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viernes, 28 de febrero de 2014

Salto del rebeco

Ayer fui a dar un paseo por el monte. Fui por una zona tan bonita, tan salvaje, y estaba tan agusto, que el paseo empezó a retrasarse mucho, y llegué a casa a comer ¡a las 7 de la tarde! El último tramo se me hizo largo en ese aspecto.
Llegué a estar tan agusto, que saqué una foto para compartir con los amigos de la red social y en ella puse algo así como: "Que se pare el mundo así para siempre, y que a mí me pille aquí arriba." Sol, ausencia de viento, los Picos nevados, las montañas silenciosas, el río con su sonata...Se estaba en la gloria.
Pude ver un zorro, un corzo, y dos rebecos en la zona más alta. Además, rastros de oso pardo. Los rebecos estaban aún dentro del bosque, lo que reducía la visibilidad tanto a mí, como a ellos. Esto sirvió para que cuando me di cuenta de que estaban ahí por su movimiento, ya estuviera relativamente cerca. Entre rama y rama, como pude, disparé alguna foto. Para el blog, algo decentillo quedó. Os plasmo aquí la más espectacular de la serie.

Conozco un chaval enamorado de los rebecos que le conocía así de hecho, como "El Rebeco". Como también conozco una moza a la que sus amigas la llaman "Rebecu", aprovecho para dedicarle esta foto a ambos.

martes, 25 de febrero de 2014

Y11647

Y11647 es un código, que poco aportaría al lector si no se explica más. Sin embargo, detrás del mismo hay una historia. Y11647 es un arao común Uria aalge. Para el que no sepa lo que es un arao, en resumidas cuentas, es un ave marina que cría en colonias asentadas en acantilados costeros del norte Atlántico, aunque también del Pacífico. Lo normal, es que llegue a nuestras costas en derredor del invierno. Cuátos depende de la dureza del invierno en sus zonas de cría, pero en general en bajo número por nuestra latitud, para ellos bastante meridional. Hace ya más de 10 años, la marea negra del Prestige se llevó por delante la vida de unos 10.000 araos en el océano Atlántico este. Entonces fue una castástrofe artificial, aunque se la denominaba catástrofe natural. A mi modo de entender está mal dicho, en todo caso sería una catástrofe para la naturaleza, pero artificial. Hoy, si es una catástrofe natural.
Son aves recias que son capaces de vivir en altamar aguantando grandes mares, fuertes oleajes, aún así les impidan comer durante días. Sin embargo, cómo todo ser vivo, tienen un límite. Sin duda este año está claro que sólo va a dejar procrear los más fuertes. Nos guste o no, esto es un proceso natural que la especie debe soportar. El problema no es la mortandad de este año, el problema es el resto de amenazas que tiene. Este año, decía, entre el 23 de enero y el 17 de febrero han tenido que soportar la consecución de 11 borrascas seguidas(*). Ha sido casi un mes de mala mar, de dificultad para comer, y de mala vida, que ha acabado con la de unos 20.000 ejemplares. Han arribado a las costas ya muertos, o en algún caso, en ello. Esto no ha acabado. Son cifras sin cerrar, pero comparándolo a las cifras del Prestige, da una idea de la importancia de la mortandad. Catástrofe.


El 21 de enero, paseaba por las playas de Liencres al amanecer cuándo encontraba lo que a priori era un arao más. Pero no, no era uno más. Era Y11647. Un ave que portaba en una pata una anilla metálica con remite del Museo de Londres. Cogí la anilla, y me puse en contacto con la institución para darles parte del hallazgo. Tras cuatro semanas de espera, recibo un correo:
"This bird was ringed by Scan R.G as age nestling, sex unknown on 06-Jul-2013 at Puffin Island, Isle of Anglesey OS Map reference SH6582, co-ordinates 53deg 19min N 4deg 2min W."
Dice que fue anillado cuando era un pollo el 6 de julio del año pasado. No se conoce su sexo. El anillamiento se hizo en la Isla de Puffin. Para el que no lo situe, esto es relativamente cerca de Liverpool, en Inglaterra. Según el informe, lo encontré 199 días después y 1097 kilómetros al sur.
Y11647 nació en verano, y murio en invierno. Una vida dura y diría que afortunadamente corta. En memoria de su historia esta entrada para vosotros, y la anilla para mí como preciado tesoro de un día de playa.
Decir que aparte de esto, ha habido otras especies afectadas como frailecillos, mérgulos, gaviotas y decenas de jóvenes focas grises.
Parte de los datos utilizados los he extraído de la entrada de mi amigo Jesús Menéndez. Está muy completa, y documenta con más acierto lo sucedido.

lunes, 24 de febrero de 2014

Rastros: el pito negro

Anteayer venía presto a casa. A 5 kilómetros de aquí, tras una curva, un sombra se me cruzó para posarse en un roble cercano a la carretera. ¡Era un pito negro! Este pájaro carpintero, el más grande de Europa, se suele encontrar en hayedos de la cordillera Cantábrica principalmente. Desde luego, no es habitual en esta zona de robles y prados en la que se me cruzó, y lo menos habitual, es tener que frenar por cruzarte con él.
Ayer desde la puerta de casa, con mis amigas Tania y Tüi, otro evento singular ocurrió. El relincho de dos ejemplares, probablemente de una pareja, despertó mi atención. No es fácil escucharlo tan cerca del pueblo. No por la cercanía, sino porque el no estar en el hayedo, hace que las pocas veces que lo oigo, sea a más de medio kilómetro. Hoy, sin embargo, se oía más cerca: dentro del robledal. Buscándoles, apareció en escena un macho de picapinos que disfrutamos con el telescopio. Escuchábamos también pico mediano y pito real. 5 minutos más tarde: "crui crui crui", el inconfundible reclamo de vuelo del pito negro, y orientados por él, una corta aparición de un ejemplar volando hacia la derecha para posarse fuera de nuestra vista. Estamos ya a finales de invierno, y cualquier día anticiclónico despierta el ávido comportamiento territorial de los carpinteros.
No obstante, depende del calendario, de la meteorología, o incluso de la hora del día, puede no ser fácil localizar directamente a estas aves. Aún así, contamos con otro recurso para localizarlos, sus rastros.
Consumidores de insectos que se ocultan en los troncos, sobre conocida su dieta en xilófagos devoradores de madera, necesitan trabajar la misma para llegar a ellos.
Pequeños agujeros hechos por los picos picapinos, pero grandes trabajos de fuerza bruta sobre vastos troncos realizados inconfundiblemente por el picamaderos negro. Son los talleres de pícidos, fáciles de encontrar en las zonas del bosque dónde estas aves pasan más tiempo. A veces, en nuestros hayedos, el Dryocopus martius deja impresionantes obras, pero sin parangón a lo que podemos encontrar en los abetos de los Pirineos. Grandes excavaciones en fustes, que inequívocamente apunta al pito negro. Es una señal digna de admirar. Os dejo con una foto sacada en un abetal pirenaico en una jornada otoñal.
Fotografía cortesía de Palmira Incera.

Hoy, cuándo estéis leyendo esto, probablemente esté en un territorio de pito negro. Con suerte, volveré a verle por tercer día consecutivo. ¡Qué placer!

miércoles, 19 de febrero de 2014

Life AntiUrogallo Cantábrico

Si, así es. Un dinero público destinado a salvar al urogallo cantábrico. Todo está muy bien organizado a la vista de la prensa, de la sociedad en general. Todo sigue unos protocolos de organización, ¿pero se está salvando al urogallo?
Desde mi humilde posición, veo que hay una comunidad científica que lleva estudiando muchos años al urogallo, y a la que se está haciendo muy poco caso. Como todo proyecto life, existe un comité científico. En dicho comité científico echo en falta mucha gente que SI sabe del urogallo. Gente que todo el mundo sabe que son grandes conocedores del animal en particular, y muy importante, del funcionamiento de un ecosistema en su conjunto. No sería esto grave si estuviesen ocupando ese lugar gente más adecuada, pero veo sin embargo gente en la lista, que poco pintan en el grupo de apoyo científico de un life de este calibre. En defensa de la mayoría del grupo, he de decir que conozco a pocos, pero entre ellos los hay que seguro que no han pillao una garrapata en su vida.
Un urogallo no se puede proteger sin conocer donde vive. Estoy seguro que muchos vecinos míos, de 40, de 70, o de más de 80 años, podrían enseñarle muchas cosas de cómo funciona la casa del urogallo, de como se regeneran los montes, como cambia el paisaje, como han evolucionado o no las distintas especies. No veo gente del life recogiendo ese saber. Todos los años que estos paisanos no han estado delante de los libros, han estado delante del bicho. No son científicos y no tienen tablas de datos para demostrar estadísticamente, pero conocen lo que ha pasado en las últimas décadas en el monte. No por no haber ido a universidades son más tontos, tampoco más listos, de todo hay. Simplemente unos han aprendido en el monte, y otros en los libros. Quizás la complementación de ambas enseñanzas sea la ideal...es una idea. No es esto un ataque al comité, que estoy seguro que ponen la mejor voluntad en la conservación, es un ataque a los maneja marionetas del life. En esa lista podría haber gente que con la mitad de voluntad rendirían el doble. Recalco no obstante, que no conozco a varias personas del comité, y es posible que justo los que no conozco me sorprendieran (como espero que sea).
Dos excursionistas posando en lo que en tiempos, fue casa del urogallo.

He llamado a la entrada Life AntiUrogallo por la gran incongruencia que he encontrado en las directrices del mismo. En una presentación digital que nos hicieron ayer en un seminario desarrollado en Potes sobre el Life y la custodia del territorio, veo con asombro que entre la claves para la conservación del urogallo cantábrico destacan "Favorecer la población de superpredadores". Ese es el momento en el que lo vi claro. Una clave se supone que es algo necesario. Que alguien me diga que medidas está tomando el life para favorecer la población de superpredadores, y no me rendiré a sus pies, por la sencilla razón de que estará mintiendo.
Al urogallo no se le conserva haciendo 50 desbroces que dentro de 4 años va a haber que repasar y ya no va a haber dinero porque la prioridad será otra, estando el dinero, muy probablemente en otro life. O quizás si, pero no dentro de 8, o dentro de 12 años. Esto será así con total seguridad. Aunque esta medida actual funcione, la sociedad no la va a hacer crónica.
Al urogallo no se le conserva cogiendo unas pocas martas al año en las zonas urogalleras, porque eso no se va a mantener tampoco en el tiempo, y en todo caso, aún se mantuviera, si se hace como se está haciendo hasta ahora, poco resultado va a tener. 6 martas en un año han cogido en Cantabria en todo el año 2013 (datos de SEO/BirdLife), ¿qué cambio supone esto en la comunidad de depredadores?
Al urogallo no se le conserva poniendo señalizaciones en cercados que están en mitad de sus zonas de campeo, sino en todo caso quitando esos cercados.
Al urogallo no se le conserva soltando urogallos criados en cautividad mientras las causas que lo han hecho extinguir sigan estando ahí. ¿Qué pasa? ¿Qué los que van a soltar tienen superpoderes y van a vivir donde sus ancestros no pudieron? No se, no lo veo.
Yo no tengo ni los conocimientos del monte de muchos vecinos míos, ni los de los universitarios que tanta conferencia internacional han mamao, aunque quizás si que sepa una minúscula parte de ambas fuentes. No obstante, con lo poco que vi en Ciencias Naturales del instituto, al urogallo se le salva recuperando el hábitat del urogallo. Y esos desbroces puntuales, ese control de depredadores, son medidas que desde luego favorecerán, pero en una medida tan pequeña, que sólo servirá para justificar el programa, nada más. Hay que buscar una fórmula en la que la propia naturaleza, la mejor medicina para ella misma, sea la que actúe. Si amigos, la naturaleza es la medicina de la naturaleza.
Ayer en el seminario lo dijeron, aunque con la boca pequeña: FAVORECER LA POBLACIÓN DE SUPERPREDADORES. La comunidad vegetal se ha visto alterada en las últimas décadas por la presencia excesiva de ciervos, la presencia excesiva de jabalís. La presencia excesiva de estos animales son una fuente contínua de carroñas que mantiene a poblaciones de zorros, martas, etc. en zonas por encima de los 1500 metros, dónde no podrían sobrevivir en el letal invierno de no ser por ellas.
Todo esto lo arreglaría la presencia del lobo. Si, con otra palabras lo admitieron ayer en la charla. Pero ojo...¡enfrentamiento de intereses! Que nos den dinero para un life del urogallo nos interesa. Salvar al urogallo pagando el precio que hay que pagar, no. Si suena la flauta, si da la casualidad que con las medidas puntuales, repito, tanto espacial como temporalmente, funcionan, estupendo. Sino, no estamos dispuestos a hacerlo como hay que hacerlo, desde arriba. Señores, a los políticos, NO LES INTERESA SALVAR AL UROGALLO CANTÁBRICO, y por supuesto que así, sin cambios en este plan de recuperación, no se va a salvar. Es una pena que esta NO VOLUNTAD esté apoyada por el sector conservacionista. Espero escribiros dentro de 10/20 ó 30 años y poder decir: "Estaba equivocado. Fui gratamente sorprendido por el resultado de la actuación de aquel Life, y hay urogallos donde yo a comienzos de siglo no los veía."
Alguno se habrá quedado alucinado con mi defensa de que el lobo puede salvar al urogallo. ¿Cómo puede influir el uno en el otro? Quizás viendo este corto documental, a alguno se le abra la mente.

lunes, 17 de febrero de 2014

Carne eres, y en carne te convertirás

Un día asistí a una curiosa charla entre un párroco y sus conciudadanos. Debatían sobre quien era el propietario del cementerio, quien propietario de los nichos, qué era lo que comprabas, si el nicho o el usufructo del mismo...Si señores, estamos en la tierra de nuestro señor, el señor de todos. Sin embargo hemos de pagar un dinero al intermediario entre Dios y nosotros, la iglesia. Pagar por yacer. ¿A cambio de qué? De una bendición, ¿te parece poco?
Decía algún vecino, pero si ya hemos pagado la obra de los nichos nosotros mismos, ¿qué más hemos de pagar? Habéis de pagar por el usufructo, porque vuestra obra, está dentro de terreno parroquial. ¿Y cierto era eh? El párroco no se estaba inventando nada. Lo que decía, venía bien claro explicado en un ejemplar del Boletín Oficial del Obispado, que nos dejó para que nosotros mismos pudiésemos corroborar la veracidad del mismo. Boletín Oficial del Obispado...
¿No os dará igual que os entierren a que os echen a un río lleno de pirañas verdad? Decía con tono jocoso el de negro. La verdad es que visto así, valía más pagar cristianamente la tasa, parecía asentir el pueblo.

Yo, con todos mis respetos a la gente que crea en estas cosas, igual que respetaba a los indios aí con las suyas, o a los bereberes marroquís con las de ellos...prefiero regirme por el Boletín Oficial de la Naturaleza. Si señores, existe, ¿no lo conocen? No está escrito con letras ni está impreso en libros, pero existe. Y me considero un animal. Un animal salvaje que se quiere centrar en esta vida sin preocuparle la siguiente. ¿Pecador quizás? Si, quizás. Y si cuando me muera una familia de escarabajos se puede aprovechar de mi materia orgánica como lo haría de la de un tejón, me alegro.
Punto 32 del Boletín Oficial de la Naturaleza:
"Carne eres, y en carne te convertirás".
Y así es como le pasó a esta yegua. Murió, llegaron los buitres, y se la comieron. ¡PRIMERO PAZ Y DESPUÉS GLORIA!
Por cierto, presencié el festín. Fue un amanecer de invierno a 1300 metros de altitud. Yo había llegado de noche y había dormido allí cerca, en un prado. Amaneciendo, un jaleo se escuchaba, apenas había luz, pero un grupo de buitres se daba un festín matutino después de una digestión nocturna. Yo me acerqué, pero no me podían ver (ni yo apenas a ellos). De repende empezaron a salir todos volando. Estaba casi seguro que a mí no me habían visto. Algo les había asustado, y amaneciendo y dónde estaba, bien podría ser un oso. Nada más lejos de la realidad. Un hambriento perro, ha venido desde el pueblo para darse también un homenaje. No podía dar crédito a lo que veía, pero sí, así ocurrió.

domingo, 16 de febrero de 2014

¿Cuántos años tiene?

A la gente que no está introducida en el mundo de la ornitología le sorprende que se pueda distinguir una especie de otra a veces incluso a larga distancia. El conocimiento y la experiencia lo hacen posible.
Muchas veces, los distintos plumajes entre machos y hembras, hacen posible incluso saber de que sexo es el ave, aunque no siempre, habiendo especies sin dimorfismo sexual.
Pero, ¿se puede saber la edad de un ave por la apariencia de su plumaje? Por supuesto. Los juveniles, no sé si en todas las especies, tienen un plumaje que a veces difiere poco del de los adultos, pero otras mucho. Puede ser tal la diferencia, que a menudo, ejemplares de la misma especie se consideran especies distintas por la gente. Valga como ejemplo el caso de los alcatraces. Muy oscurotes su primer año de vida, y blancos con algo de negro de adultos. En nuestras costas, al alcatraz juvenil se le llamaba cofre, al adulto no, considerándole otra ave.
Hay casos en los que es más complicado, y hay que fijarse en detalles concretos. Afortunadamente, y gracias sobre todo al trabajo llevado a cabo por los anilladores en la mayoría de los casos, tenemos bibliografía para datar las aves. Últimamente, la revolución de la fotografía, ha hecho de esta vía otra herramienta para el estudio de plumajes. Todos sabemos, que sacar una foto buena de un ave al vuelo es mucho más fácil ahora que hace 30 años.
Os voy a poner una foto de un ratonero Buteo buteo sacada en febrero, y me van a disculpar los expertos anilladores, a los que mis comentarios parecerán básicos, aunque espero que no incorrectos. De ser así, espero que se me corrija. Como decía Masio el de La Hayuela en sus trovas: "Que me disculpen mi torpeza para entonar estos versos".
Es un ave nacida la primavera anterior, por lo que se puede denominar ejemplar de primer invierno o de segundo calendario (nacido el anterior año). Plumaje juvenil. Apunto varios detalles que nos demuestran su edad.
Pinchar la foto para ver más grande.

1.-Comenzamos con uno muy fácil de ver en esta foto, y que casualmente no corresponde a una característica del plumaje. Es el color del iris. Claro en este ejemplar, oscuro en los adultos.
2.-El pecho estriado verticalmente. Es típico en adultos que sea un diseño más plano, sin esas "lágrimas" pardas sobre fondo claro.
3.-El borde de fuga del ala, esto es el extremo de las plumas de vuelo. Siempre es oscuro, pero en los juveniles contrasta menos con la zona blanca del panel alar por estar más fundido en una transición. De tal manera, en los adultos se forma una franja oscura en el borde del ala muy definida.
4.-El rayado horizontal del panel alar está formado en los adultos por unas rayas más estrechas que estas.
Es obvio que estos dos últimos puntos son más difíciles de ver sin conocer varios casos de juveniles y de adultos para comparar, no así los dos primeros.
Hay más detalles que pueden ayudar a confirmar que estamos ante un juvenil, pero lo vamos a dejar así, porque sólo con el primero punto, ya podríamos saber su edad. Hay que decir no obstante, que algo que parece tan fácil, se complica en la realidad, pues el plumaje de adulto lo alcanzan hacia su cuarta primavera. Entre medias hay varias fases de transición entre juvenil y adulto, y sólo los expertos, muchas veces necesariamente con el ave en mano o con unas muy buenas fotografías, pueden datar.
Añadir por último para quien le interese el tema, que existe o existía por la red unas fichas muy interesantes sobre muchas especies, cuyo autor es Javier Blasco Zumeta, anillador aragonés que nos ha instruido a ignorantes como yo a través de su divulgación desinteresada en la red.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Dobres y Cucayo

Tenía alrededor de 15 años, y su pasión por el monte, le hacía mirar durante horas y horas los mapas topográficos de las zonas montañosas de su región.
Como niño, le gustaba soñar. Soñaba que de mayor viviría en uno de esos pueblos cabecera. Soñaba con los hayedos de Pido, las umbrías de Ledantes, las forestas de Barrio, los alrededores de Vejo... Aquellos arrinconados Dobres y Cucayo, el apartado Caloca, o el salvaje Vendejo. Soñaba con Cueva también, soñaba con Tresabuela, con Uznayo...Siempre con pueblos encaramados al pié de la cordillera. Aquel mozo, veía la sociedad que le rodeaba, veía el sistema en el que tenía que encajar, y no lo acababa de ver claro. Vivir la montaña, desde la montaña, era su único objetivo.
Le apenaba no haber nacido en un puebluco de aquellos. Aunque quizás crecer en una ciudad haya sido un favor a su rumbo. Pasaron otros 15 años, y a las primeras de cambio, en cuanto la cosa se puso un poco fácil, aquel niño se hizo la mochila y se fue al monte. Ahora vive una segunda niñez. Vive en aquel arrinconado pueblo con el que soñaba cuando se tiraba horas y horas mirando la hoja 81. Con acción donde antes había sueños. Montes donde antes mapas...
Hace dos días estuvo todo el día nevando. No salí de casa hasta avanzada la tarde que paró. Aproveché para retratar el pastel con todo el glas recién espolvoreado. Volví de noche. La nieve y la luna, se aliaban para iluminarme el camino. En cada valleja, un macho de cárabo marcaba su territorio, y en los prados de enfrente, un zorro clamaba al celo. Si señores, aquí vivo:

Llegué a casa, descargué la foto, y lloré. No es un sueño. Entusiasmado, se la envié vía móvil a un vecino.
- "¿Te das cuenta que vivimos en el paraiso?".
-"Ya, ¿pero dónde está Eva? ¿la lasciva pecadora?
Otro me respondió:
"Te habría dicho el difunto mi padre: si hubieras llorao sobre la nieve tanto como yo...".
Si, vale. Vivir aquí tiene sus desventajas, cómo no. Si no, aquí viviríamos 200.000, y en Santander 21...
Por suerte, para los que no viven en un sitio así, cuentan con una amplia oferta de turismo rural que puede hacer de esa semana de vacaciones siete días inolvidables. Pueden vivir cada uno de esos siete amaneceres con sus correspondientes regalos a la retina. Pueden ensordecerse con el río Frío, olvidarse de sus deberes profesionales, o pasear por las pistas para encaminarse a una noche seguro que reconfortante.

lunes, 10 de febrero de 2014

Ni palomas ni hostias

Los vientos huracanados que los últimos días azotan esta geografía han cambiado por un temporal que entra desde el noroeste con una borrasca atlántica que nos ha traído temperaturas algo más bajas, y precipitaciones. La cota de nieve, baja ahora mismo hasta los 500 metros más o menos.
Anochecí con el ruido del vendaval aún, que ya parecía omnipresente allá por dónde fuera. Amaneció con esa sensación de haberme quedado dormido...la habitación tan clara...¿será que son las 10? No, que va, son las 8:30, pero ha vuelto a nevar. La luz incide en el suelo, en las paredes, en el techo...Una luz sin sombras. Está nevando, y hasta mi habitación se ha vuelto blanca.
Salgo a la calle. Aún hay poca nieve, unos 5 centímetros, pero el día promete más. Media mañana y no se oye al vientón, no se oye el claxon del panadero, ni tractores, ni el coche que trae el periódico a la posada. Ni las yeguas salen hoy al bebedero...o no lo han hecho aún. Sólo unas huellas en la nieve, delatan que Mariano y El Rubio han salido de casa ya.
No cantan los petirrojos, no reclama el pico mediano, no chilla el ratonero. Faltan las voces de las vecinas llamando a las gallinas. Falta el ladrar del corzo, el graznar del cuervo o el miagar del gatu. Tan sólo desde el fondo del valle, llega el rumor del río Frío: única banda sonora en este clamor del silencio.
Las palomas blancas son un símbolo. Esto, es paz.
Pinchar la foto para verla a mayor tamaño.

sábado, 1 de febrero de 2014

Búho nival

"He visto cosas que los humanos no creeríais...búho nival el pasado lunes..."
Hace 10 días leía de manos de José Gómez Aparicio, un colega pajarero extremeño, tales palabras. Con un aire de humor, hacía parodia de algo que a primera vista puede parecer una chorrada al que no conozca el tema. Está claro que exageraba con la cita, ¡pero tampoco tanto!

Si nos paramos a estudiar al búho nival bubo scandiacus, es una rapaz nocturna que se distribuye únicamente por el círculo polar ártico. Abajo, un mapa sacado de la wikipedia:
En verde las zonas de cría. En azul, en las que se extiende para invernar.
Cómo véis, en invierno baja hacia el sur, pero se queda normalmente muy lejos de nuestras latitudes. Muchos ejemplares se adentran en la mar, y vuelan, vuelan, vuelan...hasta encontrar tierra y posarse. Vuelan a vida o muerte. En ocasiones, en mitad del océano, se topan con un barco. Este es un sitio estupendo en el que posarse y descansar. Es un descanso a priori provisional, pero que muchas veces, el agotamiento y el miedo a una experiencia similar, se convierte en un descanso que les acerca a zonas donde habitualmente no se desplaza esta especie.
Este año, al parecer, hay más observaciones de las habituales en zonas como Holanda, dónde no todos los años llegan, y hay 3 aves localizadas en Francia, algo expepcional. No se puede saber si el ave ha venido por si sóla, o si su viaje ha sido asistido por un barco, lo que parece bastante seguro, es que se trata de un ave salvaje.

Así pues, sentado en mi casa, al calor del fuego, comenzó un serio planteamiento de si ir o no ir. Ir sólo era factible, pero desde luego, más caro por un lado, y por otro lado menos gratificante que pudiendo compartirlo con amigos.
Empezaba pues la búsqueda de gente dispuesta a viajar. No era fácil. Gente dispuesta a viajar si, pero que le guste este tema como para darse una paliza de ir, venir, aguantarme, etc...Fué difícil, pero cayeron en las redes 3 incautos jovenzuelos: Judith Blasco, Álex Colorado, y Alejandro AvesCantábricas, con quienes adelanto ya, que fue todo un placer viajar, y compartir uno de los momentos más emocionantes de mi vida como naturalista.
Subimos en el viejo focus a media noche, y fuimos directos, y además sin pausa, durante 8 largas horas llenas de lluvias, granizadas, tormentas (estas más escasas), peajes, etc. Llegamos al amanecer a la Isla de Ré, cerca de La Rochelle (en el departamento de la Charente-Maritime). Se trata de una isla de unos 30 kilómetros de larga, 16.000 habitantes, y que está unida al continente por carretera.

Llegamos allí con las piernas anquilosadas, las vejigas preñadas y con la ilusión desbordada. Fuimos más o menos directos a cierto sector de la isla al que nos dirigimos por unas indicaciones de Jesús Menéndez y Gorka Ocio (agradecimiento desde aquí amigos). Era un territorio bastante llano, con poca vegetación arbórea, poco arbusto, y un paisaje dominado por campos de herbáceas cortas, y por balsas de cultivo de ostras. Ello facilitaba una amplia visibilidad. Aparcamos, meamos, y nos subimos a un montón de tierra por este orden. Echamos los binoculares a la cara, y pronto nos pareció ver a más de 1 kilómetro de distancia un bulto blanco, que podría ser. Montamos un telescopio, y justo, allí estaba el objetivo. Ahora el problema estaba en llegar allí en unos campos con una red de pistas interrumpidas de contínuo por canales de agua. Tras una segunda o tercera intentona, conseguimos llegar a un sitio en principio cercano. Buscamos, y no le vimos, pero si localizamos a dos personas con sus telescopios montados mirando hacia una misma dirección. Ya estaba, parecía seguro que lo íbamos a ver. En 10 minutos estábamos allí con ellos, y gozándola por fin delante del búho nival. Un sueño hecho realidad.
Es un ave bien conocida desde que era pequeño, pero tan difícil de ver, incluso yendo a sus zonas de cría, que nunca me había planteado la posibilidad de verlo. De ahí que me haya hecho tanta ilusión. No he calculado a qué distancia estábamos, pero a ojo diría que unos 300 metros.
Hubo gente que se quiso acercar a sacarle fotos, pero les invitamos a no hacerlo. Probablemente pudiéramos acercarnos a la mitad de distancia sin que se levantara. Probablemente a una cuarta de distancia. Muy probablemente, finalmente hubiese volado. Por un lado, el bicho ahora necesita comer y descansar, para cuando proceda retomar la dura vuelta. Lo que menos favor le puede hacer es molestarle ahora que ha encontrado su sitio de invernada, obligándole a buscar otra zona favorable. La zona parecía muy propicia, pues tenía una buena población de conejos, y también algo que dejaba señales parecidas a los montones de tierra que hacen Arvicola scherman. Comida, y tranquilidad, ¿para qué más?
Por otra parte, muchos ornitólogos franceses y de otros países también, se están desplazando como hicimos nosotros para poder disfrutar de tan bello animal. Si como grupo de personas lo llegamos a hacer volar, y casualidad o no, este fin de semana las decenas de personas que van a ir no lo ven, ¿cómo deberíamos sentirnos los que allí estábamos como colegas ornitólogos? Fotos de búho nival ya las hay muy buenas por ahí, y con google se pueden conseguir además, así que no seamos tan egoístas de acabar con el disfrute de otras personas por tener una buena foto, que muy seguramente no se parecerá ni de lejos a las que encontremos en la red.

 
Ejemplar joven de hembra de búho nival en Francia (invierno del 2014)

Yo le hice la que os comparto mediante la técnica de digiscoping. ¿No vale con traerse esto a casa? Carece de gran calidad, pero lo que ha de representar es el momento, y para mí el que no esté más cerca o el que no tenga más calidad, carece de importancia.
Vimos más cosas que os contaré otro día, pero este fue la estrella. Gracias por la actitud de campeones a Álex, Judith, a mi incondicional Alejandro, y la familia de ambos varones, sin cuya ayuda no habría sido posible la hazaña.