Desagradecida unos días, gratificante otros...Así es la laboriosa tarea de hacer fotografía de fauna salvaje.
Unos días nos consolamos con la buena compañía que tuvimos. Otras con los espléndidos paisajes que invaden nuestro cerebro penetrando vía ojos. La mayoría de los días, basta el gran valor emocional del momento en que ves al animal, ya fuera con mala luz o ya fuera semioculto entre la vegetación.
Unos días la foto sale borrosa. Otros, la foto sale nítida. Y otros, incluso te gusta el resultado. Es el caso de la que presento a continuación.
Alto valor tiene para mí, pues la hice en muy buena compañía, vi expléndidos paisajes, hubo alta intensidad en las emociones acontecidas durante los avistamientos, y para colmo, me gusta la foto.
Magnífica!!!
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