"Buelito, las vacas tienen cinco rabos: uno para espantar las moscas, y los otros cuatro para mear, ¿no?"
Cuando tenía 3 años, mi abuelo Luis me recogía cada miércoles en la guardería, y me llevaba a ver las vacas al Mercado Nacional de Ganados de Torrelavega, el más importante de España. Allí, había un apartado donde estaban los lotes de vacas lecheras. Los ganaderos, sentados en sus taburetes, ordeñaban en los calderos. Para la atónita mirada de un niño de 3 años, aquello que estaba haciendo la vaca, no podía ser sino mear, de ahí mi inocente deducción. Miles de vacas pintas, mugían unánimamente cada miércoles en Nueva Ciudad, en años donde la producción de leche,aún era base económica para muchas familias. Aquellas jornadas en el ferial, fueron mis primeras clases zoológicas que recuerde. Gracias a mis abuelos, padres y resto de familia, pudo seguir mi admiración por el mundo animal, por lo cual, siempre les estaré agradecido.
Mi abuelo se fué este último invierno. Semanas antes, tras una jornada de campo en Huesca, tuvimos una conversación telefónica. Enfermo ya, desde su cama, recordaba cómo fue la historia , la cual, siempre contó con orgullo de abuelo.
Buen homenaje!
ResponderEliminarBonita historia ¡¡¡. Un abrazo.
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