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jueves, 24 de octubre de 2013

Pájaru que vuela...¡barrido que te parió!

Ayer estuve al mediodía por la orilla del río Deva (Liébana, Cantabria). No era lo que buscaba, pero aparecieron dos, siempre agradecidos, mirlos acuáticos Cinclus cinclus. Para quien no lo conozca, se trata de un curioso pajaro que vive en cursos de agua dulce oxigenados, con abundantes rápidos y saltos por lo tanto, y que no sólo pesca desde la orilla, sino que bucea de contínuo levantando piedras del fondo para coger larvas de invertebrados, moluscos, y otras presas.
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Al final, me traje a casa dos kilos de castañas, una Macrolepiota procera y esta foto del pájaro aterrizando en la orilla. Como iba volando, apliqué la técnica del barrido para evitar que saliese movida. Esta consiste en mover la cámara en el sentido del ave con el fin de conseguir que el animal permanezca lo más estable dentro del encuadre durante el tiempo de obturación. Lógicamente, lo más práctico es tenerle en el centro del encuadre, de manera que no le cortemos al disparar. Posteriormente, si se quiere que el ave quede en un lateral de la fotográfica, a priori siempre más estético, se puede recortar del total con un programa informático.
Siempre me gustó hacer barridos. Hace años entrenaba desde el balcón de casa haciendo barridos a los aviones comunes que me pasaban a menos de 10 metros. Os aseguro que con ese entrenamiento, el cuál os puede cansar en cuestión de pocos minutos, luego no hay ave grande que se os resista. Esto se debe a que la velocidad angular necesaria siempre va a ser menor, y el posible problema para encuadrar con rapidez, va a desaparecer.

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