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lunes, 21 de noviembre de 2016

Libro: Buitres Ibéricos

Yo tenía 12 años cuando con parte de mi paga iba cada primeros de mes al kiosko de Emi en Torrelavega a comprar mi revista Natura.
Natura era una revista, como os podéis imaginar, de naturaleza. Tenía reportajes sobre espacios naturales españoles, pero también de otras partes del mundo. Reportajes sobre especies ibéricas, africanas, americanas, etc. tenía también una sección llamada fotonatura, que no era más que un concurso de fotografía en el que yo viví, como público lector, mis primeras "flipadas" con las fotografías que allí salían. Soñaba, por aquel entonces, con llegar a hacer una sóla foto en mi vida de aquella categoría. Poco sabía yo por aquel entonces, que debido a varios factores, pero sobre manera al avance tecnológico en el mundo de la fotografía, aquello sería posible.

Hacían aquella revista periodistas especializados, y fotógrafos de primera línea a nivel nacional. No voy a ponerme a enumerarlos, porque posiblemente meta alguno de años posteriores mezclados, omita a otros, etc. Pero la lista, en mi cabeza está. Eran fotógrafos especiales, porque el autofocus de sus objetivos estaba integrado...en su mano. El fotómetro...en su ojo. He conocido a muchos fotógrafos de naturaleza, y entre los que publicaban en aquella época, en lugar de hablarte de megapixels, ruido, o factores de multiplicación, te explican los distintos tipos de luz, te dan las más sencillas y completas clases sobre composición, etc. Ojo que no quiero decir que esas habilidades no las tengan los fotógrafos modernos. Lo que quiero decir, y espero explicarme bien, es que por aquel entonces si no tenías claro esos conocimientos, no había ni camarón, ni photoshop que te salvara...
De aquellos, muchos "desaparecieron" de la fotografía profesional, otros siguen pero a un ritmo mucho más pausado, y sólo unos pocos, siguen en la cresta de una ola tan larga como espectacular. A lo largo de su desarrollo, han hecho grandes virguerías, han salvado grandes obstáculos, como todos en nuestros trabajos habrán tenido sus tropiezos, pero ahí siguen dando a ver lo que valen en formato fotografía.
Y de entre estos últimos, hoy quiero destacar la figura de Antonio Vázquez, que fue un ídolo para aquel niño, y que ahora es algo más. He aquí su página web: http://www.antoniovazquez.com/es/index.php.
Hace poco, como testigo de que aún sigue surfeando en esta brava mar llamada fotografía de naturaleza, tuve la ocasión de comprar su último libro (coautor). Se llama Buitres Ibéricos, y es, para mí, una obra maestra. Esperaba una gran galería de buitres, alimoches y quebrantahuesos. Sin embargo la sorpresa me la llevé cuando comprobé que no sólo había grandes fotografías, si no que el contenido de texto aportaba información muy completa y detallada sobre situación y biología de cada una de las especies basado en el conocimiento científico que existe sobre este grupo de aves rapaces. Casi 300 páginas de gran formato y tapa dura, que hacen del libro una buena apuesta, y una esperanza abierta a que artistas como Vázquez sigan "regalándonos" obras como esta por muchos años más. Quien esté de acuerdo que grite conmigo: ¡Larga vida al papel!
Si estáis interesados, podéis conseguirlo en este link:
http://www.trea.es/books/buitres-ibericos

Querido cuervo

Impactan los primeros rayos de sol en los abismos de Peña Jurada, y el cielo, se abre en dos sobre la Sierra de San Pedro a su paso. Resuena en los canchos el graznido de un cuervo. Es el, parece que ha sido el serrano más madrugador. Algo nuevo en el paisaje ha llamado su atención. El cuerpo de un cuadrúpedo, yace inerte en el descampado. Y es así, como llama a sus amigos. Estos, raudos, acuden sin dilación. Ahora mismo, no hay nada más interesante que hacer en la sierra que rodear al cuerpo del crimen para ver lo que ocurre. Parecen pensar cada uno desde su percha...-"¿Estará realmente muerto? ¿Será una siesta larga? ¿Acaso una trampa?"- Cinco metros es una distancia segura para pasar observando el primer cuarto de hora. Después, sin aparente prisa, el más nervioso se arma de valor y se aventura a andar con una chulería cargada, eso sí, de cautela. Y como si una cerca eléctrica rodeara al plato, cuando le queda sólo medio metro para llegar a él, pega el gran salto para alejarse. Se lo piensa 10 segundos, y vuelve a acercarse. Cuando llega otra vez a la barrera psicológica de seguridad, el medio metro, nuevo salto de huida. Así por 8 veces hasta que a la novena, el cuervo se atreve a estirar su cuello para que su pico llegue a tocar, tan sólo tocar, el cadáver. El resto, cargados de envidia por la valentía de su aguerrido colega, no pierden ojo a la interesante escena. Hay que observar muy bien lo que hace y lo que le pasa. Si su comportamiento fuese inadecuado, la vida les puede aportar hoy una valiosa enseñanza.

El ser alado probablemente más inteligente, no es querido en el mundo humano. ¿Por qué así? Deberíamos sentir una admiración por ellos fuera de lugar, y sin embargo, no es así. La causa: el desconimiento. ¿qué sabemos de un ser que vemos negro, pero que en realidad con sus irisaciones puede crear todos los colores del mundo?: nada. Muchas veces, el odio es cultural. Es decir, la gente no sabe por qué le odia, pero como se lo transmitieron en casa, no hace falta más motivo. Otras veces es porque ha comido una pera, granos de maíz, etc. Odiado por comer lo que la naturaleza le dicta. Así es la justicia humana. Incluso entre los amantes de la naturaleza, los que tienen a los córvidos por favoritos son los raros. Sólo unos pocos tienen una capacidad de observación especial que rompa el umbral necesario, para conseguir que la belleza y el hacer de un cuervo les atrape. Y como aquí dicta la mayoría, pues tenemos lo que tenemos.
Querido Cuervo, si te sirve de consuelo, me has alegrado el amanecer. ¿Sabes cuántos millones de personas no van a lograr eso en toda su vida?

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Pasear para pasear

Había pocas cosas que me resultaran tan aburridas en mi niñez como cuando un mayor decía "vamos a ir a pasear". En esa etapa de la vida, pasear no tenía sentido. Primero el sentido podía ser "pasear para" llegar al parque y allí jugar, luego podía ser "pasear para" ver una garza en el río, luego fue "pasear de noche para" llegar al amanecer a ese oteadero en el que sorprender al lobo, "pasear para" buscar rastros, etc. El verdadero sentido de ese verbo era el de ser un auxiliar de otra acción.
El otro día, sin embargo, disfruté mucho paseando sin más. Fue en Pinares, bella comarca insumisa a fronteras políticas, pues reparte su territorio entre las provincias de Burgos y Soria. Buscaba que el azar me regalase el vuelo fugaz de un azor, que encontráramos alguna seta para condimentar la comida, o que cualquier otra sorpresa nos asaltara en el camino. No hubo ninguna sopresa, y fue el momento de relax y de reflexión agarrado a una mano caliente lo que me hizo disfrutar. De vez en cuando me paraba mirando al cerrado o inexistente horizonte que hay dentro de un pinar, y dejaba caer despacio mis párpados a la vez que respiraba profundo. Un húmedo y refrescante olor, hacía eco en mi cerebro. A la vez, me aderezaba una imagen distorsionada y que a duras penas, conseguía penetrar el enrejado de mis entrelazadas pestañas. Me di cuenta entonces, que dentro de estos bosques, hay tres bandas cromáticas muy bien definidas y estratificadas horizontalmente. Lo interpreté como un poema visual. La banda inferior, la compone el mosaico formado por la base de los troncos; la banda intermedia, es una preciosa superficie asalmonada compuesta por los tramos medios de los fustes de pino silvestre; y la banda superior, la forma las copas de los oscuros pinos. Saqué mi cámara, tomé una fotografía, y me propuse hacer una composición como esta para hacer ver la bandera natural de la Comarca de Pinares.

No hizo falta que pasear llevara a ningún sitio más. La mañana fué una experiencia agradable, e incluso divertida. Habrá quien se ría y lo inteprete como los pensamientos de una persona que se ha hecho mayor. Yo sin embargo lo interpreto como el descubrimiento que el paso del tiempo me ha hecho: pasear puede ser agradable cuando se aprende a hacer. Pasear, para pasear. Y punto.
NOTA: TIERRA DE PINARES, COMO ANUNCIA LA FOTO, ES OTRA COMARCA DE CASTILLA Y LEÓN. YO A LA COMARCA QUE ME QUERÍA REFERIR ERA A "PINARES".

sábado, 5 de noviembre de 2016

Ugo Mellone: ACRÓBATAS

Día lluvioso precioso para coger un buen libro...Hoy quiero presentaros esta obra. Es un libro de fotografía sobre la cabra montés, y lo presentó hace unas semanas un buen amigo. En él también se aprovecha para hablar, de la mano de expertos, sobre aspectos de su biología. Tiene muy buena calidad de impresión, y es el resumen de varios años de trabajo de este gran fotógrafo, que enriscado, trae a nuestros salones estas espectaculares imágenes. Muy recomendable.

Podéis conseguir más información sobre el libro y la manera de conseguirlo aquí.