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martes, 22 de julio de 2014

La magia de los pueblos

Hoy sólo quería presentaros esta foto. Como véis, es una cabra empericotá a la puerta de una casa en ruinas. Habrá quien no vea más en la foto. Habrá a quien no le transmita nada. Yo huelo en ella una magia especial.
Y es que los pueblos, son especiales de por sí. Ese lugar donde la prisa se suple con calma, el ajetreo se reemplaza por paz, y donde la calidad no encontró relevo en la cantidad. Quien no lo entienda, quizás no ha vivido en un pueblo.

lunes, 14 de julio de 2014

La magia de los bosques

Cuando era pequeño, supongo que como le ocurría a todos, me invadía la fantasía.
Tenía ya pasión por la fauna. Aquellos primeros libros me acercaban a la vida que había dentro de los bosques. Gracias a esos libros, a los documentales, y a lo que me contaba la familia, me imaginaba lo que había dentro de un bosque. Analfabeto en lectura de rastros aún y falto de experiencia en la detección, me parecía imposible ver a esos animales que tan bonitos ilustraban en la serie de libros "La Senda de la Naturaleza", sin duda, mi colección favorita.
Años después, todo ha cambiado, y detectar fauna en un bosque, aunque sea en base a rastros, ya no es una utopía. El otro día, las imágenes captadas por la cámara de fototrampeo de un amigo, las cuales y con su permiso os muestro a continuación, me hicieron creer que mezcladas con música de aquella época, os podría hacer viajar en el tiempo hasta aquella época. Más o menos como se ven en este vídeo, así paseando sin huir, es lo más cercano a lo que yo me imaginaba. No hay nada más bonito para un niño que la fantasía e inocencia que le acompaña.

Os invito a que des al "Play" y hagáis un sano viaje en el tiempo.

martes, 8 de julio de 2014

Lucha entre hermanos

Los halcones peregrinos siguen comiendo, cagando, luchando y dando espectáculo.
Hoy fui a disfrutarlos con un amigo. Estaban muy callados al principio, probablemente recién alimentados. De hecho, sólo conseguimos localizar a dos de los tres pollos.
Pasada una hora, se arma el revuelo. A falta de unos segundos para que nosotros lo localizáramos, un padre de los halcones aparece en lo alto del valle raudo con un pequeño pájaro en sus patas. De sus distintos posaderos, salen los jóvenes para toparse con su padre, que en una rápida y hábil maniobra, entrega a uno de sus descendientes la presa en las garras, para enseguida desaparecer.
La comida es recogida por un macho. Inmediatamente es perseguido por su hermana, mucho más grande que él. Ésta, pronto le da alcance y se engancha a la caza. Al pesar mucho más, y ya que ninguno de los dos cede a soltar el almuerzo, entran en deriva. Dominada la trayectoria por ella, que se limita a arrastrarle con su peso, se sale con la suya. Resulta así una derrota para su pobre hermano, que finalmente, y sin más remedio si no quiere estrellarse contra el cantil, abandona la lucha.
Os dejo una de las instantáneas en los que ambos ejemplares caen debatiéndose entre hambruna y pitanza.

sábado, 5 de julio de 2014

Roquero rojo

Tenemos en Iberia bellas aves. Una puede ser la oropéndola, otra el camachuelo, la abubilla, y unas cuántas más. Entre ellas, debe de haber un cromo para el roquero rojo. Monticola saxatilis es un precioso ave que en Cantabria muestra querencia por las zonas rocosas de roca caliza. Zonas como Picos de Europa, localizaciones concretas de la Cordillera Cantábrica o Valderredible son las zonas más favorables para encontrarlo. Esta primavera le he visto varios días al lado del pueblo, lo que no me ocurría otros años. Sospeché que podría estar criando allí, y ayer pude comprobar que así es.
Un precioso macho me marca su posición cantando melodiosamente en la punta de una roca. Me posiciono en un sitio con visibilidad por encima de dicho punto a ver sus movimientos, pero en ese rato que me muevo lo pierdo.
Macho adulto de roquero rojo.

Al cabo de una hora, el ave se posa por unos segundos a unos 10 metros míos. Es el momento que aprovecho para fotografiarle. Seguido, vuela hasta una roca cercana, dónde para mi sorpresa, hay un pollo volantón al que ceba. Me parecía temprano, pero ojeando en el anuario ornitológico veo que otro año vi un volantón a primeros de junio, comprobando que esta es una fecha bastante normal.

jueves, 3 de julio de 2014

Chilla el cantil

Los farallones calcáreos de la Cordillera Cantábrica están coronados esta tarde por una montera de niebla. Ha llovido el último día, y el paisaje está tan verde y espeso, como húmedo y fresco.
La niebla tapa los picos, igual que  el ruido del río en el fondo del valle tapa el silencio de la niebla.
Aviones roqueros y aviones comunes gorgojean acariciando a la roca con la punta de sus alas. Canta algún colirrojo tizón pendiente de una segunda tanda de cría. Los buitres atraviesan el umbral de lo visible, y los cernícalos no viven por alejar a cualquier ser de las cercanías de su nido donde parece oirse chillar a los pollos. En los lejanos prados se escucha también un pollo volandero de busardo ratonero que ha salido del nido estos últimos días. Le localizo. Está posado en la estaca de un cierre. No está listo aún el pollo de alimoche, que tiene a los dos padres haciéndose carantoñas en una picota. Llevo aquí 10 minutos recostado en una roca no demasiado cómoda, aparte de bastante fría. Echo a alguien en falta. No se les oye, no se les ve...¿Qué habrá sido de ellos?
Estoy pensando en ello, cuándo chilla el cantil. Desde detrás de un cordal de roca blanca, dos de los pollos de halcón peregrino Falco peregrinus se persiguen en vertiginosos vuelos. Hay muy poca luz, y los intentos por hacer una fotografía decente en vuelo son inútiles. Aún subiendo la sensibilidad, no soy capaz de hacer nada presentable. A la par, otro grito se escucha. Localizo su origen. Es el tercer hermano. Durante cosa de una hora, puedo disfrutar de todos ellos posado cada uno en una atalaya. Pasado este tiempo y muy avanzada la tarde, tengo la suerte de que se aselen los tres en un árbol seco a unos 200 metros míos. Hay poca luz y no tengo trípode, pero de alguna manera me las apaño para hacer algo.
Fijaros la diferencia de tamaño de los 2 de abajo. El de la izquierda, más pequeño, es claramente un macho, mientras que la grandota de la derecha debe de ser una hembra. El de arriba, aunque aquí parece algo intermedio y más bien grande, en campo me parecía macho también, pero ahora con la foto me quedo con la duda. Aves rapaces como el caso del azor, del gavilán o la que ahora nos ocupa, tienen un acentuado dimorfismo sexual, destacando las hembras por un mayor tamaño.