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lunes, 22 de octubre de 2012

Golpe a la república

Pasaba una jornada más entre montañas y riscos, cuándo apareció una de las esperadas. Un bando de cornejas perseguía a un subadulto de águila real, muy probablemente hembra. Aviso a Alejandro, que está a unos 3 kilómetros míos, y entre los dos vamos cambiando observaciones dependiendo de quien la ve mejor en ese momento.
Aquí podéis el gran tamaño del ejemplar. De ahí que tenga muchas probabilidades de ser una hembra. Lo de al lado, es un busardo ratonero.

Fue gracioso, porque primero fueron las cornejas quienes la hostigaron y después un busardo. Un aguilucho cenizo, no sólo la ataca desde arriba, ¡sino que se caga sobre ella! Una pareja de cuervos parecen ser los más pesados. En un momento dado, el águila pasa bajo una nube de golondrinas. Una de ellas, en su largo y duro viaje migratorio parecen sacar fuerzas para perseguir y humillar a un ave que puede pesar 200 veces lo que pesa ella. Si, es la real, es la superpredadora, es la magnífica ave de presa que más poderío tiene en nuestras montañas. Su deambular por la ladera se está convirtiendo en un calvario en el que todos los anímales parecen solicitar que este ave no reine en las montañas.
Pero amigos del blog, en el reino animal, los nombres no se regalan, y al águila real se la llamó así por algo. En un momento determinado, sale de la sombra de una roca en la que ha reposado 5 minutos, y hace un vuelo recto a escasa altura (5/10 metros). El suelo, cubierto de hierba y brezo con un porte de unos 30 cm, parece estar desnudo de vida. Pero no, de repente su vuelo rectilíneo se ve interrumpido por fuerte frenada y giro, igual que haría un aguilucho lagunero en su cañaveral. De repente, el águila parece que se va a posar, y cuándo está con las patas extendidas, algo se mueve en el suelo: un corzo que estaba encamado se levanta con el águila ya encima. Estoy a más de 2 kilómetros, y me tengo que privar de detalles, pero el telescopio, me permite sacar lo esencial de la escena. El águila real se ha dejado caer sobre el corzo, al cuál tiene agarrado. Este se levanta, y tras un corto forcejeo, el águila desiste para marcharse y ciclear por otras laderas. He visto muchas cosas en el monte, pero desde luego que esta ha sido de las que más me ha impresionado. Cuándo perdí al águila volví a la escena del altercado a ver a la presa. Descubro a dos atemorizados corzos, juntos, y mirando en todas direcciones cómo esperando un nuevo ataque. Creo que estarán mucho tiempo sin hipo.
Ejemplar subadulto. Creo que de tercer año calendario (se admiten opiniones).

Pero aún estoy gozándola con lo vivido media hora más tarde, cuándo dobla de nuevo la ladera la real, ahora con su nombre merecido. El respeto perdido al animal minutos antes, pareció enfurecerla. Todo el monte lo ha visto. Es el águila real, situada en la cúspide de la pirámide trófica. Pero los cuervos, que nunca entenderán de clases, vuelven a la carga, y ahora en otra ladera, la persiguen y martirizan un poco más. Ella, aparentemente hace vuelo normal, haciendo caso omiso a los molestos pajarracos. Si acaso, cuándo la picada se viene encima, la rapaz da un rápido quiebro que la permite zafarse del recio pico negro. Creo que ha hecho un quiebro para escabullirse de ellos, ¡pero no! Para mi sorpresa, se deja caer sobre la posición de otro corzo que reposa 10 metros por debajo de ella. Éste, más raudo que el anterior, brinca justo antes de que el águila aterrice sobre sus cervicales. El corzo huye ladera arriba. La rapaz, que hace "suelo", sale al primer bote de allí sin mostrar el más mínimo interés por hacer un segundo intento. Exactamente igual que hizo media hora antes con el anterior blanco. No hay estilo literario en mi registro para plasmar lo vivido con tanta intensidad, así que sería interesante que tengáis un poco de imaginación para meteros en mi pellejo y haceros idea de cómo allí me sentí.

6 comentarios:

  1. Grande!!!!Muy grande....y
    Envidia!!!Mucha envidia ;)

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  2. Increible episodio el que pudiste ver, de los que quedan grabados en la retina mucho tiempo. Enhorabuena!

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  3. Ya viví un episodio muy parecido con real i Cabra Montés en Els Ports -Catalunya- hace más de veinte años y todavia lo recuerdo.
    Magnífico animal!

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  4. Que suerte mas grande,una escena insólita y además repetida dos veces...Llevo años "echando los ojos" por esa zona intentando volver a ver a una de estas y llega el señorito atudancao y presencia una escena del National geographic para él solo...si es que los hay con suerte.Un abrazo

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  5. Guapo lance!!! y bien narrado, la real es la mas granda, en todos los sentidos..
    un saludo

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