Hay pájaros en nuestras tierras con curiosas biologías. Siempre me ha llamado la atención la de los vencejos, siempre me ha llamado la atención la del popular cuco, y quizás por quedarme siempre más lejos, no me la ha llamado la del críalo.
El críalo Clamator glandarius es un ave parasita en la crianza, como lo es el cuco. Pone 1 ó 2 huevos como norma general en nidos de urraca, aunque puede hacerlo en nidos de otras especies de córvido. Como curiosidad, cuando el pollo nace, emite reclamos que se asemejan a la especie propietaria del nido donde nació. Así en un nido de urraca, imitará el sonido de los pollos de urraca, y en uno de corneja imitará a la corneja.
El método utilizado para poner es que el macho acosa los alrededores del nido de la urraca, por ejemplo, hasta que harta a esta. Cuando esta deja sólo el nido con los huevos para echar de su territorio al macho del críalo, la astuta hembra, que esperará ese momento escondida, aprovecha para meterse en el nido y poner su huevo.
Son aves muy escandalosas en vuelo, emitiendo un sonoro reclamo. Con imaginación, y según dice la leyenda, no hace sino decir: "¡críalo, críalo!". Sabiendo la historia del ave, su nombre cobra sentido.
Ayer tuve la ocasión de fotografiar a una de estas bellas y peculiares aves.
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