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martes, 28 de enero de 2014

Foca gris

Esta mañana, gracias al madrugón, pude disfrutar de una especie que hacía tiempo no veía por nuestras costas.
Amanece en Santoña, y me dirijo a la zona portuaria cargado con mi equipo óptico. Me acomodo en la orilla, y echo un primer vistazo, aún con muy poca luz. Atisbo un bulto en una de las rampas. Emocionado me llevo los prismáticos a la cara, pero me da la sensación de que es un tronco arrastrado por la marea, algo habitual aquí. No obstante cuando estoy más cerca y desde otra perspectiva lo vuelvo a mirar y compruebo que realmente es la foca.

Me coloco en la explanada del puerto, sin invadir la rampa para dejarla espacio. Aún sin la luz necesaria para conseguir algo de calidad, comienzo a disparar mi cámara. Pescadores con bicis, y dueños de perros con sus respectivos comienzan a llegar al puerto, una zona con mucha actividad humana desde primera hora del día. Dentro de los paseadores de perros, puedo distinguir claramente dos especies bien diferenciadas por su comportamiento. Está el "paseador común", un ser cívico que se limita a observar desde una distancia prudencial, y luego está el "paseador gilipollas", un ente al que hubo que llamar la atención. Su máxima era estar más cerca que nadie, y lo más posible. De tal manera que si todos estábamos a 20 metros y desde arriba de la plataforma, él sólo por llegar tuvo que ponerse a 15, en la propia rampa, y por supuesto con su perrucho ladrón suelto y "dando pol culo" a la gorda, y a nosotros. Sólo un ataque verbal hizo no que se ausentara, pero si al menos que se retirara unos metros. Demasiado tarde ya, una vez más (por lo que me consta), habían vuelto a causar molestias a este joven de foca gris Halichoerus grypus.
He de admitir parte de culpa en la molestia por no haber intervenido antes. Os recomiendo que echéis un vistazo a una entrada que hizo Jesús Menéndez pinchando aquí. En ella ilutra toda esta problemática con documentación, y con unas bellas fotografías, probablemente, del mismo ejemplar.

lunes, 27 de enero de 2014

¡Esas uñas guarru!

Es lo que se me viene a la cabeza cuándo me cruzo con el rastro de este oso pardo en las montañas cantábricas. No sólo va por mitad del barrizal, sino que fijaros cómo lleva las uñas...¿será posible?
Ahí queda eso.
 
Pié de oso pardo cantábrico haciendo tracción en un terreno complicado.
La suerte, hizo que pisara en un barro muy blando. El suelo engulló el pie. En el borde de la superficie del mismo, las uñas dejan cinco surcos en el talud del hueco que me impresionan sobremanera. Se trata del rastro fresco de un ejemplar con una medida de huella superior a los 12 cm. La medida más habitual que se hace del rastro de un oso, es la distancia entre el centro de los dedos más externos de una mano. Un animal que marque 12 cm o más, se interpreta como un macho adulto.

martes, 7 de enero de 2014

La edad de las aves

Muchas veces me he preguntado, y no menos me han preguntado, ¿cuánto tiempo puede vivir un ave? Por literatura, sabía que aves como águilas reales, búhos reales, o psitácidos (loros y afines) tienen una gran longevidad, pasando de los 50 años con facilidad ¡cómo las personas!
Sin embargo, nunca he conocido las fuentes de esos datos. No he sabido si se referían a aves en cautividad, en cuyo caso quizás su vida se alargase mucho más de lo que sería la vida natural, o si incluso estaríamos hablando de estimaciones y habladurías.
Pareja de piquituertos en el Pirineo francés. Macho posado a la izquierda, y hembra arbolizando. Pinchar en la foto para ver mejor.

Ayer buscando unos datos en internet, me topé con una tabla en una página de anillamiento dónde citaba récords de longevidad europeos sacados de aves que por norma, habían sido controladas mediante el marcaje y lectura de anillas u otras marcas. Algunos no me soprenden tanto, pero otros sí. Por citar algunos, os hablaré de un colimbo ártico que vivió al menos 27 años, una pardela pichoneta ¡¡que superó los 50 años!!, un alcatraz de más de 37, lo mismo que una garza real. Sorprende igualmente un ánsar piquicorto de más de 40 años de vida, un eider de más de 36, un abejero europeo de más de 29, ¡un ostrero de más de 43! Encontramos también una gaviota argéntea mayor de 34 años, un pequeño frailecillo que superó la cuarentena de edad o un vencejo real con 26 años.
Entre los paseriformes, lógicamente son cifras mucho menos dilatadas, pero no dejan de sorprendernos casos como un acentor común que casi alcanzó los 21 años de edad, una cifra sorprendente para un ave que pesa poco más de 20 gramos. Un mirlo común, vamos, un miruellu de los de toda la vida, que superó los 21 años, un carbonero común de más de 15 años, un cuervo que superó los 23, o un piquituerto, como el de la foto, de más de 14 años.

sábado, 4 de enero de 2014

Porrón bastardo

Segundo día del año 2014. Un grupo de amigos, decidimos improvisadamente acercarnos a Santoña para pajarear un rato. Estamos de camino cuando hablamos con Álvaro Bustamente. Nos dice que lleva unos días viendo lo que le parece un porrón bastardo. Nos pide a ver si nosotros podemos acercarnos a ver el ave e intentar confirmar la especie. Llegamos allí, y al poco tiempo de llegar al sitio, en el puerto de Colindres, el pájaro es localizado. Está dentro del puerto buceando, y a primera vista nos parece que si que puede tratarse de esta especie. No obstante, es un grupo con ciertas dificultades de identificación, y con el añadido de que en ocasiones se hibrida entre especies del mismo grupo. Lo observamos sólos primero y en compañía de Álvaro después. Hacemos un dosier fotográfico, documentos que utilizamos para contrastarlo con Guillermo Rodríguez, compañero mucho más experimentado, y del cuál podemos fiarnos.
Ha visto unas fotos malas que le he mandado al móvil, pero dice que sin duda parece un porrón bastardo Aythya marila.
Se trata de un pato buceador que nace en península Escandinava, Islandia o norte de Rusia principalmente, y que inverna un poco más al sur: aguas del Reino Unido, Países Bajos, norte de Francia, Dinamarca, Alemania, etc. Más al sur, en aguas por ejemplo del cantábrico, es una especie que llega en muy escaso número. En Cantabria, es citado principalmente en las Marismas de Santoña (entorno de la ría de Treto y el Sorbal) y en la Bahía de Santander (Marismas Blancas y las de Alday).
Montaje con 3 fotos distintas del mismo ave fotografiado en el puerto de Colindres (Cantabria).

Esta invernada, y gracias a Álvaro, podemos disfrutar una vez más de este bonito pato. ¡Gracias Álvaro!