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lunes, 4 de agosto de 2025

Las corzas del 89

No tenía 10 años cuando mi tío Migio me llevó a la portilla que unía dos prados, en Gormeján.

-Mira ahí- me dijo señalando al suelo- Qnoche  pasaron por aquí las corzas.

Unas huellas de pezuña acorazonada se grabarían en mi memoria ya por siempre. Fue alguna de las muchas cosas que me ha enseñado mi querido tío.

Entre semana en clase yo intentaba explicar con torpeza a mi amigo Alejandro cómo eran esas huellas, hasta que un día tuvimos una  imperfecta idea. Ésta pasaba porque Alejandro me trajera una paleta de las que utilizábamos en la playa para jugar con la arena, y con esa paleta yo sacaría del suelo aquella huella pegada al mundo para poder llevarla a clase y así explicar mejor lo que Migio me enseñó. Cosas de críos...Fue imposible sacarla., así que el finde semana acabó, y yo volví a bajar de las montañas, pero la huella se quedó allí con el mundo.

Los dibujos fueron nuestro consuelo  para transmitir toda esa información. Con el paso de los años, el mundo de la fotografía me facilitaría mucho esta tarea, e incluso  muchos años después, la escayola llegó a mi vida para poder robarle al suelo esas huellas y poderlas llevar a casa.

Han pasado 34 años y seguimos con el mismo rollo en la cabeza, pero  con algo más de experiencia.


La Universidad de Cantabria llamó el otro día ofreciéndonos compartir esta experiencia en el mundo del rastreo.

Y de esa manera, Alejandro y yo tenemos el placer de invitaros mañana 5 de agosto en un acto didáctico y esperamos que entretenido en relación a esta temática.

Será en la villa de Potes a las 16:00 h.

https://www.europapress.es/cantabria/noticia-taller-aprender-huellas-rastros-animales-cerrara-martes-cursos-verano-uc-potes-20250802190258.html?fbclid=IwQ0xDSwL9qApjbGNrAv2n6GV4dG4DYWVtAjExAAEebINY2XZjPW3Vy5_RdR2aUnvLj-9OzRh6m_PGyA_renp3GyvaRvn-f31y1VA_aem_dVbQDvc4acnGu8Lixs0NVA#i3edzcqjgnrhs6wutuv9hhzrmediqvqvc

miércoles, 13 de febrero de 2019

Zampullín cuellinegro

Esta pequeña ave acuática (Podiceps nigricollis) cría en diversos puntos de la península, destacando los humedales de la cuenca hidrográfica del Guadalquivir, y las lagunas manchegas. Su población no es nada regular, fluctuando mucho en función de los distintos niveles de las lagunas de interior donde intenta sacar adelante a sus polluelos. No obstante, por dar un número orientativo basado en las últimas publicaciones, puede rondar en torno a las 1000 parejas en la geografía española.
En invierno, hay un aporte de ejemplares europeos. Existen recuperaciones de bichos anillados en el Guadalquivir y recuperados en Rusia y en Ucrania. La distribución en la península en la época fría se acerca más a la costa, rondando los 5000 ejemplares, que se centran sobre todo en orillas atlánticas andaluzas, y en la provincia de Alicante.

No obstante, también por el resto del litoral ibérico se puede encontrar en menor número, y por lo tanto en humedales cantábricos como las Marismas de Santoña, donde cada invierno lo pasan varias decenas de ejemplares. Muy fotografiado por compañeros de afición en época estival en tierras interiores, con un traje de luces bien distinto, pero quizás no tanto en su época invernal, vestido de manera mucho más discreta. Yo, comparto esta foto que hice hace ahora 5 años desde el barco de Aves Cantábricas www.avescantabricas.com en sus salidas por dicho estuario. Si alguien está interesado en salir a disfrutar de la avifauna que allí inverna, ¡aún están activos!

sábado, 9 de febrero de 2019

Inviernos cantábricos: sus montañas

Pero si la mar, en la que nos centrábamos en los últimos posts, es impresionante en los inviernos cantábricos. No menos lo son las escarpadas cumbres de la Cordillera Cantábrica. Vendavales, nevadas, heladas, riadas, muertes por inanición, carroñas, son algunos de los personajes de dicha estación en semejante escenario. Hace ahora 4 años de aquella gran nevadona que nos dejó a todos atónitos (incluidos los viejos que habían vivido tantos años diciendo eso de "antes si que nevaba y no ahora"). Esta foto, se hizo un día más de aquellos en los que vivía en ellas. Lo más salvaje de la Cordillera está en esta foto, pero escondido.


sábado, 2 de febrero de 2019

¡Una sueca en Santander!

Una ventana en los temporales que azotan la costa cantábrica, me permiten dar un paseo por las playas de la ciudad de Santander. Mi vista es atraída, como ya ha ocurrido en anteriores ocasiones en dicho lugar, por unas pequeñas aves que se aventuran a pasear entre la gente. Pese a no ser la primera vez, me embarga la sorpresa por semejante escena. Pequeñas limícolas que nacen en las costas laponas, y que pasan el invierno en litorales rocosos más meridionales. Son vuelvepiedras (Arenaria interpres). Mi atención se va a una pata en concreto...¡una anilla!

Una de las aves, está anillada, lo cual quiere decir que un ornitólogo la capturó en su día para ponerla una anilla codificada. Observadores como han hecho ya anteriormente compañeros de Cantabria o como hice yo el otro día, leerán eso dígitos, tramitarán la información con los investigadores, y gracias a ello, sabrán dónde pasan el invierno y por donde migran estas aves. Es una manera arcaica, pero efectiva, de informarnos sobre cómo y dónde viven nuestras aves. Hoy día, las nuevas tecnologías, nos aportan información mucho más fidedigna de lo que hacen las aves colocándolas aparatos como gps que transmiten la señal vía satélite, o con otros métodos parecidos.
Os adjunto un trozo de una de las fotografías. Aquí no sé ve toda la información, pero entre todas las fotos se podían ver todos los números y letras. He tramitado la información, aunque aún no me han respondido. No obstante, como este ave en concreto ya lo habían visto compañeros, podemos saber que fue anillado en una isla cercana Gotemburgo (Suecia). En la parte inferior de la anilla podéis ver parte del topónimo "Estocolmo" inscrito.