Los amigos del blog son:

lunes, 3 de septiembre de 2012

Poderío en lo común

Grandeza, agilidad, poderío.
Nuestras aves de presa, nos sorprenden en cada giro que dan, a cada picado que hacen, cada vez que nos miran. Mis compañeros de andanzas estos días y yo, estamos, como dice un amigo mío, “flipando con la migración”. La emoción de ver si aparece un ratonero moro o un buitre de Rupell, se ve empañada por las magníficas cifras de abejeros que se pueden ver en un día.
El último sábado, muchos miles de ellos sobrevolaron nuestras cabezas. Las tres primeras horas del día, fueron de asombro. Bandos de muchas decenas de abejeros, e incluso de alguna centena se suceden, haciendo que todos sean uno. Los bandos de abejeros, vistos en un mapa a gran escala, podrían dibujarse como uno sólo. Una gran masa de abejeros por alto, y otra gran masa de abejarucos a 50 metros sobre el suelo, empañan la atención a ver otras cosas más raras, pero no necesariamente más impresionantes.

En ocasiones, nos empeñamos en disfrutar con lo más difícil de alcanzar; en otras ocasiones, nos hacemos humildes. El otro día, disfrutamos con la acción militar de dos hormigas sobre otra de distinta colonia. Cambiamos la mínima posibilidad de ver un águila volatinera por el diario picado de nuestra águila calzada, y con esa simpleza, somos felices. La palabra conformismo, muy devaluada en los últimos tiempos, también puede tener su lado positivo. Opino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario