
"Ojo a la pisada", como se suele decir en otros campos: manita, un poco más adelante la otra manita, y al final, los dos pies a la misma altura, para dar lugar a un salto de más o menos longitud dependiendo de la velocidad. Con esa estructura, huele a lagomorfo, y con las dimensiones que tenía, sólo podía ser liebre.