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viernes, 16 de diciembre de 2011

Una de rastros: La Loba y el Raposu

Aquella mañana, al poco de desperezarme, estuve viendo cómo una loba solitaria pasaba casi por delante mío tras una noche de nevadas. La misma había cesado. No así la ventisca, que aún encogían mis orejas hacia abajo, y las de la loba hacia atrás.
Estuve unos cuántos minutos disfrutando con esas imágenes tan caras de conseguir. Un lobo ibérico campando a sus anchas por la Cordillera Cantábrica, no es nada fácil de ver. Por término medio, hacen falta  horas a cientos en el monte para conseguirlo.
Una vez terminado el espectáculo, sólo queda aprovechar tal evento para aprender más sobre este animal. Seguir sus huellas en sentido contrario al que avanza el animal, es un buen método para aprender por dónde se mueve sin necesidad de molestarlo. Siguiendo su rastro, vi dónde bebió, dónde se paraba, dónde se subía a una piedra para probablemente ventear e incluso otear, ¡quién sabe si para aullar, como en los sueños!
En uno de los tramos del rastro, me encontré con algo particularmente interesante. El rastro coincidía con el de un zorro, que obviamente había pasado antes (de ser al contrario, yo mismo lo habría visto). El zorro se metió en una zona de brezos altos, enredando entre ellos para un lado y para otro, y la loba, demostrándome cláramente que lo seguía, daba los mismos rodeos que el pequeño cánido. A una de las vueltas más enrevesadas del zorro, la loba se despistó o cansó, y dejó de seguir el rastro para proseguir su camino hacia dónde se encamaría a pasar el día.
Pinchar para ver mejor.

He escogido la foto más clara que vi para plasmar el rastro, e intentar compartirlo con vosotros. He de decir, que como pasa la mayoría de las veces, es muy difícil plasmar en una única imagen todas las características que involucran la decisión de quién era el que pisaba. Así, podría haberos cogido una foto en la que se viera la mano del lobo perfectamente más redonda que el pié (aquí no se aprecia tan bien), y a la vez apenas se verían marcados los pequeños dedos del Zorro. O podría ser al revés. Esta, aunque no perfecta, alcanza la descripción más global. Por lo que cuento, habréis de deducir que con una única foto, es muy difícil determinar la autoría. Si a mi me pasan esta foto, no sabría decir si la huella pequeña es de gato o de zorro. O si la grande es de lobo o de perro.
Es el conjunto de huellas lo que configura el rastro. Y es el rastro el que hemos de analizar para saber de quién son las huellas.



4 comentarios:

  1. Me pregunto que pensarán los otros bichus al verte por esos montes de dios y con esos pelos... seguramente ya te consideren uno más de la familia je,je.
    Saludos

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  2. Muy buena explicacion y foto para entender un poco mas sobre el Canis. Un saludo

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  3. Preciosa secuencia de superposición de rastros, no hay duda que el Lobo iba rastreando a su presa el Zorro. En La Culebra aprendí mucho con un guarda que me explicó muchas cosas sobre sus huellas, como diferenciar al "dominante" en su rastro,etc, no lo olvidaré jamás. Saludos

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