Gaviota Polar en Santander

El pasado 11 de enero, el compañero de afición Javier Portillo localizaba en Santander una gaviota polar (Larus glaucoides). Se trata de un ave que cría en Groenlandia, y que en invierno se desplaza a zonas del norte de Europa para invernar. Lo normal es que no baje en latitud de Inglaterra, pero ciertos años, unos pocos ejemplares llegan hasta las costas cantábricas y atlántico-portuguesas. Este año se localizó una en San Vicente de la Barquera el día 5 de enero, y luego la mencionada el día 11 del mismo mes. Posteriormente, se ha localizado algún ejemplar más. El fotografiado, está sacado en el Barrio Pesquero de Santander, a dónde el pasado miércoles 22 de febrero asistimos un grupo de amigos para disfrutar con su preciada presencia. Es una suerte desconocida para los escolares que correteaban entre las gaviotas, y que no disfrutaban de esta especie, porque nadie les ha contado por qué es distinta, de dónde viene, y demás.

Ejemplar de primer invierno de gaviota polar en la Bahía de Santander.

No ocurrió así con 3 amigos de 1º de la ESO del colegio Miguel Bravo, que se interesaron por saber qué mirábamos con los telescopios. Estuvimos enseñándoselas, y les aseguramos que verían una foto de la polar o groenlandesa colgada en internet. Les pido disculpas por tardar tantos días en ponerlo, pero aquí la tienen, para que se la enseñen a sus compañeros si quieren. Seguro que ellos, ya sabrán distinguirla a partir de ahora de entre la multitud de gaviotas que tienen en su barrio. Un saludo a José, Pablito y a Juanjo. Espero que os siga gustando disfrutar de la fauna de vuestra bahía, y que algún día hagáis algo por conservarla.

¿La primavera?

Hace 4 días nevaba, cuajaba, y luego helaba. Bajar andando de casa a la carretera llevaba sus 5 minutos. La leña se consumía a una velocidad endemoniada, como lo hacía desde que comenzó el mes. ciervos, corzos y jabalíes bajaban del monte a los prados, los pájaros limpiaban las migas que les ponía en la ventana, y el termómetros, ni se acercaba a los 5 grados positivos.
Ha comenzado una nueva semana, y luce un azul cielo que deja frío por la noche, algo menos de frío por el día, pero sobre todo, una engañosa sensación primaveral.
La superficie nevada retrocede cuesta arriba. Los artiodáctilos silvestres van recupendando sus posiciones ladera arriba. Los buitres aportan material a sus nidos, y los halcones se alteran más allá. Los carpinteros con sus reclamos marcando territorio, y los jilgueros, que por fín se dejan ver en los alrededores del pueblo. Se resisten los acentores alpinos a abandonar el pueblo, pero los carboneros ya no se acercan a la ventana dónde hace nada mataban el hambre. El zorro acaba su celo, y le cede el testigo al gato montés, que se solea en prados mientras caza, y disfruta por dentro del deshielo.
La chimenea se ha apagado antes de amanecer, no pasa nada, pues pronto caletará el sol, y hasta las 7 de la tarde, no la encendemos.
Julio me ha acompañado en unos días muy gratificantes y nutritivos en lo que a campo se refiere. Los dos hemos salido y aprendido mucho. No todas las semanas se ven tantos acentores alpinos, o se ven dos gatos monteses con observaciones de tanta calidad. No todas las semanas se ven las montañas nevadas, para luego verse soleadas. No todas las semanas se detecta la presencia de turón o de marta...y sobre todo, no todas las semanas se puede disfrutar de tan grata compañía. También, no todas las semanas puedo decir que alguien la ha pasado conmigo, ¡y que me ha aguantado! Gracias Julio.

Pinchar para ver algo mejor.

Dejo una foto de uno de los momentos más bonitos que compartimos estos días. Es la cópula de una pareja de halcones peregrinos que nos dió espectáculo en la mañana de ayer. Fijaros en el dimorfismo sexual, la diferencia de tamaño, a favor de la hembra.
Sólo 2/3 del invierno han transcurrido en las montañas cantábricas. Todos tenemos claro que esto es un descanso de cara a otra nevaona...que a buen seguro está por llegar.

La mirá del miruellu

Estos días invernales cargados de nieve, ha habido mucho trabajo por todos los caminos viendo huellas y pajarillos, pero también ha sido obligado alternarlo con horas de fuego, calor, comida, y charlas con amigos.
En esas horas, hemos vivido muchos momentos interesantes, como los compartidos con pajarillos que hambrientos llegan a la ventana a ver si cae algo. Los primeros días muy asustadizos, luego mucho más dóciles. Pudo dar buena cuenta de ello Teresa, quien me ha prestado esta magnífica foto. Sacó más de 100 fotos de pájaros en mi ventana, pero esta que plasmo, es la que más me gusto por el significado de la misma.
Una mirada directa de un pájaro, que habla sin palabras. En la foto quizás no lo parezca, pero os aseguro que cuándo le tienes a medio metro de tu faz y se queda mirandote, son muchas palabras que te llegan a la cabeza, y también al corazón.

A cada uno le llegan unas palabras, y cada uno las interpreta como quiere, o como sabe. A mi me han llegado viejas conocidas de libertad. Me animan a seguir luchando por lo que quiero. Me dicen que cuándo quieres algo en la vida, no arriesgarse a conseguirlo te hace perder muchas papeletas de ser feliz.
Desde la comodidad de circular por la vía que nos facilitan, te aseguras un viaje. Es muy probable que el viaje de la vida que nos venden sea poco gratificante para muchas personas, e incluso repugnante para otras. Me incluyo en el segundo grupo, y hago caso a este Mirlo, aprendiendo a mirar cada día la vida de una manera distinta a como nos hacen verla.
Hasta ahí, y con sus trabas y consecuencias correspondientes, a veces duras, tenemos cierto grado de libertad de elección. El que sea capaz de trazar su propio viaje sin interferir para mal en el viaje de los que se aferran a lo seguro, que sepa que goza de mi simpatía.
Un abrazo a todos los seguidores del blog: un enamorado de la vida, y de la suya en particular.

Lo alpino a la puerta de casa

Con el frente siberiano de la pasada semana y los restos que han seguido aportando frío y nieve al norte peninsular, lo alpino viene a la puerta de casa. El terreno nevado permite estos días en los paseos por el monte ver por dónde pasan cada día Zorros, Corzos, Ciervos, Jabalís, Tejones, Armiños, Martas y Gatos Monteses.
En el pueblo se han visto Chovas Piquigualdas, habitantes normalmente más centradas en los Picos de Europa o zonas altas de la Cordillera. Huele a Treparriscos, y mientras, un Acentor Alpino se deja fotografiar al lado de casa posado en un Nogal.

Ésto con Félix no pasaba

¿Ráspanos en enero?
El 31 de enero (y no leéis mal), encontré con mi amigo Alejandro una mata de Arándanos en la solana de Peñasagra, a unos 900 m de altitud, que estaban en la fase final de la floración. Es curioso que en la montaña cantábrica, se pueda ver este fenómeno en las antípodas temporales, en junio más concretamente, cuándo se debería de estar dando esta floración. Justo esa misma tarde, llegaba la avanzadilla del famoso frente siberiano, por lo que aquí se habrá acabado esta anormalidad de la naturaleza. De haber aguantado 1 mes más sin llegar un temporal de invierno, quién sabe si podríamos haber hablado de frutos madurando. ¿A dónde vamos a llegar? Lo dicho en el título...