Era a principios de los 90, y yo, que tendría unos 11 años, iba por la cuneta de la pista buscando las puestas de Rana Bermeja, a la par que buscaba huellas de corzo, de zorro, o de tejón, mis favoritas por aquel entonces. Esto era cuándo en el valle de Gormeján, se criaban dos de las mejores cabañas de tudanca de la comarca del Nansa.
Y precisamente del monte bajaba una cabaña de ellas. Eran las de Los Tinucos. Tinín, el difunto Tinín, me voceaba ya de lejos. Por delante de él, las vacas bajaban alborotadas. Tenía ya las vacas encima y Tinín gritaba cada vez más, pero yo le oía cada vez menos, pues los campanos ensombrecían sus palabras. Entre las vacas, un bicho más grande y oscuro...¡un toro! Fue entonces cuándo entendí las palabras de Tinín:
-¡Apártate chaval! ¡Apárte que te lleva!
Yo por un lado tenía un talud con alambrado, y por el otro un bardal antes de una pared de piedra, por lo que poco escape tenía. Me puse del lado del bardal, al borde del mismo. Las vacas tenían casi 6 m de anchura para pasar, pero Tinín no lo tenía claro y seguía mandándome apartar.
-¡Chaval apárte que el toru baja bravu!
No me quedaba otra, como pude, y con el toro a pocos metros, con paso firme hacia delante, y sin perderme de vista, no podía esperar más, así que me lancé al bardal. Probablemente no me hubiera hecho nada, pero cuándo Tinín me advertía, por algo sería. Al pasar la última vaca y llegar él a mi altura, me ayudó a salir del bardal y me contaba:
-Que baja salvaje hombre, y no me fío yo de él ¿sabes?
El otro día reviví ese momento en la Feria de San Martín de Treceño. Mi amiga María me invitó con tres semanas de antelación a la misma, y yo la dije que si no me surgía nada iba. No surgió nada, y allí me presenté. Iba un poco a la expectativa, y me llevé una gran sorpresa, tanto por el número de cabezas de ganado (más de 1000 tudancas), cómo por el éxito de público. He de agradecer la hospitalidad de amigos, amigas y familia de María, que hicieron que me llevase un grato recuerdo de Treceño. ¡Gracias!
En la retirada del ganado, hice decenas de fotos a distintos ejemplares. En un momento dado, un novillu se torció y venía hacia mí. No llevaba intención de mochar, pero como en la foto lo parece, digo...mira tú que ocasión para contar la de ¡Apártate chaval! de Los Tinucos.
Muchas gracias a ti por venir, Max!!!
ResponderEliminarMe encantó poder pasar contigo el día!!!
Y me alegro que te gustase....
Ya sabes... el 11/11/12.. estás invitado!!
Besos
Cuando salga de misa voy, que cae en domingo porque es bisiesto.
ResponderEliminar;-)
hola Max,
ResponderEliminarSomos Isabel y Olga, las que menos estuvimos contigo, no ha gustado que te lo hayas pasado muy bien... y te esperamos el año que viene ( pero este año seguro que hay COCIDO..)
Aupa!
ResponderEliminarBuenu buenu...
En vuestru platu no sé, pero en el mío si hubo cocido eh? ¡Y sabía a Gloria!
;-)
Nos vemos.
Paaaasa maju, pasa!
ResponderEliminarPalmira