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miércoles, 24 de febrero de 2010

¡Alca por babor!

Hoy al mediodía estuve remando por la ría de San Vicente de la Barquera, la que viera nacer a parte de mi familia (padre y abuelo sin ir más lejos). Picaba el sur, pero apenas se notaba dentro de la bahía. Cielo bastante despejado, temperatura alta, mareas muertas, y pleamar. Apacibles condiciones para disfrutar de tan hermosa ría sobre una embarcación a remos. La calma de las aguas, da una transparencia poco habitual a la ría. Seguramente hoy fuera buen día para bucear, pero las fechas, me acabaron echando para atrás por el tema de las temperaturas del agua...así que me vine sin equipo.
Pero no todos son tan cobardes. Cuando paso bajo el puente que une el pueblo con La Barquera, veo algo por el rabillo del ojo. A mi derecha, por babor, un torpedo alado me adelanta rozando el fondo marino, unos 3 m bajo la lámina de agua. Parece un álcido. Cuando emerge, compruebo que efectivamente, se trata de un Alca. Para los que desconozcáis la avifauna marina, guarda cierto parecido con un Pingüino, pero Alca torda puede volar. Son aves que nacen en las costas noreuropeas, islandia, etc, y vienen a pasar el invierno a zonas menos frías. Este ejemplar, concretamente, estaba anillado con una anilla metálica en el tarso izquierdo, pero habría que cogerla en mano para poder ver la inscripción y saber su procedencia y edad exactas. Suele ser un ave invernante escasa en las costas cántabricas, pero fluctúa mucho de unos años a otros. El año pasado, hubo mucho Arao (de la misma familia) y muy poco Alca. Este año, sin embargo, ha ocurrido al revés. Por si en años venideros deja de ser común, hay que disfrutarlas las pocas semanas que le quedan para marcharse rumbo norte, y hoy no pude hacerlo de mejor manera.
Con el carel por trípode, pude disfrutar a escasos metros del Alca sin que recelase para nada de mi presencia. Era un barco más en la acogedora ría, y se nota que se la ha tratado bien en estas latitudes. Quizás hace pocas décadas, las probabilidades de encontrar tranquilidad en cualquier ría cantábrica, fuese remota. No así ahora, que el respeto parece haberse generalizado. Os dejo una de las múltiples fotos que la saqué.

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