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lunes, 7 de marzo de 2016

No sólo huellas: pasos.

Quiero hablar sobre la importancia de estudiar no sólo las huellas, si no también los pasos.
Una huella, requiere un suelo especial para marcarse con detalle. Es muy común que en una guía nos salga dibujada una huella, y que en el campo nunca encontremos nada igual a ella. Es por tanto difícil querer identificar huellas en muchos casos, y sólo la experiencia de verlas decenas, centenas, o miles de veces, puede ayudarnos en esta labor.
Hay sin embargo otro rasgo de los rastros dejados por los animales. Son los pasos, o sea, el conjunto de huellas. Muchas son las veces que una huella no está definida, pero que sabemos de que es por la estructura de sus pasos, por las distancias de avance, etc. No hace falta tanta definición en estas señales como en las huellas. Es por lo tanto, desde mi punto de vista, una parte muy importante del estudio de los rastros que está mucho menos valorada que las huellas.

Rastro en nieve.
Un claro ejemplo es el caso de las liebres. ¿Cuántas veces vemos el rastro de una liebre en el que sería imposible identificar una huella pero su inconfundible paso las hace inequívocas? A continuación pongo el rastro de una liebre, muy posiblemente, debido a la zona geográfica, una liebre europea (Lepus europaeus).
"Ojo a la pisada", como se suele decir en otros campos: manita, un poco más adelante la otra manita, y al final, los dos pies a la misma altura, para dar lugar a un salto de más o menos longitud dependiendo de la velocidad. Con esa estructura, huele a lagomorfo, y con las dimensiones que tenía, sólo podía ser liebre.


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