Después de aquella desmedida semana rockera, y tras una breve pausa por tierras burgalesas, sorianas y valencianas, acabó llegando una semana playera. 6 días en la playa llenos de placenteros baños, saludables rayos bajo benditas sombrillas, beneficiosos ejercicios físicos, y reconfortantes reflexiones dentro, y fuera del agua. Se esconde el sol, mi única luz; este arenal, hoy mi colchón. Y la canción de las 10.000 olas será mi nana esta noche. Esas nubes dejan una última goterada. ¿Para que taparse? La temperatura es agradable, y las gotas sobre mi piel también. Un último baño en este calmado pero oscuro mar. ¡Ahora sí que estoy sólo, y rodeado de naturaleza! ¡qué sensación! ¿Ahora será cuando aparece bajo mi ese tiburón que aparece una vez cada 10 años en las costas ibéricas? ¡Buah! Muy pocas probabilidades, ¿para qué preocuparse? Haré unos largos más...Además, hoy no hay luna, dicen que los tiburones no atacan las noches sin luna, ¿no?.Para la lluvia, y la brisa me seca cuando salgo. Sin más complicaciones. El cielo se despeja, y ahora la lluvia, es de estrellas. Pshhhhhh, pshhhhhh, la nana de las olas....de fondo, sin cesar. Duermo...y el siguiente recuerdo es el crepúsculo matutino. Al fondo, aún funciona el faro del Cabo del Tiñoso. Suena el despertador de las 10.000 olas....Esto empieza a ser monótono con tanta ola, tanta arena... Estoy muy tranquilo y agusto aquí, pero me largo a la montaña, que es mi sitio.
¡Hasta la próxima!
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