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viernes, 28 de junio de 2013

Con el picu chafau

Chafado, malformado...Da igual, el caso es que este defecto físico, va a hacer más difícil la vida a este pájaro. Se trata de una grajilla Corvus monedula. Tiene la parte inferior del pico torcida hacia la izquierda, lo que le supondrá  una serie de inconvenientes a la hora de alimentarse. Me acordé entonces de aquella espátula Platalea leucorodia que vi hace años en la misma provincia, la de Cádiz.
Hacer click sobre la foto para ver mejor
 Son casos anormales, en ocasiones producidos por traumatismos, en ocasiones debidos a malformaciones o a enfermedades congénitas. Pocas ocasiones serán las que el motivo sea una enfermedad hereditaria cuándo las consecuencias de la misma sean un importante impedimento.
En la naturaleza, el que no consigue comida, no llega a reproducirse. Sólo los sanos tienen descendencia, sólo los más fuertes. Cruel método, pero efectivo, con el que la naturaleza mantiene un mínimo en la salud de las poblaciones.

miércoles, 26 de junio de 2013

El reencuentro

8 meses habían pasado. Era principios de otoño cuando junto a mis compañeros pateábamos esa montaña de la Yebala marroquí. Calcárea montaña ella, que se imponía sobre su alrededor. Una pareja de perdiceras, marcaba entonces territorio, picaba, se perseguían, reclamaban...era un día caluroso, aún lo recuerdo.
Ahora es finales de primavera, y al pasar por aquel cortado, no se nos escapa el detalle de que era dónde nuestras amigas volaban. Andamos cautos y sin acercarnos demasiado al cortado para evitar posibles molestias, y entonces es cuándo Sergio las escucha. Muy grata fue nuestra sorpresa, cuándo alzamos la vista. Recortados en el cielo, 4 ejemplares de águila perdicera Aquila fasciata ciclean y reclaman.
Ejemplar nacido este año (en el centro) vigilado de cerca por un padre (derecha). Recomiendo pinchar para ver mejor la foto.

Nuestras amigas, 2 adultas, van acompañadas ya por 2 jóvenes nacidos este año, y que seguramente lleven pocos días volando allí, muy cerquita de su nido. Descubriendo cada posadero que es enseñado por los padres, atravesando cada collada de su territorio natal, gozando de su libertad, así dejamos a nuestras amigas sobre lentiscares, roquedos, etc. Desde abajo, en actitud de temor, perdices morunas, lagartos ocelados, y quien sabe si incluso las madres de los monitos de berbería, muy pequeños ahora, se niegan a mirar dónde pisan...por si acaso.

martes, 25 de junio de 2013

Aquel maravilloso mochuelo

Después de la entrada cantábrica de los cárabos, volvemos al Rif marroquí, dónde se me ha quedado mucho que contar. Aquella tarde viajábamos hacia el norte por una carretera muy transitada. Yo iba embutido en un asiento trasero izquierdo de una kangoo, cuándo el compañero que iba a la derecha suplicó "stop stop stop". No acertaba a decirnos lo que quería indicarnos. Finalmente, cuándo paramos 100 metros más adelante, nos explicó que se trataba de un mochuelo europeo (Athene noctua) melánico. Seguidamente fué localizado, y pudimos comprobar que si no era melánico, sí que era de un color anormalmente oscuro, y precioso.
Precioso ejemplar de mochuelo.

Teníamos que volver camino, e intentar fotografiarlo de la que pasábamos. Lo hicimos con precaución de no frenar bruscamente y evitar así el levantarlo, y la verdad es que funcionó tan bien, que pudimos parar a unos 5 metros de él, y fotografiarle a placer. Menos mal, porque la poca luz que había ya en ese momento, no habría permitido hacerle nada dencente. En la foto, aparte del poco ortodoxo color de plumaje, podéis apreciar cómo también los ojos tienen una anomalía cromática, teniendo el izquierdo de un color mucho más intenso que el del otro lado.

domingo, 23 de junio de 2013

Mis otros vecinos

Por las mañanas, al mediodía, por la tarde, la ventaja de vivir en un núcleo habitado te permite salir a la puerta de casa y encontrarte de vez en cuándo a alguien con quien charlar sin necesidad de teclear las palabras, ¡vaya lujo!
Sin embargo, al caer el día y esconderse la gran estrella, el sol, otros vecinos me saludan a la puerta de casa. Independientemente del mes del año en el que me encuentre, salir de casa al anochecer, es tener posibilidades de escuchar al cárabo (Strix aluco). Se trata de un búho forestal, que muy amenudo se mete a los núcleos habitados en busca de refugio para hacer su vida. Nosotros le damos cobijo en pajares abandonados o en viejas troncas, y ellos nos cazan todas las noches unos 6/8 ratones por pareja, ascendiendo eso cuándo tienen pollos a quizás a una docena de roedores por noche. Como no descansan ni sábados ni domingos, echo cálculos, y llego a la conclusión de que tener al cárabo en el pueblo, nos supone un consumo de alrededor de 3.000 ratones al año en el núcleo y los prados de los alrededores. ¿Qué mejor y más eficaz método de control se le ocurriría a nadie?
Pareja de hermanos en plena fase de crianza.

Salir por la puerta de casa, y escuchar un cárabo, es por lo tanto un lujo que tenemos en algunos pueblos, y que lo debemos de ver como tal. Estos días, tengo especial contacto con ellos porque han tenido 2 pollitos que han salido ya del nido, y que por la noche no paran de reclamar comida a los padres. Hoy al mediodía he ido a verlos, y parecían gozar de muy buena salud. Os dejo una foto de ellos entre las ramas, dónde cómo véis, no me quitan ojo.

jueves, 20 de junio de 2013

Halcón borní

Ha sido hace 2 semanas. Seguimos en África, y el tiempo, muy a diferencia de cómo hace aquí en el norte, dónde ayer nevaba abundo por debajo de los 2000 metros, era muy apacible.
Increíble, habíamos pasado el día anterior en esa misma garganta rifeña, y ni nos habíamos percatado de que estábamos en el territorio de una pareja de Falco biarmicus. Por fortuna, al día siguiente, parte del equipo repetimos, y casualidad, o no, un precioso halcón de níveo pecho se apostaba a la entrada de un abrigo de un pequeño cantil. Salió volando, y pudimos disfrutar con las evoluciones de 2 adultos en lo que parecía ser parte de su territorio.
Pinchar para apreciar mejor los detalles del plumaje.

Esto era a 200 metros nuestros, y curiosamente, 200 metros en el otro sentido, una pareja de halcón peregrino (Falco peregrinus) hacía lo mismo. Choca ver a dos especies tan similares compartiendo roquedos, pero no era nuevo esto para nosotros, pues días antes habíamos visto un pollo de peregrino (y un adulto) en la zona en que había dos volantones de borní. Se ve pues, que no es nada extraño.
Las observaciones de esta especie son algunas de las más valoradas por mi, pues sé que más cerca de casa que allí, muy difícil me va a ser disfrutarlo. Pude hacer fotos de los adultos en vuelo, de los pollos pasándome cerquita, etc.

jueves, 13 de junio de 2013

Buteo rufinus

El busardo moro es una rapaz diurna parecida a nuestro ratonero. Es algo más grande, y tiene diversas zonas con tonos rojizos (de ahí su nombre rufinus). Es muy difícil de ver en Iberia de no ser por el Campo de Gibraltar (Cádiz), dónde existen unos pocos ejemplares afincados .
Sin embargo, cruzado el Estrecho, la especie se hace mucho más común, ya que tiene una población estable en el norte de África. No todos los días lo hemos podido ver en nuestra expedición tingitana, pero si en varias ocasiones. El ejemplar que pongo en la foto nos pasó volando cerquita un día que nos adentramos en unas preciosas gargantas del Rif. En él se aprecia muy bien los tonos rufos en zonas como la cola o como las infracobertoras alares y el pecho. También se aprecia una muda en la secundarias de las dos alas, lo que nos indica que estamos ante un ejemplar adulto. Días después, encontraríamos una pareja que tenía dos pollos dentro del nido aún.
Pinchando la imagen, la podréis apreciar mucho mejor.

Ese día, nos disponíamos a ascender por una ladera llena de matorral para rodear un cantil que nos llevaría a una zona superior, dónde ya podríamos ir por el borde de las gargantas revisando las paredes de enfrente. Antes de salir del pueblo, un paisano árabe parlante nos salió al paso. El compañero tunecino de nuestro equipo medió con él, y en un gesto de hospitalidad, encabezó el grupo, para atravesando casas orientarnos a la montaña. Atrás dejábamos perros ladradores, cabras y burros, mujeres cohibidas tras el textil, y un lavadero con un caño de agua aparentemente salubre. Nos encaminamos a un paredón que poco promete, pero el conocimiento local, nos lleva a una grieta que asciende con una trepada fácil, aunque expuesta, por la pared arriba. En 5 minutos, estamos en la parte alta del cortado. Lo que de lejos parecía imposible, estaba hecho. El rodeo de 1 kilómetro previsto para salvar esa pared, fue ahorrado por la una vez más, utilísima ayuda local.

martes, 11 de junio de 2013

Buichi buichi

Hace 4 semanas crucé Pozazal nevando. No lo volví a cruzar hasta hoy, ya con un verde pasto cubriendo las laderas aledañas. La primavera ha sido mala por lo que he oído, pero se ha arrancado del todo, cuando el verano está, se supone, al llegar.
"Buichi, buichi". Así es como hace 4 semanas hablábamos con los burros, pues es esa voz la que se utiliza para llamarles en Liébana. Nos ayudarían a arar las tierras en las que sembrar patatas y judías. En este tiempo, he visto repetida esta estampa, la del burro como herramienta en el campo, varias veces por día. Lo que aquí ya se hace raro ver, en Marruecos, dónde he estado recientemente, es lo cotidiano.
Mis vecinos, con los que estuve el último día antes de marchar, me pidieron que si podía les mandara una postal de Marruecos. He de disculparme, pues ya me vine, y las postal no se envió. Lo cierto, es que aunque hubo un día que si pasé por un pueblo turístico en la que podría haberla mandado, ni tuve mucho tiempo para gestionarlo, ni vi ninguna que me sedujera (llegué a ver unas pocas en una tienda). Han sido días y días de monte por la región de La Yebala, y el cansancio se ha acumulado. He coincidido con buena gente por aquellas tierras, y por el camino, me he reencontrado con grandes amigos. Tanto a la idea, como a le vuelta.
Como compensación a mis vecinos, comparto por aquí con ellos, y también con el resto de gente que he compartido el viaje, esta estampa que tanto me recordó a ese neblinoso día en el que sembramos...¿salieron las patatas?
Una familia al completo de yebalís trabaja la tierra bajo la testera del sol tingitano.

Estos próximos días, intentaré subir entradas referentes a la fauna observada en el Rif.