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jueves, 26 de noviembre de 2009

Bailando sobre el pueblo

El otoño empieza a pedir relevo al invierno, y los pollos salieron del nido hace muchas semanas...Ahora, no hay mucho más que hacer que cazar, marcar territorio, y mantener los lazos para la próxima temporada de cría en ciclo anual de el Águila Real. Esta primavera eran 2 los pollos que cebaban con salero, todo un espectáculo que disfruté durante 5 minutos, por supuesto que desde larga distancia, la suficiente para poder distinguir el número de crías.
Ayer pajareaba, y cuando cerraba la rosquilla en el mapa de un agradable paseo que me había ocupado toda la mañana, saltó la sopresa. De lejos, una gran rapaz venía hacia mí. Enseguida me dí cuenta de que no era ninguno de los 35 Buitres que había observado minutos antes. Estaba yo en una cotera sobre el pueblo, y sobre los dos, una adulta volaba no demasiado alta. Cicleó poco, tendiendo a seguir una dirección. En una de esas, giró la cabeza hacia arriba. Pensé que algo había visto por encima de ella, y quise creer que algún Cernícalo preparaba una ofensiva territorial. Me equivoqué. Su pareja, la superaba en velocidad y se dirigía rauda hacia ella. Cuando estaba a punto de darla alcance, la primera se volvía con un hábil y rápido giro poniéndose durante un breve instante boca arriba extendiendo unas poderosas garras, que en el aire, y sobre el pueblo, se encontraban con las de su pareja en lo que parecía un espectáculo creado para deleitar.

Sentado en la cotera, comtemplando aquella escena, era conmovedor ver como sobre el trajín que se traía la gente por las aceras, llendo a comer, viendo los coches parando y arrancando en los semáforos, en fin, la gente siguiendo su frenético ritmo de vida, una pareja de Águilas Reales, ignorando todo lo que allá abajo pasaba, o simplemente indiferentes a ello, se entregaba a sus juegos amorosos. Todo una observación digna de reportaje documental, y aconteciendo sobre 20.000 ojos, ciegos a lo que ocurre por encima del sexto.

1 comentario:

  1. la gente no ve más allá de la punta de su nariz, a no ser que de billetes de 500 euros se trate. Así nos va...

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