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miércoles, 25 de diciembre de 2013

Las mentiras de la caza

Vengo de una familia dónde actualmente se caza únicamente como entretenimiento. Pero dónde la caza como suplemento alimenticio, ha sido fundamental años atrás. En mi familia se comían corzos, jabalíes, ardillas, pájaros carpinteros, liebres, ¡nutrias! y muy posiblemente otros cómo tejones y erizos. Hablo de las generaciones más próximas, pero sin remontarme mucho estaríamos hablando incluso de comer untu de osu en las cacerías más afortunadas. Soy por lo tanto, en parte, gracias a la caza. Sería tontería renegar a un pasado tan esencial. Si alguien lo hace, quizás sea porque no se ha parado a pensar en el pasado de su familia. Tampoco se me ocurriría renunciar a un instinto cazador que va en nuestros genes. Rastreo, observo, fotografío... Gozo con ello. Otros cazan.
El siglo pasado, llegaron unas poblaciones ya tocadas de fauna. Con la llegada generalizada de armas entre otros recursos, decayeron mucho. Verbigracia, caso de las aves rapaces, caso de los lobos, o caso de los osos pardos, que de no ser por un cambio de tendencia en las tradiciones, provocadas por cambios en las normativas, avanzado ya el siglo XX, seguro que ya no existirían.
Lo que aún quedaba en el monte, era herencia de lo que había pervivido históricamente, gracias a menores densidades de población por una parte, y sobre todo a una mayor dificultad para cazar. Por aquel entonces, podíamos coexistir con la fauna local, interaccionando con ella como depredadores. Esto era totalmente sostenible por aquel entonces.
Hoy somos muchos, y tenemos grandes herramientas para caza: armas casi perfectas, pistas y vehículos a espuertas, óptica, focos, reclamos, etc. Si nos volcamos con la caza, nos sobra capacidad para romper el equilibrio. Es la primera vez en la historia de los homínidos, la primera vez en millones de años, que nos enfrentamos a esta situación. Contamos con un coeficiente intelectual, que es nuestra principal herramienta para gestionar esta capacidad nuestra, que no necesidad: la caza.
Y es ahi dónde quiero entrar, porque la caza, hoy ya NO es una necesidad. Yo convivo con la caza, soy amigo del cazador. Yo soporto la caza. Quien me conoce lo sabe. Pero no por ello voy a admitir las dos grandes mentiras y todas sus variantes. Muy extendidas, y que nunca entro a rebatir, porque siempre tienen que salir en el bar, un sitio  poco propicio para enfrentar opiniones usando razonamientos.
1.- La especies cazables existen aún gracias a los cazadores: NO es cierto. Creer que las perdices, los conejos o los jabalíes existen a día de hoy gracias a los cazadores es un pensamiento tan extendido como falso. Los sitios en los que existen perdices, por ejemplo, debido a las sueltas cinegéticas. Primero, ¿son sitios aptos para las perdices? No todos los campos son aptos para albergar perdices, o bien por su distribución natural, o bien por el hábitat. Y segundo, si es sitio apto y no las había antes de la suelta, ¿cuál es la verdadera razón de su ausencia? En muchos casos ha sido el exceso de caza; en otros lo contraproducente que ha sido las propias sueltas cinegéticas que han contaminado genéticamente unas razas hechas aquí y "para aquí".
2.- El control de depredadores es necesario para la conservación de la fauna: Quien afirme que las perdices no puede subsistir sin controlar las poblaciones de zorros o las de águilas, que me argumenten como llegaron las perdices hasta nuestros tiempos cuando desde su aparición en el mundo hasta el comienzo de la caza intensificada, nadie hizo nada en su defensa. "Debieron de llegar de puro milagro" dirá alguno, "y menos mal que llegamos a tiempo...". En Amazonas, selva con muy poca presión cinegética gracias a la baja densidad de población, nadie controla a los jaguares o a los pumas, y estos no son capaces de acabar con los tapires, ¿cómo es posible eso? Y en Canadá, que los lobos no acaben con los renos cuando ambos campan a sus anchas, ¿no es eso milagroso? Sin embargo aquí, dónde todo lo sabemos, cualquier "experto del campo" te dirá que si no se mataran lobos, acabarían con todo.

Foto histórica de principios de los 90. Por si alguien cree que he crecido aislado del mundo rural y del mundo cinegético. Ahí tengo unos 11 años, y lo que posa a mi lado es una loba muerta por un cepo en el alto Nansa. Atada sobre el capó de un coche y expuesta en el centro del pueblo, era motivo de celebración. Eso mamé.
Donde existe fauna, deben existir depredadores. De hecho, estos son los más indicados para controlar a sus presas. No vayamos lejos. Amazonas, Canadá, Siberia....quizás alguien piense que me estoy llendo a "países lejanos" porque aquí no existen ejemplos pro-depredadores, o en contra de la caza como algo necesario: Los mejores ciervos de la Península Ibérica en las últimas décadas son los ciervos de la Sierra de la Culebra, los de la Cordillera Cantábrica (Saja, Fuentes Carrionas, Riaño, etc), y sitios aledaños. ¡Los mejores venados viven dónde hay lobos! Lobos que comen ciervos. Si señores, así es. Podría ser casualidad, pero tantas casualidades a nadie convencerían. Que me digan que el mejor venao fue uno cazado en la finca de El Pimpollar en Sevilla, está claro que se debe a animales "artificiales". Animales que comen pienso enriquecido, animales que viven muy lejos de lo que es natural, y que aunque esto no lo sé, no me extrañaría siquiera que esté contaminado genéticamente por otras poblaciones europeas. Ahí está la mano del hombre manipulando los bichos para hacer dinero, como siempre. Tampoco nadie se cree que el tercer ciervo mejor puntuado, cazado casualmente por el señor rey de este nuestro estado en la finca de La Ermita (Madrid), sea un "ciervo natural". Seguramente sea un bicho que nunca se ha visto en la necesidad de saltar la cerraura de un prau para llenar las tripas (al igual que su cazador). Es más, a saber dónde nació...
Haberlo jodido todo y querer ponernos la medalla de salvadores es muy fácil. Obviamente no serán las nutrias las que vengan a rebatirnos la teoría de que nosotros salvamos a las truchas mientras ellas se empecinan en comérselas a todas. Ellas no saben hablar para decir la verdad. Pero no nos engañemos. Si las truchas se acaban, será por nuestra culpa, no por la de la nutria. Si las perdices se acaban, será por nuestra culpa, no por la de la zorra. Si los ciervos no son mejores de lo que son, no culpa de los lobos, culpa de la caza tan poco selectiva que se realiza por parte del hombre.
Me parece perfecto que la actividad de la caza no desaparezca. A lo que no accedo es a que se diga que la caza es necesaria. Exceptuando casos muy concretos, esto NO es cierto.
A estas alturas, quien no quiera entender, que no entienda, pero cualquier persona con capacidad de pensar debería ser consciente de que la caza es un gran negocio a nivel mundial. Este negocio se fundamenta en ese instinto cazador que comentaba al principio que todos tenemos dentro. Espero de verdad que nuestra capacidad de gestión de los recursos, regulada por científicos, y no por esta industria, invierta la hecatombe cinegética de las últimas décadas. Hay mucho silencio comprado entorno a el tabú de la caza, y siento que alguien tiene que gritar. Así que allá voy yo con mi vocecilla. El negocio de la caza, nunca va a admitir ni esta hecatombe, ni tan siquiera va a admitir otros temas como por ejemplo:
1.- Los heridos por arma de fuego: Casi 1000 en el año 2007 en España (son los datos que he conseguido) y más de 20 muertos...
2.- La intoxicación por ingesta de plomo. El que se coma por despiste un perdigón...mal va. Pero ¿y el que no? Recientemente se ha descrito que cuándo una bala de plomo impacta en un cuerpo, partículas de este peligroso material en forma de esquirlas microscópicas se distribuye por las zonas periféricas al impacto. El que come carne de caza sabe que no siempre se descarta el lado en el que impacta la bala. ¿Alguien que coma mucha carne de caza se ha hecho análisis de nivel de plomo en su organismo? Me parece muy preocupante que la ciencia sepa de este riesgo y que haya un interés claramente posicionado en que no salga a la luz mientras sábado tras sábado la gente se atiborra a carne de caza. Ahí queda eso, el que sepa más sobre este tema, que arroje luz.
3.- En el tema de los derechos de los animales no voy a entrar porque ecológicamente tiene poco sentido, y por lo tanto, sin querer menospreciarlo, a mí me importa menos.

4.-Si lo que queremos es tener sitios llenos de piezas de caza sin depredores, quizás la solución sea soltar perdices de esas de granja tan fáciles de tirar dentro de polideportivos, soltar a gente armada con chalecos antibalas y cascos, ¡y que entren ahí a to ciscu! Quizás así también atajemos el problema a quien quiera ir a dar un paseo al campo a fotografiar, a coger setas, o simplemente a andar, y vea limitada su actividad, o simplemente cancelada, por la preferencia que se le da a un grupo de gente que sale a matar animales (para salvarlos claro!!).
Esta es la opinión de un humilde no cazador.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Cocodrilos que usan herramientas

No dejarán de sorprendernos los animales... en esta ocasión, son los cocodrilos. Esos seres de sangre fría, y de los que nunca me habría esperado un comportamiento tan elaborado como el descrito por unos científicos. Han estudiado con varios ejemplares en cautividad un curioso comportamiento en el que los cocodrilos se colocan unas ramas sobre el hocico o en la propia boca. Cita concretamente a las especies Crocodylus palustris y Crocodylus porosus. En su inmóvil rececho, balancean sutilmente la ramita esperando que alguna ardeida (garzas y garcetas), que crían en una cercana colonia, baje a por su rama para aportarlo al nido. En ese preciso momento, el gran lagarto, con un rápido movimiento, apresará entre sus fauces a la inocente ardeida...
Ejemplar de caiman enano.

El artículo en cuestión está publicado en el último número de la revista Ethology, Ecology and Evolution. Para los incrédulos, os recomiendo que leáis el artículo.
En la foto, un caimán enano Paleosuchus palpebrosus que pude sacar aquel épico día. Poco tiene que ver esta especie con las del artículo, pero es lo más aparente que tengo.

martes, 10 de diciembre de 2013

De puertu en puertu

Fué el otro día en una hermosa ría, en mi preferida, en la de San Vicente de la Barquera. Estaba con el telescopio viendo aves, y encontré un ejemplar de gaviota sombría Larus fuscus con una anilla de color, con unas letras. Cómo hago siempre en estas ocasiones, grabé en el móvil lo que veía.
Era un ejemplar de segundo año calendario, es decir, nacido en el 2012. Investigando en internet, averigüé, por las características de la anilla (color y códigos) quien la anilló. Es un investigador francés. Le escribí un correo electrónico, comentándole el hallazgo, y raudo, se puso en contacto conmigo para darme noticias sobre el ave. Cómo es norma entre los anilladores/observadores, él me pasó su historial. Esto es un registro en el que te viene dónde se anilló, en qué fecha, y por qué lugares ha pasado el ejemplar.
Me encanta que me llegue un historial, y ver cómo estos pequeños animales pasan de las fronteras, y ver por qué pueblos han pasado. Se limitan a viajar por el mundo sin más preocupación que el encontrar comida cada día, que por otra parte, no es poca preocupación...Si os parece, me he permitido la libertad, para hacernos una idea de la película de este ave, de poner enlaces a fotos de los pueblos por los que ha pasado, para que nos podamos hacer idea de los distintos ambientes que ha recorrido:
El ave nació en una isla atlántica cercana a las costas francesas, un poco más arriba de Rochefort. A finales de su primer verano, había volado unos kilómetros hacia el norte para acabar la estación cerca de dónde nació. Ese mismo invierno, un ornitólogo español, Antonio Gutiérrez, la observó durante la invernada en el pueblo coruñés de Valdoviño. Se había hecho un viaje majo por todo el golfo de Bizkaia la "palomica". Acabada la temporada invernal, regresó a su zona natal, dónde a finales de verano la localizó un colega francés en Les Sables d'Olonne. Eso fue 9 semanas antes de que la viera yo en San Vicente de la Barquera, probablemente en su viaje a su tierra de invernada, en Galiza.
Una compañera suya, tenía un trozo de sedal que le salía del pico, y que seguramente tuviese dentro de su aparato digestivo un anzuelo o aparejo similar. Es una pena ver cómo aparte de tener que luchar contra la mar y la contaminación, estos pobres animales han de luchar también contra estos otros elementos.
Deseo a nuestra protagonista y compañeras, una feliz invernada en las costas cantábricas/gallegas.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

¡Nutria a 1725!

Hoy leí el mensaje de un amigo que vive en Badajoz. Me cuenta que el otro día iba en bici por el puente viejo, y me detalla el disfrute que aconteció cuándo localizó una nutria lutra lutra con su bebecito. Estuvo unos minutos escuchándolas, viéndolas, y compartiendo el momento con gente que pasaba por allí. Además pudo gozar con martines pescadores, ¡y con meloncillos! Cree que la naturaleza de nuevo ha hablado con él. Me lo dice así, y le entiendo, porque he tenido ese sentimiento tantas veces...
Joaquín, me lo has escrito tan detallado y con tanta pasión, que no puedo hacer sino dedicarte este relato, que sólo tiene en común a la nutria. Espero que te guste. Y allá va:
Ayer, el tiempo era plácido. Frío, pero sin nubes ni apenas viento. Un día perfecto para subir a la montaña nevada en busca de rastros. Una ruta que salía de los 900 metros, y que desde los 1200 metros hasta los 1800 que subí con mi amigo Mikel, estaba nevado. La vida del monte, una vez más, escrita en el suelo. Cuatro patas y cuatro ojos, estaban dispuestos a leer los 15 kilómetros de ruta sobre nieve que nos quedaban por delante. No imaginábamos lo despacio que íbamos a andar, culpa de la cantidad de versos que cruzaban la pista para uno y otro lado. Leemos enseguida los primeros rastros de jabalí. En los primeros prados, una cantidad ingente de actividad del gato montés. Unos que suben, otros que bajan...Realmente, sólo podemos asegurar la existencia de dos ejemplares, ¡pero parecieran decenas!
Huella de gato montés fresquita.

Las omnipresentes huellas de zorros, se entremezclan con las del felino. Es esta una ocasión formidable para ver las diferencias, notables, entre los rastros de uno y otro animal. Dejamos atrás los prados, y los rastros de gato montés, cada vez más escasos según entramos al hayedo, son sustituidos por el de las martas (o menos probablemente garduñas). Estas corretean por la pista hacia arriba, se salen por el talud de arriba, vuelven a la pista, bajan hacia el hayedo, vuelven, se pelean en el suelo...Es una pareja primero, y un ejemplar solitario después. Sorprende su presencia hasta superado el límite supraforestal, dónde sólo el zorro corretea ya a sus anchas. Un tímido oso cruzó por aquí hace ya días a juzgar por lo desgastado del rastro...Algún venau se mueve hacia zonas más bajas buscando la comida que arriba es difícil de encontrar. Los rebecos, sin embargo, vemos que aguantan en los riscos más altos, ¡sorprendente! En zonas inhóspitas, ratoncitos cruzan la pista de escoba en escoba cómo dentro del bosque lo hicieran las ardillas, ¿cómo pueden vivir en estas condiciones esos animalucos?. Hablo de zonas dónde hay un espesor medio de más de medio metro de nieve. Un águila real vuela por el valle hacia abajo con un buche tan lleno, que por un momento es confundido con el cuello de una garza real. Y así llegamos a la cumbre de nuestra ruta, a 1800 metros. Allí, el espesor de nieve ronda una media de 80 centímetros. Sale una brisa heladora, y no se puede parar uno mucho.
De repente una rastro en la nieve muy desdibujado. El primer pensamiento...un zorro pasó por aquí anoche. Pero no, estudiamos el rastro y vemos que va dando saltucos con grupos de 4 patas como lo hiciera un muestélido tipo garduña. Sin embargo, algo no cuadra. Un rastro quizás un poco grande, un lugar demasiado hostil en esta época, y por fin empiezan a cuadrar piezas:
Entre salto y salto arrastra algo, que puede ser una cola y...a 100 metros, de dónde viene el rastro, hay un río. Nos acercamos siguiendo las improntas, y justo. En animal no ha cruzado el río, sino que se ha ido desplazando por un cauce salpicado de islas de hielo y nieve, y que entiendo que baja a una temperatura muy cercana a los 0 grados. ¿Qué otro animal se podría desplazar por el curso del río emergiendo de isla en isla y sin salir al exterior durante muchos metros? Parece claro. No obstante, en estos momentos, he lanzado la consulta a un experto en el tema para constrastarlo y que me de su opinión.
Bajando por otro bosque, más y más rastros. Además, pinzones reales, zorzales alirrojos, y para rematar la faena, una hembra de pito negro que pasa volando frente a nosotros acabando ya el día.
Ahí estaba Joaquín, sí, a 1725 metros sobre el nivel de el mar, y con un espesor medio de 80 centrímetros. ¿Quién da más?

viernes, 22 de noviembre de 2013

¡Adios Barricada!

Lo siento por los que visiten el blog sólo para leer montaraces historias.
El Drogas.

Hoy, la entrada es un homenaje a una banda de rock que me ha agradado en incontables momentos. Este fin de semana, dan un concierto de despedida en Iruña, su tierra natal. Han sido 31 años repletos de buenos discos y mejores conciertos. Yo no la conocí en sus comienzos, pero aún en el colegio, los compañeros más "malotes" de clase tarareaban los estribillos de aquella mítica En blanco y negro.

Boni.
 Eran tiempos sólo para tararear las canciones con los amigos de clase sin pararte ni a pensar en qué decían. Unos años más tarde, en el instituto, con las hormonas revolucionadas, ¡las canciones eran perfectas! Aquellas juergas, aquellas risas, y aquellas canciones. Volver a casa casi amaneciendo un sábado gritando el estribillo de Noche de rock and roll, junto con aquellas primeras pernoctas en el monte, era de lo mejor que te podía pasar en unas semanas estropeadas por la entre semana.
Alfredo
Hoy, unos cuántos años después, las canciones siguen sonando, ahora en el pc, en el coche, etc.
Hay dentro de su amplio repertorio (compuesto por unos 15 discos), una canción que dedicaron a Mikel, uno de los primeros componentes del grupo, y que murió tras un incidente en un concierto en 1984. Es Pon esa música de nuevo. Creo que cada vez que me acuerde de la banda, me acordaré de esta canción, y pondré algún temazo de los que nos dejaron. Os pongo un enlace a un vídeo que grabé en un concierto hace 7 años. Es un trocito de esta canción, y en ella sale El Drogas en acción. Ha sido el más carismático en la banda.
Las fotos fueron sacadas en el mismo concierto, en julio del 2006 en Santoña. Mis disculpas a Ibi, el batería, del que no tengo fotos decentes.
Gracias a que han dejado un buen legado grabado...¡HASTA SIEMPRE BARRICADA!



(y la próxima, de bichos...)

domingo, 17 de noviembre de 2013

Cuando se enfila el cierzu

Es una semana cualquiera entre noviembre y abril en la cordillera Cantábrica. Las isobaras antojan que el viento gire al norte desde bien arriba, y esto es lo que pasa aquí. La nubosidad proveniente del Cantábrico, viene subida en aires fríos directos de las zonas boreales o árticas. Ello conlleva el que las cotas de nieve bajen a cotas por debajo de lo habitual en los frentes que suelen venir más frecuentemente del oeste/noroeste, situaciones en las cuales la cota de nieve rondan más los 1500 metros.
Así amanecimos el 16.11.13. Pinchar para ver con más definición.

Hace 4 días estaba con unos amigos de paseo a 1700 metros en manga corta, y hoy nos despertamos así, con esta nevada a partir de los 700 metros. Es la primera del año, y ha resultado bastante copiosa para ser a mediados de otoño. Suelo blanco sobre los 700, unos 10 cm a los 900, y por allá arriba, no me extrañaría que ronde los 40 cm. Nada mal para ser la primera...
El ganado pasa primero de estar en los puertos, a pasar a los prados, y después, en este caso, de los prados a las cuadras dentro del pueblo. Ya no pueden comer directamente de los prados, y es hora de sacar rendimiento a la hierba que se hizo durante el verano, y que con tanta maña se metió a los pajares. De venir muchas nevadas, esta hierba se acabará, y habrá que recurrir a comprar paja de Castilla. Por eso, los vecinos ganaderos, esperan que esta bonita estampa no esté demasiado presente durante estos 6 meses.
Lo que hoy para la mayoría es una estampa de calendario, ha sido una lacra que ha mermado la economía de las casas, y antes también la salud. Muy recordadas son las nevadas más gordas de la historia reciente. Hoy día ya no hay gente que nos la cuente, pero ha quedado escrita "nevaona de los tres ochos". Se llama así porque aconteció en 1888, y atacó a toda la cornisa Cantábrica. Dejando espesores de medio metro en Los Corrales de Buelna (a 100 m snm), de 2/3 metros en pueblos como Dobres (a 900 m snm), o de 3/6 metros en las calles de Reinosa. Cantidades históricas que hundieron muchas decenas de invernales con animales dentro, casas, y que además hizo que ganaderos que salieron a buscar ganado al monte muriese por la dificultad no sólo de encontrar los animales, sino de encontrarse ellos mismos. Nevadas como aquello, sin duda habrían sido catalogadas de catástrofes naturales hoy día. Grandes medios se pondrían a nuestra disposición, y se inyectaría economía en la zona para amparar a los desafortunados. Por aquel entonces, sería algo más parecido a una merma natural, dónde mucha gente moriría, y otra perdería gran parte de su trabajo y pertenencias. Nos pasaba más antes, cómo le sigue pasando ahora a los animales, que en estas nevadonas mueren por los montes. Afortunadamente en este sentido, los tiempos han cambiado.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Negros recuerdos, negras realidades...

Hoy es un día muy triste en mi empeño por creer en la justicia establecida por los gobiernos, y por lo que se vé, al claro servicio de ellos.

No quiero pecar de inocente, no me sorprende lo que leo hoy, pero aún así, al leer la noticia quedo perplejo por unos segundos...

lunes, 4 de noviembre de 2013

Carrera del rebeco

Hace mucho tiempo, puse una secuencia de cómo corría un zorro por la nieve. Hoy hago algo parecido, pero con un rebeco de Picos de Europa. En su fuga, le hago una ráfaga mientras corre. Publico ahora el fotomontaje en el que se ve al único rebeco a lo largo de su trayecto para que os hagáis una idea de los bricos que da.
Pinchar la imagen para verla mejor.

martes, 29 de octubre de 2013

Regalo a la vista

El otro día en "Pájaro que vuela...barrido que te parió", puse un pájaro de río. Hoy pongo uno de paredes sacado con la misma técnica: el barrido. Se trata de un treparriscos Tichodoma muraria. Lo capturé este verano en los Picos de Europa, en una jornada de campo compartida con amigos.
El "pájaro mariposa", deleita con su pausado aleteo la vista de quien tenga la suerte de localizarlo. Unas redondeadas alas adornadas con llamativos colores, no pasarán desapercibidas para el montañero, escalador, o naturalista que tenga la suerte de verlo de cerca. Os dejo con uno de los treparriscos de las últimas semanas.

lunes, 28 de octubre de 2013

Todo iba bien...



Fin de semana grande para Liébana. Se celebraba  en el municipio la Fiesta de la Vendimia, la cual gira en torno a la casi desaparecida tradición de vendimiar las viñas del valle. El tiempo acompañó, y no sólo a este festejo vino la gente, sino que casas rurales del resto de la comarca lebaniega se llenaban de familias que ven cómo el verano se alarga. Otros, simplemente venían a pasar el domingo, comer en alguno de los múltiples pueblos que tenemos  en el valle, tomar algo en Potes por la tarde tranquilamente, y marchar.
Todo fue genial este fin de semana para el sector terciario local, que veía cómo acabando el mes de octubre, sus arcas crecían gracias al apacible tiempo, pero gracias también al maravilloso entorno en el que tienen suerte de abrir sus puertas.
Yo subía de la costa por la tarde y era increíble la cantidad de asturianos, cántabros y vascos que bajaban por el desfiladero de La Hermida. Cientos de coches me crucé en su vuelta a casa. Y cuál era mi sorpresa, que al llegar a Potes, ya sin luz, las calles hervían de gente.
Y mayor fue aún mi sorpresa cuándo me di cuenta que todos miraban desde la plaza de la Serna cámara en mano, desde el puente de San Cayetano cámara en mano, desde los arcos cámara en mano, incluso desde mitad de la carretera cámara en mano registrando un impresionante y desagradable episodio. Ardía en esos momentos parte de la belleza de la que vive gran parte de la población lebaniega.  Me oriento, y deduzco que es la Peña Ventosa la que arde. La solana de la misma exactamente. Un lamentable espectáculo que pone la nota negra a un fin de semana que aparentemente había sido de 10. Cientos de familias iban a volver felices a sus casas con las retinas llenas de buenos momentos, pero alguien tuvo la idea de dar fuego al monte, y ahora la gente ya no se iría contenta.

“Qué lástima”
“Van a morir miles de animales abrasados los pobres”
“Que pena, se morirán los árboles”
Esos son los comentarios que se oían por las calles de Potes por la noche mientras grababan con impotencia las llamas del valle de Bedoya. Al llegar a casa y comentar con la familia, al llegar hoy al café del trabajo y comentar con los compañeros, ya no hablarán de las grandezas que pudieron disfrutar hasta esa hora, hablarán del desgraciado suceso que aconteció.
Gran parte del sector ganadero apuesta desde hace años por el desbroce mecánico para recuperar brañas de pastos. Un método mucho menos agresivo que transforma las laderas en pastizales. Un suelo, que con las próximas lluvias, van a ir a parar en forma de toneladas de ceniza al río Santo y al Deva. Matarán a las gurasapas y tricópteros, alimento de las truchas y demás fauna del río. Una minoría, aunque demasiados aún, siguen apostando por quemar furtivamente el monte público sin permiso de nadie. Es gente no evolucionada que no se da cuenta de una realidad ya sabida por todos. Dueños y señores, cuando sopla el viento sur y más daño se puede hacer, dan cerillazo y bajan a casa a dormir tranquilamente para al día siguiente ver el resultado.
El resultado real, es que han destrozado algo de todos. El resultado que le regozija es que en primavera no saldrán tantos escajos, y si más hierbina fina verde. Pero esto será sólo esta primavera. A la siguiente el matorral volverá a invadir esa ladera en un esfuerzo contínuo por regenerar el bosque. Inútil esfuerzo, pues mientras ese vecino viva, cada pocos años requemará una ladera cada vez más erosionada, con cada vez más dificultades para revegetarse. Y así será hasta que la voluntad política eduque y castigue estas acciones permitidas desde la clandestinidad aún a día de hoy. De no llegar ese momento, Cantabria será en el siglo XXII “El Desierto Vertical”. Me voy a quedar con la curiosidad de ver con que campaña se vende semejante marca.
He de anotar, para ser justos, que precisamente es Liébana una de las comarcas menos castigadas por el fuego, lo cual es mérito de sus vecinos.

viernes, 25 de octubre de 2013

Huele a otoño

Aquí el otoño no llega cuándo lo marca el calendario. Mucho menos cuándo lo dicta el Corte Inglés.
Aquí el otoño llega cuándo la savia baja a tierra, y las hojas colorean cálidas cantábricos paisajes.
Huele a humedad, huele ya a frescor.
Huele a chimenea ahumando, huelen los pueblos a magosta, huele ya a otoño.
Paso del verde al rojo que frena los coches en la ciudad. Aquí, en los montes, detiene el frenético ritmo veraniego. Animales y personas, nos preparamos para afrontar la época más dura en la montaña, el invierno.
25 de octubre por la tarde.
Sé de más de una persona que ha estado por aquí hace poco que se va a lamentar de no haber visto este paisaje por culpa del retraso de dos semanas con que ha llegado en el presente año el monte pardo.
Los que podáis asomaros al monte estos días, ¡no dejéis de hacerlo! Vuestros ojos, os lo agradecerán.

jueves, 24 de octubre de 2013

Pájaru que vuela...¡barrido que te parió!

Ayer estuve al mediodía por la orilla del río Deva (Liébana, Cantabria). No era lo que buscaba, pero aparecieron dos, siempre agradecidos, mirlos acuáticos Cinclus cinclus. Para quien no lo conozca, se trata de un curioso pajaro que vive en cursos de agua dulce oxigenados, con abundantes rápidos y saltos por lo tanto, y que no sólo pesca desde la orilla, sino que bucea de contínuo levantando piedras del fondo para coger larvas de invertebrados, moluscos, y otras presas.
l
Al final, me traje a casa dos kilos de castañas, una Macrolepiota procera y esta foto del pájaro aterrizando en la orilla. Como iba volando, apliqué la técnica del barrido para evitar que saliese movida. Esta consiste en mover la cámara en el sentido del ave con el fin de conseguir que el animal permanezca lo más estable dentro del encuadre durante el tiempo de obturación. Lógicamente, lo más práctico es tenerle en el centro del encuadre, de manera que no le cortemos al disparar. Posteriormente, si se quiere que el ave quede en un lateral de la fotográfica, a priori siempre más estético, se puede recortar del total con un programa informático.
Siempre me gustó hacer barridos. Hace años entrenaba desde el balcón de casa haciendo barridos a los aviones comunes que me pasaban a menos de 10 metros. Os aseguro que con ese entrenamiento, el cuál os puede cansar en cuestión de pocos minutos, luego no hay ave grande que se os resista. Esto se debe a que la velocidad angular necesaria siempre va a ser menor, y el posible problema para encuadrar con rapidez, va a desaparecer.

jueves, 17 de octubre de 2013

Cinco años después...

Hoy, 17 de octubre del 2013, llegaba a Cantabria con un coche con todas mis pertenencias encima hace justo un quinquenio. Volvía después de cinco años lejos de mis montañas.
Volvía a ver los robledales de Gormeján, los Picos de Europa, la Sierra del Cordel, la de Peñasagra, y la maravillosa costa cantábrica. Fué un momento muy feliz para mí. Volví a ver a mi gente.
Pero no todo es blanco o es negro. Hace cinco años dejé atrás los Pirineos con sus abetales, Javalambre con sus extensísimos sabinares, el Prepirineo con sus mallos. Mis retinas dejaron de disfrutar cada amanecer con las Sierreras de la Partacúa o de la Tendeñera...Mi línea de horizonte no la cortaría más la Peña Collarada, los pastizales del Oturia, la magnífica Peña Oroel. Los fines de semana ya no recorrería los valles del Otal, la foret de Isaux o el Salto de Roldán. Cambiaría los bojales por acebales, los abetales por hayedos, los pinares por robledales y los ibones por pozas. Pero más allá de todo esto, dejé de compartir grandes momentos con esas nobles gentes. Gentes de maravillosos pueblos como Sabiñánigo, Jaca, Sarrión, Huesca, Teruel, Zárágózá, Sariñena, Barbastro, Siétamo, Ejea de los Caballeros, Mora de Rubielos, Mosqueruela, Alcañiz, Calamocha, Caminreal, y un sinfín de apartadas poblaciones, con un encanto especial que sólo en Aragón podemos encontrar. Gracias a estas montañas, y gracias sobretodo a todas estas gentes e incluso gente de otras partes que también aquí conocí, por lo bien que me trataron en todo ese tiempo. Aunque lo saben, les digo desde aquí que desde entonces, mis gentes ya no sólo están en Cantabria, y que con cariño, desde entonces siempre digo que Aragón es mi segunda tierra. Y lo hago lleno de orgullo. Lo que han conseguido, es que nunca me olvide de ellos, ni de su tierra. Lo que han conseguido es que ame el acento maño, la fabla, y que mire cada día de invierno en el tiempo cuánto ha bajado el termómetro en Teruel.
Ayer, para conmemorarlo, me di un paseo por el Salto de Roldán, un sitio mágico para mí. Allí vino a recibirme un treparriscos que no pude fotografiar, y otra rapaz que sí que pude retratar a placer. Aquí os dejo con un gavilán Accipiter nisus que era hostigado por un grupo de aviones roqueros.
Ejemplar de gavilán sobrevolándome.


sábado, 12 de octubre de 2013

Grandes éxitos, múltiples fracasos

Ayer al atardecer estuve esperando un tejón en su territorio para ver si le podía hacer un vídeo. Se metió viento del norte. Trajo frío, niebla. Finalmente lluvia. Me moje las piernas. Se me enfriaron las manos. Ya denoche fui al río a ver si veía por casualidad algún desmán ibérico. Estuve allí más de una hora, encima de un pozo. No hubo suerte. Las botas me calaron. Por lo tanto los pies, también se enfriaron.
El otro día hice 3 horas de coche para ir a un monte y hacer un recorrido. Al llegar, vi como las nubes se metían. La visibilidad pasó rápido de 40 metros a tan sólo 2. No pude hacer el recorrido. Salirse de la senda yegüera en mitad de aquella ladera, se hacía harto arriesgado. Perderse era lo más fácil, por lo que la marcha se vió truncada. Volví a meterme otras 3 horas de viaje hasta casa.
En primavera estuve en la Sierra de la Culebra (Zamora). He ido en muchas ocasiones. Para ello he hecho miles de kilómetros. He pasado amaneceres preciosos, pero gélidos a la par. También he pasado al mediodía calores. Nunca he visto lobo allí. No digo las esperas que he hecho en dicho paraje porque os daría la risa.
En invierno subí unos 1000 metros de desnivel con un amigo que quería ver perdiz pardilla por primera vez. Salimos con el suelo congelado de casa. Llegamos a una ladera en la que había que rodear cada nevero, pues estaba la nieve tan congelada, que hacía arriesgado pasar por encima de ellos por riesgo de resbalar y bajar por la ladera. Fue un día de intenso pateo, crudo frío, y escasos resultados.
Otro día un amigo me dejó, con un frío invernal en una cumbre. A los 30 segundos de dejarme en el lugar, dónde nos reencontraríamos por la tarde, me retorcí un tobillo que me tuvo 5 meses sin andar en condiciones por el monte. Afortunadamente tenía una esterilla y un saco aquel día. Pasé el día metido en el saco, resguardado del viento matador. No vi nada aquel día.
En otoño, una amiga del sur vino con ganas de ver gato montés. Nos tiramos varios días buscándolo sin resultado. No había manera...Día tras día nos encontrábamos con el fracaso.
Hay que saber disfrutar el monte vacío, porque son muchas las veces que te bajas a casa sin haber visto nada. Pasar un agradable día es el único requisito que hay que buscar para pasarlo bien. Todos los extras, bienvenidos sean.
Septiembre del 2013:
Aquella noche hubo un mar de nubes impresionante. Nosotros veíamos cada estrella, pero desde el fondo del valle, no se veía ni una. Rompió el alba y vimos como la fortuna hizo que las nubes se aguantaran monte abajo. Ahora, sólo podíamos pedir que no subieran al amanecer y nos robaran la visibilidad. Con el buzo puesto, el gorro, los guantes...no sobraba nada allá arriba.
Tumbado junto a una roca que me ocultaba parcialmente estaba. A mi izquierda, el telescopio montado. En mi cara, los antiojos reposan contra los cristales de las gafas. El aire fresco no me deja quitarme ni una prenda. Hay sitios en los que el verano es sólo un atisbo de 2 horas diarias. Comenzamos a ver un ciervo y otro. Algún rebeco, e incluso 2 corzos. Los buitres reposan en una roca, y nada más hay a la vista. La cara quieta con la cabeza apoyada en la roca. Los ojos dando pasadas a las laderas por ver si algún punto se mueve...De vez en cuándo, barridas con los prismáticos allá dónde la vista no llega. Y es en una de esas cuando en una braña veo un bicho a la carrera. ¡Se trata de un osezno! Pronto aviso a mi compañía y disfrutamos juntos del espectáculo. Localizamos un adulto al trote por un brezal atravesando una ladera. Desconocemos el motivo por el que huyen, pero algo pasa en el monte. Quizás la presencia de otro oso. Un perro...¡a saber! Detrás, sus dos crías, de un tamaño ya bastante majo, persiguen a la que es su madre. Sea como fuere, hoy es un día grande. Los múltiples fracasos firmados en tantas y tantas jornadas de esperas, se ven recompensadas con estos 9 minutos de observación. En ese tiempo, con los nervios, da tiempo a muy poco. Colocar bien el telescopio para ver al bicho, indicarle al compañero dónde está, acabar llendo a buscarlo con su telescopio para que también él pueda verlo, volver al tuyo, y por último, y por los pelos, hacer una grabación de vídeo muy corta con la que documentar lo acontecido.

Esta mierda de vídeo representa lo que para mí fue el momentazo del verano. Hay que decir que en el vídeo original se ve mejor (aunque no mucho más). Os he numerado los animales para que los podáis localizar. La cría número "1" se ve fácilmente. La "2" cuesta más. Y la madre, con el "3", cuesta basntante verla en youtube. A ver si fijandoos podéis llegar a ver la familia al completo. Momentos antes, la madre se estuvo poniendo a dos patas con el fin de otear alrededor y orientarse.
Y recordad, pese a todo, ¡el que no espera desespera!

viernes, 11 de octubre de 2013

Cartas desde la casa del osu

Ayer, en la casa del osu, pudimos comprobar como la comida abunda debajo de cada peña, en cada toral, en cada valleja...
Acabados los escuernacabras Rhamnus alpina en los canchales calizos. Terminándose ya la temporada de arándanos Vaccinium myrtillus en las cumbres. La cosecha de jayucos, que es el fruto del haya Fagus sylvatica, es buena este año. El haya es una fagácea vecera. Es un árbol que sólo cada 4/6 años suele tener una buena cosecha. Y este año, parece que ha tocado. Las moras, que hace ya 5 semanas alimentaban en las zonas bajas a algún que otro oso, han colonizado cotas medias y altas, en cantidad que yo antes no recuerdo verla. Gran cantidad de sabrosas moras, fáciles de encontrar casi en cualquier orla forestal, en casi cualquier claro del bosque caducifolio. Parece que los osos van a tener comida este otoño. Van a coger unos cuántos kilos, y las osas que den a luz a sus oseznos este invierno, van a dar abundante y sabrosa leche en el fondo de la escondida cueva.

Frutos de haya y moras. Alimento otoñal para el oso.

Ayer, en la casa del osu Ursus arctos, disfrutamos de un paisaje que empieza a reclamar su marrón. El verde ha perdido ya intensidad. El rojo, es adivinado por los ojos más avezados. Gozamos también con su fauna, con su clima, muy benigno hasta ayer para estar en octubre...Pero también, no podemos negar que disfrutamos con sus gentes.
Las gentes de la casa del oso y sus ancestros, son las que han permitido qué este magnífico ser, extinguido en el 99% del territorio peninsular, siga viviendo aquí. Esas gentes que vivimos ahora aquí, y que regentamos menos del 1% del territorio peninsular, debemos ser las máximos responsables de que el oso procree y recolonice nuevas zonas, escapando de una extinción a la que pareció estar abocado ahora hace 20 años. Debemos conseguir que lo que ha llegado a nosotros, no acabe en nosotros y llegue a próximas generaciones si no queremos ser recordados como "la generación egoísta". Si nosotros lo hacemos mal, da igual que nuestros hijos lo hagan bien, porque ya nunca podrán disfrutar de lo que todos sus antepasados han podido disfrutar. ¿Tendremos entonces perdón? La hemos cagado (o mejor dicho la estamos acabando de cagar) con el urogallo Tetrao urogallus, y no queremos que esto se repita con el oso.
Espectacular atalaya sobre los hayedos de la zona
Por otra parte, también aprovecho para decir desde aquí, desde la casa del oso, que las decisiones tomadas desde fuera, desde las capitales, muchas veces no ayudan a motivar a la población local a respetar y convivir con estos animales, sino todo lo contrario. Es para mí esta una política desacertada. En ocasiones el que haya oso, se traduce en una serie de impedimentos y de prohibiciones. Se nos da un trato distinto. Un trato peor. El que tengamos oso, debería ser motivo para tratarnos con algo más de esmero. Sin embargo, esta circunstancia es utilizada para tratarnos con restricciones. Algunas obvias, incluso necesarias para el buen quehacer diría yo. Otras, no sólo no aciertan. No sólo se deciden cosas sin mucho sentido, sino que además, da la sensación de que se aprovechan de la figura del oso para ponerla de excusa sin sentido, y obtener objetivos así muy distintos a la protección del oso. Aquí no somos tontos, y sabemos que el oso no es el enemigo, pero los méritos que se están haciendo para hacérnoslo creer, no son chicos.
No obstante, y ahora hablo por mí, aunque creo que lo puedo compartir con muchos vecinos, tenemos buena fé. Queremos creer que en el futuro, con diálogo, conseguiremos entendimientos y buenas relaciones. Seguro.

viernes, 4 de octubre de 2013

El tasugu

Allá os va un documento de estas últimas jornadas por los montes cantábricos. Es un tejón Meles meles. Animal popular extendido por toda la península ibérica. Tasugu aquí, tajudo en Teruel, melandru en Asturies...Inconfundible. Utiliza los viales para desplazarse, por lo que gran parte de las veces que se le ve atropellado. Otras veces, lo habitual es verle corriendo delante del coche durante unos metros. Y sólo en unas pocas ocasiones, se le encuentra en el monte de día. Yo puedo contar estas con los dedos de la mano...cuatro recuerdo ahora de memoria.

La observación del otro día, se la debo a un amigo de aguda vista que localizó a este ejemplar. Fueron 20 minutos de observación con el telescopio hasta que la falta de luz impidió proseguir la observación. Estiramientos y aseos, salpicados por cortos desplazamientos, ocuparon todo este tiempo. Nunca antes había cotilleado tanto tiempo seguido en la vida de un tejón, pues las decenas de veces que lo he visto, ha sido por encuentro fortuito y corto en el tiempo.
Se desconoce el estado actual de sus poblaciones. Ello ha motivado a la SECEM a organizar un seguimiento con voluntarios en los próximos meses. Los interesados en participar, podéis informaros en este sitio web.

miércoles, 2 de octubre de 2013

La del suplemento

Esto que os cuento aconteció esta primavera. Estaba con un amigo y una amiga bajo un paredón calizo en la provincia de la Yebala (Marruecos). Habíamos subido por aquella ladera con el fin de localizar nidos viejos y en desuso de quebrantahuesos, todo ello enmarcado en un proyecto de investigación en el cuál participé.
Minutos antes, habíamos disfrutado con la evolución de dos pollos de águila perdicera Aquila fasciata, que volaban ya junto a sus progenitores lo que era su territorio de aprendizaje, y de momento, de caza también. Chacales, puerco espines, jabalís o monos de Berbería, eran algunos de los animales que se podían encontrar en aquel paraje. También perdices morunas, chagras o chovas.
Habíamos tenido que ascender por un pindiu canchal, y rodeado un denso matorral, posiblemente de lentisco, no recuerdo ahora. Llevábamos allí más de media hora hablando, comiendo, bebiendo, reposando... Escuché un poco de ruido dentro de la mata de arbustos, pero no le hice demasiado caso pensando que podría tratarse de un pájaro tipo mirlo, pues a veces hacen mucho ruido para el tamaño que tienen. De repende, de aquel mismo sitio, sale un estruendo y algo comienza a romper monte. Una nerviosa jabalina se aleja de nuestra posición. Había estado oculta en la espesa vegetación pese a nuestra cercarnía, unos 50 metros. Espectacular la carrera que echó ladera abajo atravesando lentiscares, canchales y demás parches.
 Desaparece, y todo vuelve a quedar en calma. Pero un momento...en el lentiscar se sigue escuchando un ruido, pequeño comparado a lo de hace un rato. Era como el bonus track de un disco, o como el suplemento de una publicación. La jabalinona primeru, ¡y los bichucos detrás! De repente, sale a escena una piara en busca de su madre. Son 4 rayones, que desafiando a lo más seguro, que era quedarse ocultos, deciden bajar por la ladera siguiendo los mismos pasos que su sabia madre. Fue una escena muy bonita. Os dejo con la imagen que se quedó en el sensor de la cámara, y también en nuestras retinas.

martes, 10 de septiembre de 2013

El treparriscos

Ayer tuve la ocasión de disfrutar con la presencia de un treparriscos Tichodroma muraria en una zona habitual para la especie en los Picos de Europa.
Fueron tres cortas observaciones dónde hace poco más de media luna, varios ejemplares revoloteaban alborotados en busca de comida y cebas entre un caos de calizos bloques. Mi presencia y las de mis amigos, poco les importaban, y pudimos disfrutar unas pocas horas como nunca antes lo habíamos hecho con esta especie.
Mariposas emplumadas de caracter vacilón, que no dudaban en pasarnos a un metro de distancia, si la voluntad de querer volar a una roca hacía necesario el pasar pegaditos a nuestras narices. Adultos cebando a sonoros volantones, agrandan aún más un espectáculo ya de por sí magno.

En la foto que os adjunto, se ve lo que creo que es un joven. El aire le levanta unas cobertoras grises para dejar ala vista sus vistosos colores.

viernes, 6 de septiembre de 2013

¡El osu, el osu!

Cuándo te vas a poner en tu atalaya, y antes de sentar el culu cantas "ahí está el oso" a tu compañero de espera, pocas cosas más importan. Hoy ha sido un día grande en las montañas cantábricas.
Un éxito al amanecer. Otro al atardecer.
La tormenta no asustó al oso cantábrico, y el azúcar de las moras, ya maduras, pudo con su pudor al descubierto. Los prados, las escarpadas peñas...Cualquier sitio con zarzas con fruto es bueno para el oso ursus arctos. Han sido 20 minutos esta mañana, y tan sólo 5 esta tarde, pero ha merecido la pena ver como el oso y el hombre, pueden vivir muy cerquita el uno del otro cuándo éste último le demuestra el respeto que se merece.
Hoy estoy muy contento por poder haber visto esta bestia dónde la he visto, y por haberlo hecho además, en compañía de alguien que sé que lo ha disfrutado tanto como yo.

martes, 3 de septiembre de 2013

Disculpas

Fruto de un cúmulo de averias, visitas, viajes, fiestas y otras casualidades de la vida veraniega, ahora me doy cuenta de que podría haber puesto el cartel de cerrado por vacaciones por todo el mes de agosto, así cómo hacen las administraciones públicas.
Los últimos meses he descuidado el blog, y este agosto, creo que ha sido el único mes desde que existe "El Bichu" que ha dejado el casillero en 0 (sin tener el cuenta noviembre del 2010, que lo pasé entero en la selva). Espero que esto sea un punto de inflexión, y comience a recuperar el ritmo que tuve en tiempos anteriores. Para este fin, afortunadamente este mes no he dejado de bichear, y ello va a ayudar a meter unas entraducas este final de verano. Allá os dejo una de osos.
Ha sido hace pocos días, en compañía de un par de amigos, Julio y Ruth, sin quienes este viaje no habría sido la mitad de reconfortante. Nos planteamos dedicar unos días a intentar ver al oso pardo Ursus arctos. Por estas fechas, este animal está enloquecido por el escuernacabras, un fruto que madura a finales de agosto en las altas calares de la Cantábrica. Es un hábitat escarpado por una parte, y supraforestal en muchas ocasiones, lo que hace que el bicho tenga que salir parte del tiempo de campeo al descubierto. Esto provoca que sea una fecha excepcional para ver este esquivo animal. Las 2 primeras horas de la mañana y lo mismo por la tarde, es buen horario allá dónde la actividad humana no le perturbe en demasía. Esos canchales en mitad del hayedo, esa base del paredón blanco salpicado con matas de pudio...¡en cualquier sitio puede aparecer!
Tuvimos suerte con el tiempo, pues apenas unas pocas horas la niebla nos metió el susto en el cuerpo, por lo demás, tiempo despejado nos acompañó estos 3 días. Un rebeco corriendo nos advierte de la posibilidad de ver algo grande...y efectivamente, un joven y hermosos oso aparece andando por unas rocas. Va de mata en mata. Unas las mira y las pasa de largo, en otras para y se pone en pié. Se ayuda de los brazos para tumbar las ramas y pasarlas por su boca, en la que se produce la sangrienta degustación del Rhamnus alpina. Una de las ramas, era lo suficientemente fuerte como para que no la pudiese tumbar con facilidad. Recurrió a colgarse con las manos de ella, a la par que utilizaba la mandíbula como una tercera mano con la que asirse. Un par de balanceos bastó para triscar la rama y caer con ella al suelo. Allí, más cómodo, dió buena cuenta de sus frutos. Fueron varias las observaciones, con las que no os voy a aburrir. Quizás esta fuera una de las que más me impactó, y es por ello que la comparto.
Las observaciones fueron a larga distancia, siempre con la prudencia por delante, y evitando cualquier molestia menor o mayor. Os pongo una foto testimonial que con mi 300 mm y a más de 1 km, es lo que se podía conseguir. Os desafío a que encontréis en esta foto al ejemplar del que hablo. Pinchad la foto para verlo más grande.

miércoles, 31 de julio de 2013

FATAL ERROR!!!

El otro día tuve una avería gorda en el ordenador, de esas que sólo se arreglan con un cheque de los gordos. Ahora, de momento, he perdido (aunque espero recuperar) un montón de fotos e información almacenada, de los cuales no tenía copia de seguridad. ¡Horror humano!
Una vez un informático me dijo que "en esta vida hay dos clases de usuarios informáticos, los que alguna vez han perdido información, y los que todavía no." Se le olvidó meter a los tontos que la han perdido más de una vez.
Se da uno cuenta de que la vida está llena de pequeños baches como este, de otros más gordos, de uno muy grandísimu del que nadie sale. Y se da cuenta uno, de que aún así, casi siempre es bella.
Os dejo con una preciosa estampa del día que se me quebró el disco. Es niebla cantábrica que avanza hacia tierras castellanas. Las montañas cantábricas la retienen en favor de las hayas, que lo agradecerán tras no sucumbir al hostil estío.
Por muchas averías tecnológicas que lluevan...¡siempre me quedará la flauta!


miércoles, 17 de julio de 2013

Incautos zorrillos

Pasan los días de verano, y los campos están llenos de vida nacida en la difícil primavera. En el día de ayer, el protagonismo lo ocuparon unos zorrilos que jugaban incautos, ajenos a nuestra repentina aparación.
Un asustado, pero curioso cachorrilo me vigila desde su guarida.
Era por la mañana, aunque no demasiado pronto. Dos hermanos ya creciditos, estaban juntos, probablemente jugando. Lentos de reflejos, se metieron en un hueco bajo una roca, en el que es posible que hayan crecido desde su nacimiento. Una vez dentro, uno se negó a saber lo que pasaba por ahí fuera, y fisgoneo tras unas hierbas durante unos segundos. Lo suficiente para que yo os le pueda enseñar por aquí.

miércoles, 10 de julio de 2013

El pueblo guardería

Tres pollos de cárabo Strix aluco y  al menos dos de pico mediano Dendrocopos medius andan recorriendo el pueblo unos por la noche, otros por el día. Lo discreto de los padres durante todo el periodo reproductor se va al traste ahora. Los hambrientos pollos, tanto de una especie como de otra, piden comida sin miramientos, y con descaro.
Momento en el que el progenitor ceba con una mosca grande.

A pocos metros de las andanzas de estas pequeñas criaturas, cuatro pollitos de papamoscas gris Muscicapa striata están inquietos ya en un nido, que de confortable, ha pasado a pequeño. Los padres les ceban con grandes moscas (como la de la foto), y otros insectos que cazan al vuelo desde una percha. Puede ser hoy, puede ser mañana, o puede ser otro día, pero con total seguridad esta semana, los cuatro "mosquiteros" se las verán con un ejército de gatos, que esperan ansiosos su salida del inalcanzable nido.

jueves, 4 de julio de 2013

El correal de los venaos

La noche del domingo al lunes vi cómo las previsiones para los próximos días eran bastante benignas. Tras escribiros la última entrada y sin pensarlo mucho, comencé a preparar los bártulos mientras cocía unas patatucas, hacían un par de fiambreras de pasta  y metía al macuto cuatro peazucos más de cosas que tenía sueltas por ahí. Unas latas, una barra de pan, unas nueces, etc.
Andar denoche en estas fechas tiene sus ventajas. Aprovechar el itinerario para muestrear murciélagos, subir a una temperatura baja (unos 10 grados) que permite cargar con la mochila sin cogerte la sudada del siglo, llegar arriba al amanecer, que es la mejor hora para ver bichos...La única desventaja es darte el madrugón a las 4, pero cómo esa noche no pegaba ojo, pues lo tuve fácil para decidirme.
Estuve por allá arriba estos tres días gozando de un tiempo, que efectivamente fue bueno, incluso mucho mejor que en la zona de pueblos, dónde ha habido nubosidad persistente. Allá arriba, entorno a los 1800 metros que me movía, el sol daba implacable durante todo el día, pero las temperaturas allí son fácilmente soportables (supongo que poco más de 20 grados de máxima).
Rebecos, corzos, zorros, venaos, jabalinas paridas y varias especies de aves, me acompañan en unas laderas, en las que los mostajos y serbales están en flor, al igual que los arándanos, que me pareció por cierto, que prometían bien para este tardíu. Los últimos neveros dan de beber a las fuentes, que para la fechas que estamos, van abundas.
2 ejemplares de venao pastando en el crepúsculo (el software hace milagros).

Al atardecer, me escondo en unas peñas para protejerme del frío. Escucho un ruido entre la vegetación. Antes había sido un viejo zorro, ¿qué será ahora? Las escobas se comienzan a mover, y sólo la pradera nos va a separar, escasos metros de lo que salga "a la plaza". Al fin, unas orejas asoman casi más que unos cuernos. Un joven ciervo rojo Cervus elaphus, asoma tímidamente escondido el sol. No ve peligro, y se anima a salir entero, y comenzar a pacer. Un más precavido ejemplar, de más envergadura y experiencia, le sigue 1 minuto después, tras comprobar que no pasa nada allá fuera. Su escudero ha dado el visto bueno.
No sólo salen a la campa, sino que además, me dejan deleitarme según se me van acercando más y más metros. Yo, inmóvil, no hago más que obturar mi cámara ya casi sin luz forzando la sensibilidad del sensor a valores ISO antes nunca usados por mí. Al final, el resultado para una foto del tamaño que se pone en un blog, es bastante decente pese a mis dudas iniciales.
Veo cómo la cuerna ha crecido ya al 90%. Es un ejemplar, el mayor, con 15 puntas. No está nada mal. Aún le falta de desarrollar las puntas de la palmatoria (la corona), y luego ese tejido aterciopelado y con riego sanguíneo, el correal, será rascado contra ramas lisas para afilar sus cuernos, que para finales del verano, han de estar listos para la lucha.

lunes, 1 de julio de 2013

Ni fútbol ni hostias

La selección española de fútbol está jugándose la final de la copa confederación en el Estadio de Maracaná contra Brasil, pero eso a ellos les importa un cojón.

Pollo de cárabo pidiendo comida hace una hora en un nogal del pueblo.
 Hace mas de 15 horas que comieron por última vez, y de manera persistente, piden su ración a grito pelao. Tienen poco más de un mes, y ya vuelan por la puerta de mi casa 3 pollitos de cárabo (hasta ayer eran sólo 2). Hay que apuntar que esta especie, al igual que ocurre con otras rapaces nocturnas, son muy precoces a la hora de abandonar el nido. Es muy típico que alguien se encuentre en el suelo un desválido pollo cárabo, lechuza, etc, y se lo lleve a casa por pensar que en el suelo no tiene futuro. Aún sin volar, ellos ya son capaces de trepar por los árboles con sus efectivas garras. No obstante, allá dónde píen, sus padres vendrán a alimentarles. Bien es verdad que tienen unos días críticos en los que cualquier perro (o persona) les puede truncar su normal evolución, pero será cuestión de pocos días el que comiencen a dar pequeños vuelos. El único favor que quizás se les pueda hacer, sea si están en una zona muy expuesta (el suelo de la calle de un pueblo), subirles a una rama lejos del alcance de perros, pero NUNCA llevárnoslo, darle de comer, u otras serie de rocambolescas ideas propias de nuestra raza, pues le estaremos haciendo un flaco favor. El pollo, NO está abandonado, y las mayores probabilidades de salir adelante con garantías, es dejándolo en su sitio.
Si queremos tener un control de roedores limpio, gratuito, y MUY efectivo, debemos mimar a nuestros cárabos y lechuzas.

viernes, 28 de junio de 2013

Con el picu chafau

Chafado, malformado...Da igual, el caso es que este defecto físico, va a hacer más difícil la vida a este pájaro. Se trata de una grajilla Corvus monedula. Tiene la parte inferior del pico torcida hacia la izquierda, lo que le supondrá  una serie de inconvenientes a la hora de alimentarse. Me acordé entonces de aquella espátula Platalea leucorodia que vi hace años en la misma provincia, la de Cádiz.
Hacer click sobre la foto para ver mejor
 Son casos anormales, en ocasiones producidos por traumatismos, en ocasiones debidos a malformaciones o a enfermedades congénitas. Pocas ocasiones serán las que el motivo sea una enfermedad hereditaria cuándo las consecuencias de la misma sean un importante impedimento.
En la naturaleza, el que no consigue comida, no llega a reproducirse. Sólo los sanos tienen descendencia, sólo los más fuertes. Cruel método, pero efectivo, con el que la naturaleza mantiene un mínimo en la salud de las poblaciones.

miércoles, 26 de junio de 2013

El reencuentro

8 meses habían pasado. Era principios de otoño cuando junto a mis compañeros pateábamos esa montaña de la Yebala marroquí. Calcárea montaña ella, que se imponía sobre su alrededor. Una pareja de perdiceras, marcaba entonces territorio, picaba, se perseguían, reclamaban...era un día caluroso, aún lo recuerdo.
Ahora es finales de primavera, y al pasar por aquel cortado, no se nos escapa el detalle de que era dónde nuestras amigas volaban. Andamos cautos y sin acercarnos demasiado al cortado para evitar posibles molestias, y entonces es cuándo Sergio las escucha. Muy grata fue nuestra sorpresa, cuándo alzamos la vista. Recortados en el cielo, 4 ejemplares de águila perdicera Aquila fasciata ciclean y reclaman.
Ejemplar nacido este año (en el centro) vigilado de cerca por un padre (derecha). Recomiendo pinchar para ver mejor la foto.

Nuestras amigas, 2 adultas, van acompañadas ya por 2 jóvenes nacidos este año, y que seguramente lleven pocos días volando allí, muy cerquita de su nido. Descubriendo cada posadero que es enseñado por los padres, atravesando cada collada de su territorio natal, gozando de su libertad, así dejamos a nuestras amigas sobre lentiscares, roquedos, etc. Desde abajo, en actitud de temor, perdices morunas, lagartos ocelados, y quien sabe si incluso las madres de los monitos de berbería, muy pequeños ahora, se niegan a mirar dónde pisan...por si acaso.

martes, 25 de junio de 2013

Aquel maravilloso mochuelo

Después de la entrada cantábrica de los cárabos, volvemos al Rif marroquí, dónde se me ha quedado mucho que contar. Aquella tarde viajábamos hacia el norte por una carretera muy transitada. Yo iba embutido en un asiento trasero izquierdo de una kangoo, cuándo el compañero que iba a la derecha suplicó "stop stop stop". No acertaba a decirnos lo que quería indicarnos. Finalmente, cuándo paramos 100 metros más adelante, nos explicó que se trataba de un mochuelo europeo (Athene noctua) melánico. Seguidamente fué localizado, y pudimos comprobar que si no era melánico, sí que era de un color anormalmente oscuro, y precioso.
Precioso ejemplar de mochuelo.

Teníamos que volver camino, e intentar fotografiarlo de la que pasábamos. Lo hicimos con precaución de no frenar bruscamente y evitar así el levantarlo, y la verdad es que funcionó tan bien, que pudimos parar a unos 5 metros de él, y fotografiarle a placer. Menos mal, porque la poca luz que había ya en ese momento, no habría permitido hacerle nada dencente. En la foto, aparte del poco ortodoxo color de plumaje, podéis apreciar cómo también los ojos tienen una anomalía cromática, teniendo el izquierdo de un color mucho más intenso que el del otro lado.

domingo, 23 de junio de 2013

Mis otros vecinos

Por las mañanas, al mediodía, por la tarde, la ventaja de vivir en un núcleo habitado te permite salir a la puerta de casa y encontrarte de vez en cuándo a alguien con quien charlar sin necesidad de teclear las palabras, ¡vaya lujo!
Sin embargo, al caer el día y esconderse la gran estrella, el sol, otros vecinos me saludan a la puerta de casa. Independientemente del mes del año en el que me encuentre, salir de casa al anochecer, es tener posibilidades de escuchar al cárabo (Strix aluco). Se trata de un búho forestal, que muy amenudo se mete a los núcleos habitados en busca de refugio para hacer su vida. Nosotros le damos cobijo en pajares abandonados o en viejas troncas, y ellos nos cazan todas las noches unos 6/8 ratones por pareja, ascendiendo eso cuándo tienen pollos a quizás a una docena de roedores por noche. Como no descansan ni sábados ni domingos, echo cálculos, y llego a la conclusión de que tener al cárabo en el pueblo, nos supone un consumo de alrededor de 3.000 ratones al año en el núcleo y los prados de los alrededores. ¿Qué mejor y más eficaz método de control se le ocurriría a nadie?
Pareja de hermanos en plena fase de crianza.

Salir por la puerta de casa, y escuchar un cárabo, es por lo tanto un lujo que tenemos en algunos pueblos, y que lo debemos de ver como tal. Estos días, tengo especial contacto con ellos porque han tenido 2 pollitos que han salido ya del nido, y que por la noche no paran de reclamar comida a los padres. Hoy al mediodía he ido a verlos, y parecían gozar de muy buena salud. Os dejo una foto de ellos entre las ramas, dónde cómo véis, no me quitan ojo.

jueves, 20 de junio de 2013

Halcón borní

Ha sido hace 2 semanas. Seguimos en África, y el tiempo, muy a diferencia de cómo hace aquí en el norte, dónde ayer nevaba abundo por debajo de los 2000 metros, era muy apacible.
Increíble, habíamos pasado el día anterior en esa misma garganta rifeña, y ni nos habíamos percatado de que estábamos en el territorio de una pareja de Falco biarmicus. Por fortuna, al día siguiente, parte del equipo repetimos, y casualidad, o no, un precioso halcón de níveo pecho se apostaba a la entrada de un abrigo de un pequeño cantil. Salió volando, y pudimos disfrutar con las evoluciones de 2 adultos en lo que parecía ser parte de su territorio.
Pinchar para apreciar mejor los detalles del plumaje.

Esto era a 200 metros nuestros, y curiosamente, 200 metros en el otro sentido, una pareja de halcón peregrino (Falco peregrinus) hacía lo mismo. Choca ver a dos especies tan similares compartiendo roquedos, pero no era nuevo esto para nosotros, pues días antes habíamos visto un pollo de peregrino (y un adulto) en la zona en que había dos volantones de borní. Se ve pues, que no es nada extraño.
Las observaciones de esta especie son algunas de las más valoradas por mi, pues sé que más cerca de casa que allí, muy difícil me va a ser disfrutarlo. Pude hacer fotos de los adultos en vuelo, de los pollos pasándome cerquita, etc.