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martes, 10 de diciembre de 2013

De puertu en puertu

Fué el otro día en una hermosa ría, en mi preferida, en la de San Vicente de la Barquera. Estaba con el telescopio viendo aves, y encontré un ejemplar de gaviota sombría Larus fuscus con una anilla de color, con unas letras. Cómo hago siempre en estas ocasiones, grabé en el móvil lo que veía.
Era un ejemplar de segundo año calendario, es decir, nacido en el 2012. Investigando en internet, averigüé, por las características de la anilla (color y códigos) quien la anilló. Es un investigador francés. Le escribí un correo electrónico, comentándole el hallazgo, y raudo, se puso en contacto conmigo para darme noticias sobre el ave. Cómo es norma entre los anilladores/observadores, él me pasó su historial. Esto es un registro en el que te viene dónde se anilló, en qué fecha, y por qué lugares ha pasado el ejemplar.
Me encanta que me llegue un historial, y ver cómo estos pequeños animales pasan de las fronteras, y ver por qué pueblos han pasado. Se limitan a viajar por el mundo sin más preocupación que el encontrar comida cada día, que por otra parte, no es poca preocupación...Si os parece, me he permitido la libertad, para hacernos una idea de la película de este ave, de poner enlaces a fotos de los pueblos por los que ha pasado, para que nos podamos hacer idea de los distintos ambientes que ha recorrido:
El ave nació en una isla atlántica cercana a las costas francesas, un poco más arriba de Rochefort. A finales de su primer verano, había volado unos kilómetros hacia el norte para acabar la estación cerca de dónde nació. Ese mismo invierno, un ornitólogo español, Antonio Gutiérrez, la observó durante la invernada en el pueblo coruñés de Valdoviño. Se había hecho un viaje majo por todo el golfo de Bizkaia la "palomica". Acabada la temporada invernal, regresó a su zona natal, dónde a finales de verano la localizó un colega francés en Les Sables d'Olonne. Eso fue 9 semanas antes de que la viera yo en San Vicente de la Barquera, probablemente en su viaje a su tierra de invernada, en Galiza.
Una compañera suya, tenía un trozo de sedal que le salía del pico, y que seguramente tuviese dentro de su aparato digestivo un anzuelo o aparejo similar. Es una pena ver cómo aparte de tener que luchar contra la mar y la contaminación, estos pobres animales han de luchar también contra estos otros elementos.
Deseo a nuestra protagonista y compañeras, una feliz invernada en las costas cantábricas/gallegas.

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