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lunes, 14 de septiembre de 2015

Lo tengo, lo tengo, lo tengo...

Está de moda en los últimos años, quizás por la competitividad que el sistema capitalista nos intenta inculcar a cada leción, coleccionar algo. Yo tuve mi época de coleccionar monedas, cromos, e incluso recuerdo una estúpida pero entretenida colección de calendarios de bolsillo. Quiero meterme por lo tanto en el saco de los coleccionistas, por si a alguien le parece que este es un mensaje contra ellos.
En torno a nuestra afición, la de observar e incluso fotografiar a la fauna, hay también coleccionistas. Recolectores de especies vistas, recolectores de fotos de aves, e incluso hay quien acopia cabezas de animales, por poner ejemplos de todos los tipos.
De tal manera, que aunque al resto de los mortales les parezca increíble, hay mucha gente que tiene una lista con los nombres de las aves, de las libélulas, o de las mariposas, en las cuales van tachando las especies que ya tienen vistas. Es fascinante ver el esfuerzo que pueden hacer alguno de ellos por ver un ave que nunca han visto (yo lo he hecho). La ilusión que aborda sus caras al ver esa especie que sólo conocía de verla en la página 208 de su nuevo libro, pero que ya miraba con admiración en libros mucho más antiguos sin pensar que nunca la vería por ser ave de otro país. Otras personas llegan al mundo de la ornitología o de la fotografía de repente, ya crecidos, con recursos y medios para disfrutarla desde la élite. Unas cogen la afición con pasión, y otras la cogen como podían haber cogido afición a los sellos. "No, esa no me interesa, que ya la fotografié el año pasado en otro sitio, y esa tampoco". ¡Disfruta el momento coñe! Me recuerda al "lo tengo, lo tengo, lo tengo....ROMARIO!!! NO LO TENGO!!! te lo cambio por 50 cromos a elegir de este taco!". Son los menos, y no hay nada malo en ello. Simplemente lo veo triste, y creo que es deber nuestro, del resto de aficionados, ayudar a esa gente a aprender a disfrutar con las carantoñas que se hacen 2 urracas enamoradas, a disfrutar como un gorrión común intenta capturar una sámara de arce por confundirla con el vuelo, quizás, de un insecto alado, o a aprender a disfrutar con una común garceta.

Y os dejo para ello una foto de las múltiples que pude hacer hace 2 días a un grupito de garcetas comunes que se volvía loco de aquí para allá en busca de bancos de pececitos de apenas 2 cm. En su entretenida tarea, no se percataban de que yo, sentado en mi silla a escasos 2 m de ellas, gozaba con sus carreras, sus aciertos, sus fallos, sus peleas, broncas de graznos, vuelos de frente, aterrizajes...Si, eran garcetas comunes, las había visto cientos de veces en todas las posturas antes, pero la gocé como un enano. Quizás porque algún día veía las garcetas comunes en libros y soñaba con algún día poder verlas en vivo, o con verlas, simplemente, más grandes y nítidas que aquel alargado punto blanco que me permitía ver aquel viejo catalejo que porté hasta los 21 años, y que costaba 5.500 pesetas (menos de 40 euros...). Y es que, empezar desde abajo, en cualquier ámbito de la vida, es lo más bonito, porque es la única manera de hacer el camino entero, y poder disfrutarle por lo tanto.
Dicho de otra manera, Santiago no llena igual, supongo, al que llega en coche que al que lleva 1 mes andando.
Aprovecho la ocasión para dar las gracias a mis padres por dejarme comenzar lo que era una afición y ahora es mi vida, saliendo desde Roncesvalles.

4 comentarios:

  1. Estoy completamente de acuerdo. Hay que disfrutar de lo que se ve y del momento en el que se ve aunque sea lo más común del mundo. También conozco algunos de los coleccionistas de "aves vistas" o "animales míticos vistos", incluso a veces coincido con ellos pero son superior a mis fuerzas cuando, por ejemplo, te acercas a un grupo de miles de gansos y echan un vistazo (lo justo para ver todo el bando rápidamente) diciendo: "no hay ninguno raro" y se van; no entiendo disfrutar del campo así, es su disfrute, no lo entiendo y no lo comparto pero lo respeto y yo me quedo mirando como comen, se comporta ante un posible depredador, como se mueven o como vigilan y puedo estar dos horas viéndolos. Enhorabuena y un saludo.

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  2. Iba a escribir lo mismo que "de paseo por la naturaleza", así que no voy ha repetir, lo único que puedo decir es que no puedo estar más de acuerdo, un abrazo desde Castro.

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  3. Me encanta lo que dices. Me siento muy identificado con las últimas frases, sobre todo en lo del catalejo barato. Yo también empecé así. Mis primeros prismáticos los tuve a los 23 y el telescopio de verdad a los 44. A veces pienso lo que hubiera disfrutado mis binoculares Nikon de ahora cuando tenía 14 años, pero luego pienso como tú comentas, que empezando desde abajo he disfrutado muchísimo más mejorando cada vez y aprendiendo poco a poco. Es como si me hubiera dejado algo para descubrir y disfrutarlo más adelante. Si hubiera tenido todo desde el principio, bufff, ¿qué me quedaría para ahora?

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