Los amigos del blog son:

miércoles, 12 de febrero de 2014

Dobres y Cucayo

Tenía alrededor de 15 años, y su pasión por el monte, le hacía mirar durante horas y horas los mapas topográficos de las zonas montañosas de su región.
Como niño, le gustaba soñar. Soñaba que de mayor viviría en uno de esos pueblos cabecera. Soñaba con los hayedos de Pido, las umbrías de Ledantes, las forestas de Barrio, los alrededores de Vejo... Aquellos arrinconados Dobres y Cucayo, el apartado Caloca, o el salvaje Vendejo. Soñaba con Cueva también, soñaba con Tresabuela, con Uznayo...Siempre con pueblos encaramados al pié de la cordillera. Aquel mozo, veía la sociedad que le rodeaba, veía el sistema en el que tenía que encajar, y no lo acababa de ver claro. Vivir la montaña, desde la montaña, era su único objetivo.
Le apenaba no haber nacido en un puebluco de aquellos. Aunque quizás crecer en una ciudad haya sido un favor a su rumbo. Pasaron otros 15 años, y a las primeras de cambio, en cuanto la cosa se puso un poco fácil, aquel niño se hizo la mochila y se fue al monte. Ahora vive una segunda niñez. Vive en aquel arrinconado pueblo con el que soñaba cuando se tiraba horas y horas mirando la hoja 81. Con acción donde antes había sueños. Montes donde antes mapas...
Hace dos días estuvo todo el día nevando. No salí de casa hasta avanzada la tarde que paró. Aproveché para retratar el pastel con todo el glas recién espolvoreado. Volví de noche. La nieve y la luna, se aliaban para iluminarme el camino. En cada valleja, un macho de cárabo marcaba su territorio, y en los prados de enfrente, un zorro clamaba al celo. Si señores, aquí vivo:

Llegué a casa, descargué la foto, y lloré. No es un sueño. Entusiasmado, se la envié vía móvil a un vecino.
- "¿Te das cuenta que vivimos en el paraiso?".
-"Ya, ¿pero dónde está Eva? ¿la lasciva pecadora?
Otro me respondió:
"Te habría dicho el difunto mi padre: si hubieras llorao sobre la nieve tanto como yo...".
Si, vale. Vivir aquí tiene sus desventajas, cómo no. Si no, aquí viviríamos 200.000, y en Santander 21...
Por suerte, para los que no viven en un sitio así, cuentan con una amplia oferta de turismo rural que puede hacer de esa semana de vacaciones siete días inolvidables. Pueden vivir cada uno de esos siete amaneceres con sus correspondientes regalos a la retina. Pueden ensordecerse con el río Frío, olvidarse de sus deberes profesionales, o pasear por las pistas para encaminarse a una noche seguro que reconfortante.

6 comentarios:

  1. ¿Pues no queda por ahí el río de Eva? Alguien más debió pensar antes que esos Valles son, en efecto, lo que del Paraíso nos queda

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Menudo privilegio. Quién pudiera...
    Un saludo.
    Antonio Córdoba

    ResponderEliminar
  3. Hombre si pudiese vivir de las rentas por haber trabajado en el sector de la construción que nos ha sangrado a muchos español@s y que de paso ha fastididado tantos paisajes pues yo también lo haría....cuanto cinismo!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente estuve en el sistema, y podría haber seguido contribuyendo a destruir el paisaje para hacer las autovías que casi todos usamos. Tuve a mi alcance otro nivel de vida. Sin embargo lo cambié por una vida austera y bucólica.
      ¿Cinismo? Llámalo X y dejame bichear.
      Un abrazo lector@.
      Máximo Sánchez Cobo

      Eliminar
  4. Mira por ello....mientras puedas.

    ResponderEliminar