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domingo, 8 de mayo de 2016

Disfrutar con las aves

¿Se puede disfrutar con las aves? ¿Es necesario tener unas nociones sobre identificación para disfrutarlas? ¿Disfruta más quien más sabe de ellas?
¡Para nada! Estoy seguro que la cercana observación del canto de un ruiseñor común dejaría más estupefacto a muchos desconocedores de la ornitología que a muchos avanzados en la materia. ¿Y qué se disfruta de un ave? Unos disfrutamos con su observación directa, pero hay muchas otras maneras de disfrutarlas. Como complemento sonoro a un matutino paseo, como modelo a fotografiar desde el interior de un hide, o como enlace a una relación social con nuestro alrededor. Fue el caso el otro día de mi abuela.
Con 86 años, y escasos conocimientos en el tema de la zoología en general, disfrutó durante un minuto mientras bimbaba (veía por primera vez en su vida) dos águilas pescadoras de manera simultánea. Realmente a mi abuela le importaba poco ver esos animales. A la hora siguiente seguro que ya no se acordaba (no digamos hoy). Lo que estoy seguro es que el rato que la hice levantarse, la subimos a un taburete para que llegara al telescopio, y experimentar esa sensación de "me están enseñando una cosa muy especial", la hizo pasar un rato agradable, y eso es lo que vale en este caso, ¿no?
Eso si, su "¿no serán gaviotas?", pasan a unirse a sus históricas "¿no es un gato?" cuando se nos atravesó una marta delante del coche y yo paré el coche y la dije entusiasmado "¡mira abuela una marta!", o cuando tras compartir flipando a 500 metros de casa aquel "¡Mira abuela, esta huella es de un oso!" ella me espetó un "¿No será de vaca?".

1 comentario:

  1. Magnífico Máximo!
    A veces es tan fácil hacer feliz a una persona cercana que muchas veces se nos pasa la oportunidad de hacerlo.

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