Los amigos del blog son:

lunes, 24 de noviembre de 2014

El salmón atlántico

Picar con el cursor para ver más grande.

Salmo salar es un pez de nuestra fauna, al menos de momento. Es una joya. Una especie en regresión, limitada entre otras muchas cosas por la temperatura del agua de los ríos, las barreras arquitectónicas (presas), y por qué no, por la pesca legal. Hace algún siglo estaba incluso en el Tajo, pero actualmente sólo se encuentra desde la cuenca del Miño hacia el norte y los ríos cantábricos.
Es muy curiosa su biología. Acabando el invierno, nacen en graveras fluviales de los tramos altos y medios con menos de 2 centímetros de talla. Pasan 1 ó 2 años en el río, para emigrar con más de 15 cm hacia el mar. Se dirigen al Atlántico norte (Islas Feroe, Islandia, Mar de Labrador, etc). Recorren en ocasiones distancias superiores a los 5000 kilómetros. Allí suelen pasar un par de inviernos, a veces tres, más raramente sólo uno, y excepcionalmente más de 3. Dependiendo de los inviernos marinos que cargen a sus espaldas, volverán con una talla u otra, generalmente a sus ríos de nacimiento. Lo normal es que sean peces de 2 inviernos en el mar con una talla de unos 80 cm de longitud. Más longevos, superan fácilmente los 90 cm.
Acabando el invierno, se aproximan hasta nuestras costas para enfilarse con la desembocadura del río que reconquistarán. En la zona salobre pueden estar unos días hasta que se readaptan al agua dulce. En este periodo y en sus primeros días en el río tras la aventura transoceánica, sufrirán algunos cambios morfológicos. Además, y salvo los primeros días en los que se podrán mostrar voraces, harán un ayuno de varios meses mientras sigan en el río. Remontarán hasta encontrar grandes pozos en los que pasarán el caluroso estío.
Acabará el verano, y con las fuertes crecidas que han de acontecer allá por noviembre y diciembre, aprovecharán para superar los obstáculos que con menos agua no podían. Se aproximan así a las zonas con más pendiente, donde va a tener lugar la freza empezado el invierno. Tras la puesta, los adultos se dejarán llevar por la fuerza del río hasta el mar. Desnutridos, agotados...muy pocos serán los que consigan hacer una segunda migración por los grandes mares atlánticos. La inmensa mayoría, morirá.
El otro día, por primera vez en mi vida, intenté ver a esta reliquia de la fauna cantábrica. Todo un espectáculo que recomiendo a mis semejantes. No sólo disfrutarlo, sino que incluso pude sacar alguna foto testimonial como la que os coloqué arriba.

2 comentarios:

  1. Hola,
    Hay otros factores que limitan al salmón y que son evidentes en nuestros ríos relacionados con la calidad de las aguas y habrá otros que desconocemos totalmente pues estos animales pasan la mayor parte de su vida muy lejos de aquí.
    No estoy de acuerdo en que la pesca legal sea un factor limitante para esta especie, en 2014 se pescaron de forma legal en Cantabria 103 salmones. Los beneficios para la especie y para nuestros ríos derivados de la pesca legal han sido y son incalculables, y creo sinceramente que de no ser por ella no quedaría ni uno.
    Y que conste que no he pescado un salmón en mi vida.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. ¿Qué puede hacer pensar que si no se pescara el salmón estaría extinguido? No lo entiendo.

    ResponderEliminar