El Bichu se lió la manta a la cabeza y largose a Francia de visita familiar...
El pronóstico, en principio (porque luego lo cambiaron) era demasiado lluvioso para la zona española que quería visitar, así que cómo plan alternativo, me decidí en cosa de 5 minutos a hacer una excursión a Francia. El destino estaba situado en las colinas del departamento de Gers, al N de los Pirineos. Amplios territorios de colinas con pastos, campos de maíz, y envidiables manchas de robledal...Quiero imaginarme la marina cántabra hace pocos cientos de años, antes de que se arrasaran los robledales, ya desconocidos en dicha región cómo tales, y antes de la reforestación con pinos, y sobre todo, con eucaliptos.
El caso es que llegado a la villa de Mirande, de cerca de 4000 habitantes, tuve el conflicto de siempre...¿cómo llegar a casa? Un laberinto de chalets con jardines entorno al casco urbano...La zona la sé, al noroeste del núcleo...El sol en el cielo era buena pista para orientarme. Comercios, bares (escasos) y edificios, no eran buenas referencias para mi selectiva memoria. Sin embargo, girar una esquina y encontrarme de nuevo con aquella fantástica cagigona (Roble Carvallo Quercus robur), me alivió. Esa si que era una buena referencia a partir de la cual doblar 3 esquinas y llegar al hogar. De no ser por ella, unos centenares de metros más ya me habría hecho por el pueblo...Me alegró enterarme después, además, que a mi bisabuelo ya le llamaba la atención ese magnífico árbol, y que también lo utilizaba como referencia.
A ver si es cierto eso de las reencarnaciones...
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