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domingo, 17 de noviembre de 2013

Cuando se enfila el cierzu

Es una semana cualquiera entre noviembre y abril en la cordillera Cantábrica. Las isobaras antojan que el viento gire al norte desde bien arriba, y esto es lo que pasa aquí. La nubosidad proveniente del Cantábrico, viene subida en aires fríos directos de las zonas boreales o árticas. Ello conlleva el que las cotas de nieve bajen a cotas por debajo de lo habitual en los frentes que suelen venir más frecuentemente del oeste/noroeste, situaciones en las cuales la cota de nieve rondan más los 1500 metros.
Así amanecimos el 16.11.13. Pinchar para ver con más definición.

Hace 4 días estaba con unos amigos de paseo a 1700 metros en manga corta, y hoy nos despertamos así, con esta nevada a partir de los 700 metros. Es la primera del año, y ha resultado bastante copiosa para ser a mediados de otoño. Suelo blanco sobre los 700, unos 10 cm a los 900, y por allá arriba, no me extrañaría que ronde los 40 cm. Nada mal para ser la primera...
El ganado pasa primero de estar en los puertos, a pasar a los prados, y después, en este caso, de los prados a las cuadras dentro del pueblo. Ya no pueden comer directamente de los prados, y es hora de sacar rendimiento a la hierba que se hizo durante el verano, y que con tanta maña se metió a los pajares. De venir muchas nevadas, esta hierba se acabará, y habrá que recurrir a comprar paja de Castilla. Por eso, los vecinos ganaderos, esperan que esta bonita estampa no esté demasiado presente durante estos 6 meses.
Lo que hoy para la mayoría es una estampa de calendario, ha sido una lacra que ha mermado la economía de las casas, y antes también la salud. Muy recordadas son las nevadas más gordas de la historia reciente. Hoy día ya no hay gente que nos la cuente, pero ha quedado escrita "nevaona de los tres ochos". Se llama así porque aconteció en 1888, y atacó a toda la cornisa Cantábrica. Dejando espesores de medio metro en Los Corrales de Buelna (a 100 m snm), de 2/3 metros en pueblos como Dobres (a 900 m snm), o de 3/6 metros en las calles de Reinosa. Cantidades históricas que hundieron muchas decenas de invernales con animales dentro, casas, y que además hizo que ganaderos que salieron a buscar ganado al monte muriese por la dificultad no sólo de encontrar los animales, sino de encontrarse ellos mismos. Nevadas como aquello, sin duda habrían sido catalogadas de catástrofes naturales hoy día. Grandes medios se pondrían a nuestra disposición, y se inyectaría economía en la zona para amparar a los desafortunados. Por aquel entonces, sería algo más parecido a una merma natural, dónde mucha gente moriría, y otra perdería gran parte de su trabajo y pertenencias. Nos pasaba más antes, cómo le sigue pasando ahora a los animales, que en estas nevadonas mueren por los montes. Afortunadamente en este sentido, los tiempos han cambiado.

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