En mi estancia en la selva amazónica, donde pude compartir días con varias familias de cofanes (a'i), he de recalcar lo mucho que me reí con los mozucos de aquel poblado. Pura inocencia cargada de ilusión. Pueriles sonrisas, y mucha libertad de movimiento, me hicieron ver lo diferente que vive un niño en nuestra cultura, y en aquella otra.
No vi nunca reñir a una madre porque su niño se subiera por sitios peligrosos: árboles, paredes, vigas del techo, todo obstáculo era poco para un pequeño a'i de 8 o incluso 6 años. Desde que su fuerza les ha permitido erguirse, han intentado subirse a dónde lo hacen sus hermanos de 1 año más. La diferencia entre el desarrollo psicomotriz que tiene un niño aquí, y uno de allí, es abismal. ¿Tendremos demasiadas restricciones de movimiento en nuestros años más jóvenes? ¿Tenemos miedo a la palabra riesgo? El riesgo en la vida existe, y hay que tenerlo en cuenta para hacer balance de lo que nos conviente saltar en cada ocasión, pero NO EVITARLO A CUALQUIER PRECIO, pues nos estamos apijotando en muchos sentidos.
Y voy más allá. Me fijé en que la relación risas/lloro era mucho más alta en aquellos cachorrucos que en los de acá. Aquí tienen juguetes más complejos y en mayor abundancia. Sí. ¿Y? No digo más.
Os pongo una foto de mis amiguitos cofanes. A la izquierda Maco (8 años) y su hermano Enge. Del resto, no recuerdo nombres.... (lo siento niños :-( ).
como se pusieron con la leche que te birlaron!!!!
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