Yo quería hablaros de otras cosas en este blog. De unos tejones que estuve viendo el otro día de casualidad, de una marta, de buitres leonados, de paisajes, del ciclo de la vida...Quería hablaros de cosas variadas, pero las últimas semanas he convertido este blog en algo monotemático . Señores, ¡el oso no me deja! Hoy le he vuelto a ver.
Era por la tarde, un rato antes de las 9. Llevaba una hora prospectando laderas, y en un giro de cabeza, veo en la ladera de enfrente, a 700 metros de distancia, un animal negro andando por dentro de un tocial, que es como se llama aquí a los robledales de Quercus pyrenaica. Parecía un oso, pero había que confirmarlo con los anteojos, pues a veces salen por ahí vacas oscuras que dan falsas alarmas...Esta vez sí, era un oso. Fueron casi 15 minutos de deleite. Hubo un minuto que se acostó en el suelo, en una zona del bosque, que debido aún a su desnudez foliar, me dejaba ver al animal bastante bien. Además, la ausencia de sotobosque facilitaba más aún la observación. Monte a través primero, cogió seguidamente un camino que llevo a doblar el cordal, momento tras el cual, le perdí de vista. Una vez más, la satisfación compensa los sacrificios por intentar observar la fauna cantábrica.
Os dejo un documento que obtuve más o menos cerca gracias a la potencia del equipo óptico.
El audio de fondo lo aderecé con una grabación que hice hace tres días a la puerta de casa al amanecer. De ahí lo explosivo del momento, e incluso que se esté ecuchando el ulular de un cárabo aún entre tanto pajaruco.
Zorionak Maximo, imagino el buen rato que te hizo pasar este otro bitxu!!!
ResponderEliminarUn saludo