Entre picos medianos

Estos días ha acontecido lo que el año pasado fue 2 semanas antes. Los pollos de pico mediano, montan algarabía ya fuera del nido pidiendo comida a los progenitores, que incansables, o aparentemente incansables, acuden a un fresno, a ese nogal, a ese roble...acuden, allá dónde los hijos les llaman con su insistente reclamo. Al amanecer, hoy, me percaté de ello al oirlos mientras desayunaba.
Los picos medianos habían roto un silencio de 5 semanas que sus padres habían iniciado tras un largo periodo de insistentes reclamos a cualquier hora del día alrededor del nido. Casualmente, 5 semanas es más o menos el tiempo que tardan en incubar y en volar los jóvenes picos. Queda comprobado pues, que los adultos han dejado de reclamar justo el día que comenzaron la puesta, pasando entonces muy desapercibidos.
Armado de paciencia y con el equipo a cuestas, me dispuse a fotografiarlos. Más tanto follaje, unido a la querencia de estas aves por posarse en ramitas finas y altas, han hecho muy dificil observar las cebas, e imposible documentarlas. He de decir que tras darlo por imposible, volví a casa a tender la colada, y justo cuándo estaba con la sábana bajera entre mis manos y haciendo uña en el suelo para llegar al tendal sin caerme, se me posó el adulto en un poste de telégrafos que tengo 15 m enfrente de mi ventana. Se puso a reclamar, y la luz le hacía destellar el rojo capirote. 10 segundos tardé en estar listo con la cámara que tenía en la otra habitación. Demasiado.

Pinchar para ver mejor.

Por ello, os tengo que poner una foto que saqué a un adulto este invierno. Es un ejemplar del mismo territorio que el de los relatos.